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Cruce de caminos en la industria cárnica

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El reciente anuncio de Minerva de compra de 3 nuevas plantas frigoríficas, le ha movido la estantería al sector ganadero y ha desatado una ola de críticas entre productores y una fuerte preocupación por parte del gobierno. Más allá del inconveniente que genera tal concentración, parece un buen momento para realizar una breve revisión de la cadena cárnica con el objetivo de contextualizar esta llamativa adquisición. Si bien puede resultar fácil cobrar al grito, debemos esforzarnos por buscar argumentos sólidos para desestimarla.

La posición dominante de la industria cárnica no es una novedad realmente para Uruguay. Este oligopolio de hecho ha sido protagonista durante décadas de una dura confrontación con productores y gremiales, donde las prácticas industriales y las sospechas de colusión en la fijación de precios solían ser motivo de intensos cuestionamientos. A pesar de ello, la cadena cárnica logró reinventarse a sí misma con un interesante relato, basado en una mayor cristalinidad, el cual vino acompañado de cajas negras, trazabilidad, mejor posicionamiento internacional y una mayor productividad e innovación dentro y fuera de las plantas frigoríficas.

Principalmente a partir del desarrollo del Novillo Tipo por parte de INAC (liderado por Pablo Caputi), Uruguay logró establecer un sistema de información realmente envidiable, incluso para los mercados más desarrollados. Este importante hito en la ganadería nacional, logró desmitificar la posición dominante de la industria, pudiendo recrear los ingresos a partir de las exportaciones y así monitorear el margen industrial por animal. Si bien esto no equilibra el desbalance lógico que existe entre industria y productores, permite a los agentes identificar alteraciones en el mercado y tomar decisiones informadas.

Aunque esto pueda parecer trivial, es motivo de admiración, nada menos que de ganaderos americanos, quienes actualmente sufren los excesos de una industria fuertemente concentrada. Allí cuatro empresas (que representan el 80% del mercado), han logrado en un contexto de suba de precios de la carne, reducir el porcentaje de participación del precio de la hacienda más de un 25%. Este elevado poder de mercado de la industria frigorífica es motivo de preocupación por parte de la administración Biden, quien recientemente ha reglamentado un decreto con la intensión de fomentar una mayor competencia.

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Por el contrario, la relación precio hacienda/exportación (RHE) en Uruguay, constantemente monitoreada por INAC y celosamente vigilada por los productores, presenta una leve oscilación entorno a un valor histórico de 0,934. Esto habla de una cadena cárnica madura que ha sabido equilibrar relativamente bien las fuerzas de mercado, incluso enfrentando una creciente consolidación de firmas brasileras.

¿Podría la compra de Minerva cambiar el status quo? Resulta al menos útil repasar algunos antecedentes con el objetivo de evaluar ex ante la pertinencia de la operación que propone actualmente la industria.

El caso americano.

A pesar de contar con una fuerte institucionalidad y extensos antecedentes en su lucha contra el excesivo poder corporativo, la actual situación de la cadena cárnica americana ilustra un panorama poco alentador para los ganaderos, quienes enfrentan una concentración que no solo se circunscribe a los frigoríficos, sino que persiste en el sector retail.

Durante buena parte del siglo XX el gobierno americano supo actuar audazmente ante la proliferación de monopolios. A principios del 1900, el gobierno de Teddy Roosevelt enfrentaría a lo poderosa industria petrolera, el transporte ferroviario y los frigoríficos. La lucha por limitar la concentración del poder corporativo continuaría hasta finales de la década del 30 durante el gobierno de FDR quien impulsaría duras leyes antimonopólicas.

Sin embargo, a partir de la década del 70, época de crecimiento explosivo del sector ganadero, políticas predominantemente liberales y gobiernos más complacientes, permitieron a la industria frigorífica continuar su natural tendencia a la consolidación, lo cual indefectiblemente llevó a la situación extrema que aqueja el sector ganadero actualmente.

El caso paraguayo.

Otro ejemplo que interesa señalar es el paraguayo, donde si bien existen diferencias con EEUU desde el punto de vista de transparencia e institucionalidad, comparten una excesiva concentración de su industria frigorífica, la cual queda de manifiesto en la enorme volatilidad del precio del ganado gordo, así como puntuales faltas de cotización. Ello deja en evidencia la inexistencia de un mercado funcional y equilibrado y nos revela posibles escenarios que podrían devenir ante una excesiva concentración.

Ambos ejemplos resultan muy alejados de la “normalidad” que atraviesa nuestra ganadería y demuestran la necesidad de instituciones fuertes que eviten los abusos de la posición dominante. Esto es especialmente importante en mercados excesivamente concentrados, donde la mano invisible parece no llegar, pero el exceso de regulaciones no necesariamente contribuye a equilibrar el mercado, sino que por el contrario, suele quitarle dinamismo y en muchos casos, generar el efecto contrario al deseado fomentando la proliferación de oligopolios. En este marco el primer cuestionamiento que nos hacemos es acerca de la propia institucionalidad e independencia técnica de Defensa de la Competencia, donde su accionar, subordinado al Ministerio de Economía, difícilmente le permita deliberar objetivamente sin presiones políticas.

Un movimiento de piezas tan importante como el que proponen las firmas brasileras nos obliga a repensar la industria. Sin embargo, nuestra preocupación no debería centrarse únicamente en el porcentaje de faena que alcance Minerva como dijo el Presidente en una reciente entrevista, sino en las herramientas concretas con las que contaran los agentes para asegurarles una correcta fijación de precio y evitar posibles abusos.

Fotos Rurales El País, ganado en el campo, Uruguay (53).JPG

El precio de la hacienda en Uruguay no se encuentra regulado y como tal se fija en base a la oferta y demanda. Ahora, bien, además del evidente poder de mercado que presentarían los frigoríficos, ¿existen otros mecanismos que le permiten hacer uso de su posición dominante e influenciar la normal fijación de precios? La respuesta es sí.

Uruguay ofrece a las empresas una herramienta (que no fue diseñada para el uso que se le da habitualmente) que es el seguro de paro parcial. Este mecanismo es utilizado por los frigoríficos, en especial aquellos con varias plantas, para recortar sus plantillas puntualmente y de esta forma reducir la demanda por ganado gordo. Si bien no se desconoce la estacionalidad que puede existir en el sector, las plantas suelen suspender actividades en forma coordinada presionando sobre el precio del ganado gordo. Esto les aporta un leverage adicional sobre los productores que es financiado nada menos que por el BPS.

La oferta.

El uso de los feedlots (una herramienta relativamente nueva en Uruguay) les ha permitido a los frigoríficos, quienes mayoritariamente desarrollan esta actividad, la posibilidad de suministrar ganado gordo en épocas de menor oferta como en la post-zafra. Este negocio que solía ser nominal, ha crecido notoriamente llegando a alcanzar 1 de cada 4 novillos faenados. Nótese que el uso de corrales por parte de frigoríficos está limitado en EEUU justamente para evitar abusos de posición dominante por parte de la industria. Ya en 1921, producto de una elevada integración vertical de los frigoríficos, el gobierno americano aprobaba el Packers and Stockyard Act.

Ganado Vacuno. Ganado vacuno en corrales de engorde.

Algo desprotegidos y bastante dispersos, los ganaderos uruguayos cuentan con dos herramientas realmente para contrarrestar la posición dominante de la industria: i) contar con información de calidad (INAC) y ii) la exportación de ganado en pie. Esta última lamentablemente ha sido históricamente “cajoneada” y limitada por permisos burocráticos que autorizan únicamente la exportación en cuentagotas de las categorías más jóvenes. ¿Pone esto en línea a los frigoríficos y logra equilibrar las fuerzas de mercado? Ciertamente no.

Mientras que el precio del novillo gordo ha experimentado una importante corrección a partir del 2022 (principalmente a causa de una menor demanda de China), el precio del ternero se ha mantenido tonificado. Esto sugiere que la válvula de escape que ofrece la exportación en pie la sufre principalmente el productor recriador/invernador, no la industria. El ganado que se exporta reduce la cantidad de ganado a faena, pero como vimos, la industria cuenta con herramientas para amortiguar la falta de ganado disimulando su capacidad ociosa. Es el productor invernador quien paga los platos rotos realmente, debiendo competir en un mercado de reposición recalentado. Por un lado, se disputa por terneros con sus pares y con los compradores turcos, pero se encuentra confinado a vender en el mercado local sin salvaguardas ni posibilidad de exportar ganado gordo.

Recetas…

No existe una única receta y no debemos desconocer que el sector criador ha sido siempre el más relegado, pero entendemos que esta solución parcial no es suficiente y la consolidación industrial que se avecina nos induce a tomar algunas decisiones. O bien optamos por un camino de corte más liberal, donde no sólo es aprobada la consolidación industrial, sino que también es liberalizada totalmente la exportación en pie o elegimos un camino más intervencionista que apunte a limitar el poder de la industria y permita profundizar la integración de la cadena cárnica como quizás intentó EEUU en la primera mitad del siglo XX.

Existirán promotores y detractores de cualquiera de los caminos. De acuerdo con los ejemplos mencionados, nada parece asegurar un mercado equilibrado ante una industria excesivamente concentrada. Al final de cuentas, el diferencial que ha permitido descollar a Uruguay incluso sobre mercados como el americano, radica en la solidez institucional y la gran eficacia de INAC para timonear este barco. Ya sea que esta operación se apruebe o no, esperemos sepa mantener el rumbo.

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