En un hecho histórico para la firma, escritorio Valdez y Cía., concretó el primer remate de arrendamiento de campo en muchas décadas. “Más de medio siglo después, retomamos una modalidad que forma parte de nuestras raíces y de la esencia de nuestra profesión”, afirmó Pablo Camilo Valdez Pasturino. El director de la centenaria firma agregó que “somos rematadores desde el 1916, lo llevamos en la sangre. Tenemos una larga historia de trabajo, confianza y compromiso con nuestros clientes, amigos y con el mercado todo”. Por eso, aseguró, “aunque para muchos este formato pueda parecer una novedad, para Valdez es, en realidad, una vuelta a nuestras raíces”.
Hizo referencia al remate de renta de estancia “La Pituca”, 1.582 hectáreas, índice de Coneat 84, con 20 potreros, mejora en 600 Hás. de Lotus Rincón. La subasta tenía como base US$ 99 y se concretó el negocio en US$ 106 por hectárea.
Según Valdez Pasturino, éste será el inicio de una nueva etapa, con más remates de renta, “un sistema que aporta mayor transparencia y dinamismo”. Porque, dijo, “lo importante es eso: que el remate sea cristalino, que cada interesado pueda expresar su intención y su demanda, pujando libremente y con igualdad de oportunidades por la renta de un campo”.
Para Pablo Camilo Valdez, “siguiendo nuestra filosofía: confianza y transparencia, como rematadores, somos quienes damos referencia al mercado”. Por otra parte, aseguró que, a partir de hoy, “reafirmamos también nuestro compromiso de ser referencia en el mercado de rentas rurales”.
Antecedentes.
Para encontrar el último antecedente de un remate de este tipo “debemos remontarnos a la década del 60, cuando fue liderado por Abayubá Valdez y también realizado por nuestra firma Valdez y Cía., siempre vinculada a los grandes hitos del sector”.
En aquel entonces, agregó, “por cuestiones impositivas —particularmente el Impuesto a los
Semovientes, que alcanzaba el 3%—, el sistema de remates de arrendamiento se volvió inviable. Fue así que se pasó a las licitaciones, que no tenían ese cargo. Sin embargo, todos sabemos que una licitación no es lo mismo que un remate”.