Tampoco resulta “dramática” la compra de Minerva porque “pasamos de una empresa brasileña a otra del mismo país”, remarcó el expresidente del INAC.
Alfredo Fratti, expresidente de INAC. Foto: El País.
La compra de Frigorífico Canelones (JBS) por parte de Minerva Foods -que también se apoderó de los activos de JBS en Argentina y Paraguay por 300 millones de dólares- despertó interrogantes sobre la operativa del mercado de haciendas gordas debido a que Minerva Foods pasó a controlar el 18,4% del total anual con tres plantas industriales (Carrasco, Pulsa y ahora Canelones).
A esto, si se suman las cuatro plantas de Grupo Marfrig, con una faena que hasta el momento acumula 215.000 vacunos; las dos empresas prácticamente representan el 39,5% del total de vacunos procesados en Uruguay; un aproximado de 400.000 en los primeros cinco meses del 2017.
Para Alfredo Fratti, expresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), la concentración de faena “nunca es deseada porque en un medio chico como el nuestro es peligroso la manipulación del mercado”. Sin embargo, aseguró a Rurales El País que en este negocio “no hay nada nuevo bajo el sol” porque el frigorífico pasó de estar en manos de “una empresa brasileña a otra del mismo país. No cambia el panorama que teníamos ni es una cuestión que pueda ser alarma nacional”.
El expresidente de INAC dijo estar despreocupado por la extranjerización de los frigoríficos, aunque prefiere la mayor diversificación de banderas. “Estaría bueno que hubiese una industria de cada país que le vendemos carne, pero es esta la realidad que tenemos”, aceptó.
Compra de BPU. El arribo de capitales japoneses a la industria cárnica uruguaya refleja “claramente que la apertura del mercado está más cerca”, argumentó Fratti. Además dijo que es una “señal positiva”, porque si invierte 135 millones de dólares es porque “alientan una pronta habilitación de Japón”.
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