En el contexto de la primera Conferencia Regional para la Transformación Sostenible de la Ganadería en América Latina y el Caribe, que se llevó a cabo del 5 al 6 de noviembre de 2024, la Junta Interamericana de Agricultura (JIA) se reunió en una sesión extraordinaria. Este encuentro contó con la participación de 29 países, que estuvieron representados tanto de manera presencial como virtual, y fue presidido por el ministro uruguayo Fernando Mattos.
El objetivo central de esta reunión fue abordar las crecientes amenazas que enfrentan las exportaciones agroalimentarias de las Américas debido a las nuevas regulaciones ambientales y medidas comerciales unilaterales, particularmente aquellas provenientes de la Unión Europea, como el Reglamento 2023/1115 sobre productos libres de deforestación.
En el documento acordado por los ministros de Agricultura y Ganadería de los Estados Miembros del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), se reafirma el compromiso de la región con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Asimismo, se destacó que América Latina es una potencia en la producción y exportación de alimentos y bioenergías, desempeñando un rol crucial en la seguridad alimentaria global, especialmente en un contexto donde la inseguridad alimentaria ha aumentado significativamente en los últimos años.
El comercio agropecuario entre América Latina y la Unión Europea es vital: las importaciones agropecuarias del continente americano por parte de la UE superaron los 70 mil millones de dólares en 2023, representando el 32,2% del total de importaciones agropecuarias europeas.
Uno de los temas más sensibles discutidos durante la reunión fue el Reglamento 2023/1115 de la Unión Europea, que exige la geolocalización de productos para garantizar que no estén asociados con la deforestación. Los países de las Américas consideran que esta regulación, en su forma actual, es una medida unilateral que no tiene en cuenta las realidades locales ni las capacidades nacionales, lo que podría afectar negativamente el comercio y el precio de los alimentos, así como el bienestar de las comunidades rurales.
Si bien los ministros valoraron la propuesta de la Comisión Europea de postergar la implementación de este reglamento por 12 meses y extender por 18 meses su aplicación para pequeños y medianos productores, instaron a un debate más inclusivo y participativo que involucre tanto a los países exportadores de América Latina como a la propia Unión Europea.
El documento también hace un llamado a fortalecer el sistema de comercio global basado en normas claras, transparentes y no discriminatorias. Se reiteró la importancia de que cualquier regulación comercial sea sustentada por evidencia científica y respete los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En este sentido, se destacó la necesidad de iniciar consultas formales para discutir la compatibilidad del Reglamento 2023/1115 con los principios de trato justo promovidos por la OMC.
Los países de las Américas reafirmaron su compromiso con la producción sostenible, subrayando que han sido pioneros en el desarrollo de tecnologías que mejoran la captura de carbono y reducen el impacto ambiental de la agricultura. En el marco de la Alianza Continental para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Sostenible, la región se propone seguir avanzando en la cooperación con la Unión Europea para combatir la desertificación y promover prácticas agrícolas sostenibles.
Finalmente, la JIA subrayó la importancia de movilizar de forma rápida y efectiva los recursos financieros globales comprometidos en diversas instancias multilaterales. Se enfatizó que para alcanzar los objetivos climáticos y mejorar la seguridad alimentaria mundial, es crucial un comercio internacional equitativo junto con un financiamiento adecuado para el sector agropecuario.
Este encuentro de la JIA marca un paso importante hacia la construcción de un comercio agroalimentario más justo y sostenible, que contemple las realidades de los países productores y consumidores. El próximo reto será continuar el diálogo y la colaboración internacional para enfrentar los desafíos globales que impactan tanto en la agricultura como en el comercio, asegurando así un futuro más resiliente y equitativo para todos.