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Agenda de producción de carne Uruguay 2050: ¿es posible faenar 3 millones de cabezas y obtener US$ 3.000 millones por exportaciones al año?

Estudio realizado por Fabio Montossi y Juan Manuel Soares de Lima, investigadores de INIA, analizando el crecimiento del mercado mundial como una oportunidad y con base en la disponibilidad de tecnología, la capacidad ociosa de la industria frigorífica y la estrategia de INAC, establece un escenario optimista para lograr un objetivo ambicioso.

Producción ganadera en Uruguay.
Producción ganadera en Uruguay.
Fabio Montossi.

La producción de carne ha sido, es y será, uno de los principales sustentos del primer sector de la economía nacional: el agro. Referido a este rubro, la discusión de los últimos años que pasa por descifrar de qué forma se puede producir más con menos, y generando un impacto menor en el ambiente.

Del éxito de una ganadería eficiente, con mayor tasa de extracción, menor huella ambiental y aumento en el ingreso de divisas por este concepto, depende en buena medida la suerte de la República Oriental del Uruguay.

Juan Manuel Soares de Lima, de la Unidad de Economía Aplicada de INIA y Fabio Montossi, integrante del Programa Nacional de Carne y Lana de la misma institución, confeccionaron un trabajo denominado “Uruguay Ganadero 3x3000: ¿Es factible una ganadería bovina con 3 millones de cabezas faenadas al año? ¿Y alcanzar US$ 3000 millones al año de exportaciones?”.

La primera respuesta es contundente: sí. “Ya habíamos hecho un trabajo así en 2011, siendo que desde INIA no queremos tener la visión solamente de un predio sino de todo el país”, comenzó diciendo Fabio Montossi, agregando que es optimista acerca de una respuesta afirmativa a la pregunta que titula el estudio.

En primer lugar, el investigador dijo que el crecimiento mundial del consumo de carne bovina continúa y aumenta, especialmente en las regiones de Asia y América. “¿Uruguay puede participar allí? Sí”, dice.

A su vez, Montossi establece que existe una capacidad ociosa en la industria frigorífica que se podría aprovechar, que podría llegar a 3,5 o hasta 3,8 millones de cabezas de ganado faenado.

“Cualquiera de las administraciones o gobiernos han promovido aumentar el volumen y el precio de las exportaciones”, consideró Montossi, estableciendo que esto refiere a una visión de mediano o largo plazo del país, y no un proyecto concreto y cercano.

Sobre las tecnologías, el investigador dijo que ya existen, y aportan argumentos que terminan de responder la pregunta del inicio.

Acciones. “Nunca nos pusimos a pensar en una visión del país desde el punto de vista del modelo productivo necesario para generar ese volumen de riqueza en los animales”, dijo Montossi.

En primer lugar, es necesaria una vinculación público privada. “Cría, recría, invernadores, frigorífico y brokers tienen que trabajar juntos, no es menor”, indicó.

Naturalmente, un desafío de estas características requiere de incentivos que ameriten la inversión necesaria. Para eso, Montossi afirmó que buena parte de la tecnología ya está disponible, y por ejemplo mencionó que se podría “jugar” con el área mejorada, las tecnologías de manejo, el porcentaje que va a los corrales, cuánto suplementar arriba del campo natural u otras estrategias.

Como ejemplo de diferentes medidas que se disponen y detallan en el trabajo presentado, Montossi habló de pasar de un 17% o 18% de áreas mejoradas a un 20% o hasta un 25%. “Hoy en Uruguay se siembran medio millón de hectáreas por año, podemos pensar en incrementar esa superficie”, indicó.

Rentabilidad. “La base está”, respondió. “Cuando vemos el precio por tonelada de US$ 3.800 o US$ 4.200 de hace 3 años, o el que cerramos en promedio de los últimos 3 ejercicios de US$ 4.462, vemos que es viable y es posible”, indicó Montossi sobre la consulta de hasta qué punto es viable una estrategia de estas características, en comparación con la inversión que requeriría a todos los actores de la cadena presionar al alza todos los procesos. ”Ese es el valor de exportación, hay que ver cuánto vale el novillo, pero son señales. Los precios del ternero y el ganado vacuno no deberían ser un problema” afirmó.

A todo esto, agregó que el INIA ha hecho una nueva propuesta en términos de mejoramiento de campo con un costo anual de US$ 130 la hectárea, con nuevas opciones que requieren baja inversión por unidad de superficie, un manejo sencillo, se adecúa a suelos problemáticos como medios a superficiales y “salvan una cantidad de problemas que tenemos en el manejo de sistemas extensivos o semi extensivos. Son cualidades que no teníamos antes”, estableció.

El pasto. “La lógica del sistema pastoril es clave”, indicó el investigador, diciendo que la nueva versión de mejoramientos no va en contra del campo natural, sino que lo potencia al momento de implantar leguminosas que no van en contra del mismo, expresando también que se agrega fósforo y se puede fijar nitrógeno sin depender de la urea.

Todo esto acompaña la base de la producción de carne a pasto, con sistemas que conservan los recursos naturales y la biodiversidad, bajando emisiones. “Paquete pastoril plus”, lo nombraron.

El corral. Los feedlots entregan un impacto beneficioso en sistemas con base pastoril, mejorando la eficiencia de la terminación, así como la ambiental.

“Permite abastecer mercados que piden carne con determinadas características de marmoleado”, dijo Montossi.

La base de la ganadería nacional es el campo natural, según aseguró, y se debe mejorar su productividad y conservarlo, dando otro espacio “privilegiado” a la base forrajera mejorada, así como potenciar el impacto del manejo.

“Hacemos la propuesta sin cortar la exportación en pie”, agregó Montossi, como tema no menor, ya que es “inclusivo” con todos los negocios ganaderos. “Si aumenta la productividad ganamos todos, debería tener poca resistencia ya que habría más empleo y un modelo a favor de la visión actual de los consumidores”, remató Montossi, añadiendo que “esto involucra también al sector agrícola ganadero y al forestal, por la sinergia que logran”. Basta con ver casos de éxito, como Irlanda o Nueva Zelanda.

Parece haber consenso en el país que hay que “poner el pie en el acelerador”, intensificando la producción y haciendo lo que mejor sabemos, pero aún mejor. Este proyecto aporta nuevos elementos que enriquezcan el avance de la ganadería uruguaya de los próximos 25 años.

Explotar el conocimiento generado y la simulación

Los avances productivos en Uruguay y en el mundo, ahora y mucho más en los tiempos que se vienen, tienen que estar sustentados en herramientas tecnológicas que permitan diseñar los sistemas, ejecutarlos y evaluarlos. Pero mejor aún, si existen algunas otras herramientas que entreguen la posibilidad de simularlos, tal como sucedió con este trabajo, con especial intervención allí de Soares de Lima.

“Tener estas oportunidades ayuda a objetivizar la discusión con el impacto que podría tener una medida en el sector público o privado”, sostuvo el investigador Montossi, añadiendo una vez más que técnicamente es posible, pero es necesario lograrlo en un “ambiente de políticas públicas” que lo incentiven, en conjunto con privados.

3x3000, un "ensayo provocador" que aporta a la discusión

Fabio Montossi admite que algunas consideraciones de este ensayo pueden catalogarlo como “un trabajo provocador”. En la coincidencia o la diferencia, bienvenida la discusión que plantee maneras de elevar la producción bovina y ovina, con el respectivo impacto socio económico que podría generar en el país en los próximos años.

En el inicio del artículo, los investigadores plantean el crecimiento del mercado mundial, la disponibilidad de tecnologías probadas, la capacidad ociosa de la industria frigorífica y algunas metas de la estrategia del Instituto Nacional de Carnes como la base donde se sustenta la ambición, o más bien, la viabilidad de concretar este objetivo.

Dentro de las consideraciones finales, los investigadores establecen que dentro de un escenario positivo y de mayor inserción internacional, ventajas arancelarias y aplicación de tecnología, lograr esto es posible.

“Además de los impactos productivos se señala como promisorio el escenario Pastoril Plus, por las externalidades que representa. Al igual que otros países referentes e innovadores, Uruguay tiene una situación única y privilegiada para dar un salto cuantitativo y cualitativo de diferenciación y agregado de valor de sus carnes”, dice textualmente el ensayo, agregando que la ciencia y la tecnología tienen un rol relevante a la hora de avanzar en aspectos productivos, dentro de un esquema que esté alineado con la demanda de los consumidores.

Para cerrar, Montossi dijo que este concepto debe incluir al rubro ovino, visto y considerando que la “enorme mayoría de los productores ovinos del Uruguay son también productores de carne vacuna”.

Sobre esto, el investigador agregó que “la ganadería ovina es mixta, usa los mismos recursos forrajeros, hay una industria frigorífica emparentada donde muchas veces las empresas que faenan volumen tienen un rol importante, entregando la fortaleza de una mirada integrada visto desde el lado de las oportunidades del rubro ovino también”, dijo Montossi, concluyendo con que los actores se repiten a lo largo y ancho de la cadena con la excepción de la industria lanera, que podría tener también su aporte en este desarrollo.

*El trabajo completo puede verse en el sitio web de INIA.
https://www.inia.uy/sites/default/files/publications/2024-10/Revista-INIA-64-Marzo-2021-p-45-50.pdf

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