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Normando como forma de vida

Isabel Chiarino Mañé ha dedicado su vida a la cría de la raza y no dudaría en volver a hacerlo

La Sociedad de Criadores de la raza Normando tiene 68 años de vida y, de este total, la familia Chiarino -Armando e Isabel- estuvo 25 años en la presidencia. Entonces, más bien, es su casa.

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Isabel Chiarino Mañé nació en Montevideo, en septiembre de 1955. Tiene dos hijos -Rodolfo y Gabriela- y dos nietos -Julietta y Patricio-. Trabajó durante 20 años en una industria textil y, al decidirse a trabajar en el campo, estudió y se graduó de Técnico Agrario. Durante 27 se ha dedicado de lleno a la raza Normando.

Hace 27 años Isabel Chiarino inscribió en la Asociación Rural del Uruguay su primera vaca de pedigree de la cabaña que denominó La Prenda Chica. Chiarino siguió los pasos de su padre y durante 12 años presidió la Sociedad de Criadores de la raza.

Isabel Chiarino Mañé nació en Montevideo, en septiembre de 1955. Está divorciada, tiene dos hijos -Rodolfo y Gabriela- y dos nietos -Julietta y Patricio-. Trabajó durante 20 años en una industria textil y, al decidirse a trabajar en el campo, estudió y se graduó en la UDE, de Técnico Agrario..

Su padre -Armando Chiarino- fue presidente de la Sociedad de Criadores durante 12 años y desde niña se crió y disfrutó de los animales normandos. Tanto así que a los seis años se escapaba a la cabaña de su padre y dormía la siesta abrazada de su vaca favorita.

“Mi dedicación a los animales lleva ya muchos años, pero aún me acuerdo cuando mi padre preparó una vaca para la Expo Prado”, recordó.

Su padre inició la cabaña hace unos 70 años y en ese momento fue cuando se sembró en Isabel esa pasión por la raza y por los animales. En 1995 inició su cabaña y desde entonces comenzó a trabajar en el campo siguiendo el trabajo de su padre al frente del establecimiento, La Prenda Chica.

Al mismo tiempo integró la Sociedad de Criadores y durante 13 años fue su presidente. Actualmente ocupa la Vicepresidencia.

Participó activamente en las Expo Prado desde 1999 habiendo obtenido ocho Grandes Campeonas y cinco Reservadas Grandes Campeonas, además de 14 Grandes Campeonas y Reservadas en la Expo San José.

Una gran satisfacción para Isabel fue en 1993 cuando el gobierno Francés le otorgó la Medalla al Mérito Agrícola por el trabajo realizado en Uruguay por y para el desarrollo de la raza Normanda.

En 2020 se vendió el establecimiento y se realizó la liquidación completa de los animales, incluyendo todo el plantel de pedigree.

Un año y medio después adquirió una pequeña chacra, volvió a comprar vacas cuyas líneas de pedigree eran las que deseaba y hoy está recomenzando la cabaña en base a líneas de alta genética.

Normando.

Una de las metas que se había fijado cuando comenzó a trabajar en la Sociedad de Criadores era difundir y potenciar las cualidades lecheras de las vacas normandas, algo muy presente en Francia, pero no tanto en Uruguay, por tener un atraso genético desde que se cerraron las fronteras de importación de semen durante 14 años a raíz de la enermedad de la vaca loca.

A partir de 2003, cuando se revirtió la situación, la realidad de la evolución de la raza cambió notoriamente y, al demostrar las cualidades lecheras, fue cuando comenzó a tomar conciencia e involucrarse directamente en la lechería.

La raza Normanda ha evolucionado tanto “que hay más demanda de animales que la oferta existente”, opinó. “Hemos podido comprobar y demostrar la evolución lechera de la raza y hoy hay avidez por vacas lecheras y machos para cruzar con otras razas lecheras existentes en el país. Pensamos que este interés marcado continuará en crecimiento sostenido”, aseguró Chiarino.

Nunca tuvo tambo de remitir leche a una usina, sino que se limitaba a ordeñar las vacas que concurrían a las exposiciones, como Expo Prado o Expo San José.

De todas formas, Chiariano aseguró: “Creo que hoy en día la mujer puede trabajar perfectamente en un tambo. Las posibilidades son infinitas y con la tecnología que existe puede desempeñarse sin ningún impedimento. Obviamente, la lechería es una actividad sacrificada, rutinaria y muchas veces pesada y sin límites horarios. La producción no se detiene nunca, y las vacas deben ordeñarse a diario”.

Lechería.

Desde su punto de vista, la situación de la lechería en el país ataña a todas las razas lecheras, pero dado el doble propósito de la Normanda, hoy se puede afirmar que se valora expresamente el valor carne y el valor leche, “por lo que la defensa de la situación económica del productor tiene dos vías de salida, lo que redunda en una mejor posibilidad para el productor”, explicó.

Hoy, 27 años después, volvería a tomar la misma elección de vida. Su pasión está en los animales Normando y en comprobar la evolución genética de la raza.

“Creo que es lo que más me gusta y lo que sé hacer. Aprendí junto a mi padre, me fui perfeccionando en Francia y Colombia y estudiando todo lo referente a genética”, concluyó.

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