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Exportación y desbalance de la cadena cárnica

En 2020, China ha disminuido el volumen (30%) y monto (26%) de compra, pero con una tendencia al alza que ya se ubica en valores similares a la mitad del 2019.

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Posicionarse en los negocios a largo plazo en estos contextos siempre se transforma en una herramienta válida. Foto archivo El País.[/caption]

El momento que estamos atravesando marca por primera vez en muchos años un precio del novillo gordo que está en marzo -0.07 USD/kg 4ta balanza por debajo de las relaciones históricas con el valor de la carne exportada (última semana -0.28 USD/kg 4ta balanza), lo que indica que la demanda se ha reducido sensiblemente respecto a la oferta. Tener un valor por debajo de las relaciones históricas en un contexto interno que sería alcista en condiciones normales como lo es el menor stock invernable, el récord de pasturas intensivas y una capacidad de corral muy buena, marcarían la dimensión del problema externo que estamos atravesando, ya que el año pasado en las mismas condiciones y con una demanda externa fuerte se pagó +0.31 USD/kg 4ta balanza por encima de las relaciones históricas. En lo que va de este año la relación faena/exportación se ha incrementado fuertemente, lo que indicaría un posible alto stock de carnes en cámaras aún sin vender. También debemos tener presente que la industria hace 4 años que viene con números negativos en sus resultados, que se les ha generado a inicio del 2020 un gran problema financiero con la modificación de los negocios pactados a China, que está mejorando la competitividad de nuestros vecinos, que tal vez no podamos faenar por restricciones del coronavirus (faena y logística) al ritmo deseado, etc, son todos aspectos que marcan el gran desafío que tendrán de aquí para adelante.

En cuanto a la reposición, el precio del ternero parece no haberse enterado de la bajada del novillo gordo, cuando históricamente la correlación (con efectos de causalidad) ha sido del 88% entre ellos. Hoy el ternero se ha pago +0.12 USD/kg, los momentos en los que los invernadores/recriadores se han comportado así fue cuando se recompuso el stock vacuno pos crisis 2008/09 (período 2010 al 2013) y cuando la exportación en pie estuvo operando fuertemente (período 2015-2017). Es verdad que la capacidad de carga de los sistemas por el récord en pasturas intensivas ha crecido, pero el año pasado también la teníamos y seguramente con menor oferta de terneros por la sequía del 2018 no ocurrió lo que está pasando este año. Posicionarse en negocios largos en estos contextos siempre es válido pero el mercado, a pesar de ello, ha mostrado que el precio del ternero se fija en función de lo que vale el novillo gordo en ese momento y no en función de una expectativa de los próximos 18, 24 o 30 meses.

Por último, queremos compartir una reflexión en un momento tan complejo como el que estamos atravesando, no sólo como país sino como humanidad. Cuando se toca la salud nos exponemos al máximo nivel de vulnerabilidad posible. Esta crisis pasará y dejará sus consecuencias y sus aprendizajes. Uruguay es un pequeño gran país que produce alimentos, probablemente el mundo exija y maximice las garantías en la calidad de lo que consumimos, allí tenemos un desafío, una oportunidad. Si somos serios y solidarios como sociedad, cuidándonos como nos dicen y nos va bien en el control de esta pandemia, no sólo lograremos lo que todos hoy queremos sino que también le estaremos mostrando al mundo que tuvimos éxito y eso generará confianza. Y confianza es lo que van a exigir cada vez más los consumidores de alimentos en un futuro no muy lejano. Depende de nosotros.

Guillermo Crampet

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