El panorama para el sector lechero venía difícil. El escenario de mercados se mostraba adverso, con bajas en los precios internacionales que llevaron los valores a niveles cercanos al promedio histórico… en dólares. Y se sabe que estos dólares no son los de antes. Medidos en valor real, hay una baja apreciable.
Por otra parte, el otoño fue especialmente negativo para los tambos. Más que el frío, el enemigo complicado es el barro y -por lo tanto- los excesos de lluvia. En este sentido, lo de este otoño tuvo pocos antecedentes, con un acumulado en solo 3 meses (marzo-mayo) de 900 milímetros, según el registro de la estación meteorológica de Florida (gráfica). La cuenca lechera fue impactada a pleno por el diluvio. Bienvenida la lluvia, pero con estos volúmenes juega más en contra que a favor.
Las consecuencias se vieron en la producción: la remisión de julio quedó 9% debajo de la del mismo mes del año pasado y viene notoriamente rezagada respecto a la del año anterior (gráfica). En el acumulado de 12 meses (cálculo que deja de lado efectos estacionales) la remisión cae 2%.
Esta semana, sin embargo, llegaron buenas noticias desde el exterior. Los precios en Nueva Zelanda (principal exportador mundial) mostraron una recuperación, en especial en la referencia de la leche en polvo entera (principal producto de exportación de Uruguay) con un aumento semanal de 7% según la plataforma GDT. El precio vuelve así a niveles más estimulantes, aunque aún no es una tendencia definitiva (gráfica). Además, la industria uruguaya tiene ventas anticipadas hasta octubre, de manera que la recuperación en el precio internacional, de consolidarse, se verá más adelante.
China es el protagonista del mercado en Oceanía y es el mercado de destino clave para los neocelandeses. Uruguay tiene vínculos comerciales importantes con los chinos, pero las exportaciones en los últimos meses han sido casi nulas, por la baja demanda del gigante asiático. Hoy Uruguay exporta principalmente a Brasil y Argelia, pero lo que sucede en China repercute en todo el resto de los mercados.
Precisamente, además de los datos de GDT se informó un aumento interanual de las compras de lácteos chinas de 13% en julio (medidas en dólares). En el acumulado anual aún hay un retroceso importante (18%, según el Observatorio de la Cadena Láctea de Argentina), pero el dato de julio podría esbozar un cambio.
A juzgar por lo que pasa en otros productos, China seguramente está activando compras cuando los precios tocan un cierto piso, lo que deriva en rebotes como el de esta semana. Está pendiente una recuperación más firme. China está aumentando su producción interna y eso reduce la necesidad de importaciones, pero dichos aumentos en la producción interna se han moderado. Mientras, el consumo aumenta estructuralmente, por el cambio de dieta ante el aumento en los ingresos medios; esto a pesar de que la tasa de crecimiento del gigante asiático sea ahora más moderada.
En cuanto al clima, el invierno uruguayo llegó con mucho frío y encontró a los rodeos vulnerables. Los problemas de implantación de verdeos y praderas en el otoño obligaron a apuntalar la alimentación con más concentrados, lo que implica más costos. Es esperable, sin embargo, que a partir de la próxima primavera la producción de pasto se recupere con más vigor.
Pero para eso faltan varias semanas y -además- por mejor que venga la próxima estación difícilmente genere una producción suficiente como para superar los apremios financieros. Se necesita más apoyo y plazos más largos para pagar las deudas.
Medidas.
En este contexto, el directorio de Conaprole (la principal empresa) decidió postergar el vencimiento de una cuota de la asistencia financiera previa, que pasa de agosto a abril próximo. El objetivo es aliviar a los productores más afectados por la situación climática y productiva descripta.
Es también una forma de dar más tiempo para establecer una refinanciación más a fondo de las deudas de los productores, que se está negociando con el Banco República. El objetivo es cambiar financiamiento de corto plazo o vencido, por financiamiento de largo plazo. Los voceros de las gremiales del sector informaron que se estaría planteando una refinanciación a 4 años de las deudas de aquellos productores más complicados. La fórmula final la definirá el directorio del BROU esta semana y será de acceso optativo.
El endeudamiento bancario del sector lechero se ha incrementado en los últimos meses, aunque según las estadísticas del BCU no llega a los altos niveles previos a la pandemia (gráfica). Además, la morosidad se ha mantenido baja (en torno a 3%).
Pero hay muchas deudas no bancarias, con proveedores y contratistas de servicios. Y la caída reciente en la producción provoca ahora una fuerte restricción financiera; es un problema coyuntural, pues la perspectiva futura es más positiva, pero hay que resolverlo. La deuda con necesidad de refinanciación estaría en torno a los US$ 70 millones.
Por otra parte, Conaprole resolvió una reliquidación por un total de 2,5 millones de dólares para mejorar el precio al productor, anticipando un resultado de ejercicio que será positivo este año. Esto daría para unos 2 centavos de dólar por litro remitido, disponible a partir del 12 de setiembre. Todas estas medidas colaboran especialmente con aquellos productores cuyas liquidaciones están en déficit.
El precio de la leche al productor, medido en dólares por kilo de sólidos, está 15% debajo de su valor de hace un año y se mueve ahora cerca de los promedios históricos. En valor real, sin embargo (descontado por IPC), está cerca de los mínimos históricos. En la cuenca esperan que se concreten mejoras adicionales, tanto en los precios como en el clima. Las últimas noticias parecen abrir una cuota de esperanza. La seca y el “diluvio” del último otoño frenaron el avance de la producción lechera, pero el sector tiene fundamentos para retomar el crecimiento.