Los avatares climáticos transformaron esta zafra en una de las más complicadas de los últimos años para la agricultura nacional, tanto en la trilla de cultivos de invierno como en poder terminar de sembrar con éxito los cultivos de verano, especialmente la soja.
Las lluvias que se fueron sucediendo cada pocos días prácticamente desde la segunda quincena de octubre, impidieron el desarrollo normal de la siembra por problemas de piso, exceso hídrico y demás. Por ello, los pocos días que se fueron dando con ausencia de precipitaciones, tenían a los productores y prestadores de servicios agolpados en la entrada de las chacras para poder sembrar lo más rápido posible, hasta que las lluvias se presentaran nuevamente. A su vez, la caída de muchos milímetros con el cultivo recién implantado, complicaron un nacimiento satisfactorio y una buena instalación de la soja. Por este motivo precisamente, muchas de las chacras que había en campos bajos, finalmente no se terminaron de sembrar.
En lo que refiere a la superficie, más allá de venir de una de las peores zafras de la historia, los agricultores buscaban redoblar la apuesta, y por ese motivo se podía esperar que la soja y el maíz crecieran.
Para la oleaginosa, la idea inicial era superar el 1.300.000 hectáreas y en el caso del maíz, seguramente se pasará con tranquilidad la barrera de las 200.000 hectáreas. Dadas las condiciones mencionadas anteriormente, hay que esperar que se finalicen las siembras para establecer un número con certeza, justamente porque muchas chacras que no se pudieron implantar puedan terminar siendo maíz tardío.
Todas estas condicionantes obligaron a que en muchos puntos del país, se tuviera que resembrar entre una y dos veces, habiendo lugares puntuales donde las instalaciones fallaron en dos ocasiones y se necesitó una tercera resiembra inclusive.
En aquellos puntos del país donde la soja se pudo instalar, hay muchos casos en los cuales los cultivos están desparejos, pobres y con poco desarrollo de las plantas. Por estos motivos, en varias chacras los agricultores decidieron pasar de la soja, o de una resiembra de soja, a maíces de segunda.
La oleaginosa en este momento registra US$ 415 en Chicago, con una baja de los últimos días sostenida en las precipitaciones de Brasil y los pronósticos climáticos.
Uno de los grandes problemas que tuvo la soja en esta campaña es la calidad de la semilla, así como su escasez, y ambos motivos están argumentados en la campaña complicada de la zafra anterior, donde se pudo producir poca semilla y de no tan buena calidad.
MAÍZ
En lo que refiere a las gramíneas de verano, el panorama es alentador.
Los maíces de primera se instalaron satisfactoriamente, y los cultivos de segunda se vieron beneficiados por las lluvias que se dieron en muchos puntos del país, con diferencia de muchas chacras de soja. En casos, los maíces de primera ya están muy avanzados y ya se puede apreciar los choclos con claridad.