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Los vinos de calidad uruguayos ya son un sello

La fuerte sequía registrada no afectó la calidad de esta vendimia, pero sí generó una gran merma en rendimientos

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Clima seco, no sequía. Es una buena definición de lo que necesita la uva en sus etapas de producción. La fuerte sequía que atravesamos en los últimos meses dejó su afectación también en la vid, y si bien puede no haber afectado en gran medida la calidad, sí lo hizo con los rendimientos, la cantidad de kilos de uva producidos y por ende la cantidad de litros de vino generados esta campaña.

Antes de analizar la “foto” actual, es preciso remarcar algunas cifras que ponen en contexto el crecimiento que ha tenido la vitivinicultura en Uruguay en el último tiempo. Con números cerrados en abril de 2023, el Instituto Nacional de Vitivinicultura establece que en Uruguay hay 5.903 hectáreas de producción de uva, al tiempo que se pueden distinguir 1.103 viñedos en casi todos los departamentos del país.

Al respecto de esta distribución geográfica, un 88,5% del desarrollo del rubro se encuentra en los departamentos del sur del país, siendo Canelones, Colonia y Maldonado, además del Montevideo rural, los que más concentran las viñas. El primer departamento mencionado es el que tiene mayor escala en este sentido, por un amplio margen.

Si hablamos de la variedad de uvas producidas, no es novedad mencionar que la uva que produce el vino insginia de Uruguay es la que mayor representatividad tiene en cuanto a área: un 27% de las uvas cultivadas son Tannat. Esto es relevante, ya que si bien la uva es originaria de Francia, nuestro país puede jactarse orgulloso que al día de hoy produce vinos que nada tienen que envidiarle a los galos, más bien por el contrario, en muchos casos son mejores.

Para cerrar la contextualización, tres cuartas partes de los viñedos que hay en el país son de empresas que explotan una superficie de 0 a 5 hectáreas: esto muestra lo caro que es invertir por unidad de superficie, lo intensiva que es la producción pero fundamentalmente que se trata de un rubro que todavía conserva, en muchos casos la bodega familiar y la explotación por medio de pequeños productores.

PRODUCCIÓN. Según estimaciones primarias, en Uruguay en esta vendimia (que suele extenderse desde fines de febrero hasta la primera quincena de abril), se cosechó una cifra que oscila en los 67 millones de kilos de uva. Para establecer una medición, en la vendimia pasada esta cifra estuvo por encima de los 100 millones de kilos.

¿El motivo? La sequìa. Si bien la vid se ve favorecida por un clima seco, especialmente en los meses de verano, ya que la ausencia de humedad excesiva evita problemas sanitarios, de enfermedades y hongos, la falta de lluvias especialmente en los meses de primavera comprometió de forma importante la cantidad de uvas producidas en los viñedos.

Los meses de setiembre, octubre y noviembre de 2022 tuvieron una ausencia casi total de lluvias, y es el momento en el cual la vid entra en dormancia (allí se realiza la poda) y empieza la floración. Allí, la cantidad de agua recibida fue muy poca. Luego viene el desarrollo vegetativo, la floración y la maduración en los meses de enero y febrero, para comenzar con las cosechas.

“Esta situación comprometió no solo la cantidad de kilos de uva producidos para esta vendimia, sino que puede afectar los de la vendimia 2024”, dijo Sebastián Ariano, productor vitivinícola.

Las mermas en la producción, hablando fundamentalmente de los lugares donde las lluvias fueron esquivas, fueron de un 30% a un 50%. Por tanto, al tratarse de inversiones elevadas y en un país caro para producir, al bodeguero le van a faltar litros de vino para licuar costos y generar una ecuación con números positivos para este año.

CALIDAD. Afortunadamente, este clima no afectó de sobremanera uno de los sellos distintivos de la producción uruguaya: la calidad. En aquellos viñedos donde el estrés calórico no fue excesivo, se cosecharon nuevamente muy buenas uvas que permitirán vinos finos y de alta calidad, aspecto que caracteriza precisamente la producción nacional.

“Si bien es probable que no tengamos vinos de excelente color como el año pasado, se espera una cosecha de mucho aroma, gusto frutal y caracter, principalmente en Tannat, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Cabernet Sauvignon”, expresó Francisco Carrau, principal de bodega Cerro Chapeu.

La vitivinicultura se trata de un rubro que aún se encuentra en proceso de crecimiento, pero el posicionamiento de los vinos uruguayos a nivel local e internacional como un producto de calidad y producido bajo los más altos estándares de cuidado del medio ambiente ya es un hecho. Esta vendimia no será la excepción, con vinos de excelente calidad pero sufriendo de la sequía al igual que todos los demás rubros del agronegocio.

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