Se debe, en parte, a los buenos precios de la oleaginosa
“El partido de la soja está jugado totalmente”, expresó Gabriel Carballal, productor agrícola en Soriano y Flores. Según contó, en su empresa comenzaron las primeras trillas con rendimientos de 1.000 kilos por hectárea, pero estima llegar a 2.000 kilos por hectárea y, así, superar el punto de equilibrio, que en campos arrendados es de 1.500 kilos por hectárea.
En diálogo con Rurales El País, el agricultor sostuvo que los rendimientos vienen siendo muy variables. Hasta ahora se han levantado 50 hectáreas y los rendimientos han sido de 1.000 kilos por hectárea, en una zona en la que realmente faltó el agua y los cultivos se murieron verde. Afortunadamente, el área realmente afectada no es mayor (un 15% del total). De todas formas, los mejores campos de Uruguay se vieron seriamente afectados por la falta de agua en febrero y marzo.
Las sojas de primera, las más atrasadas, agarraron mejor agua y las expectativas de rinde son bastante superiores. El problema, dijo, está en la soja de segunda tardía que llenó el grano prácticamente sin agua. Aunque esta no es una situación generalizada del país, está muy concentrada en esta zona.
Carballal aseguró que el objetivo es superar los 2.000 kilos por hectárea. “Afortunadamente con el valor de granos se va a llegar al equilibrio con comodidad con ese rendimiento, aunque asusta porque es muy poco”, afirmó.
El equilibrio, en campo arrendado, oscila entre 1.500 y 1.600 kilos por hectárea. “Aun con un rendimiento extremadamente malo por suerte va a haber retorno”, agregó.
El productor también hizo referencia a que esta agua es muy favorecedora para el maíz de segunda, que está llenando el grano y “le viene espectacularmente bien”.
Respecto a los cultivos de invierno, Carballal indicó que las lluvias “son muy bienvenidas” para recargar perfiles. A su vez, indicó que hay expectativa de crecimiento de área, ambientada por los buenos resultados de la campaña anterior.
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