
Aún no hay una fecha definida para concretar la primera suelta de pupas estériles de Cochliomyia hominovoraz o gusano barrenador en Uruguay. Las dificultades para aprovisionarse de pupas por la reinfestación de la parasitosis en Panamá y países de Centro América, impiden avanzar en la puesta en marcha del Programa de Erradicación de la Bichera, generando críticas en el sector productivo y algo de nerviosismo, porque la ganadería se juega la vida con la puesta en marcha de esta lucha sanitaria que abarca una de los problemas que más demanda de mano de obra genera en los establecimientos agropecuarios.
Uruguay es rehén de la situación que generó la reinfestación de zonas que llevaban más de 17 años libres de la parasitosis y busca alternativas para aprovisionarse de los insectos estériles. La planta de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg), ubicada en Panamá, es la única en el mundo con la tecnología y las cepas de moscas bien probadas que provee de pupas estériles a todos los países que deciden emprender el camino de la erradicación. Hoy esa planta está con su capacidad a tope: 80 millones semanales de pupas estériles, pero la prioridad es volver a liberar las zonas de Centro América y Panamá que se reinfestaron y evitar el avance de la parasitosis.
“Hoy no tenemos una fecha y no sabemos cuándo vamos a disponer de moscas estériles para liberar”, aclaró el Gerente General del Programa de Erradicación de la Bichera, Romeo Volonté al ser consultado por Rurales El País. Eso fue lo que se le planteó, esta semana, a las gremiales que conforman Campo Unido, que a su vez son las mismas están conformando la Comisión de Gobernanza del programa conjuntamente con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). La situación que vive Panamá, la llevó a declarar la Emergencia Sanitaria y priorizar evitar que la mosca causante de la bichera siga avanzando.
Problema.

“A raíz de la reinfestación que hubo en Panamá y que provocó casos de mosca de la bichera en Costa Rica, algo que hacía 15 años no pasaba, la planta de producción de insectos estériles de Copeg, se vio obligada a incrementar su producción. Esa producción, desde hace mucho tiempo, estaba enfocada a producir las moscas estériles para dispersar en la barrera biológica, en la barrera entre Panamá y Colombia, recordó Volonté.
Dicha planta producía entre 15 y 17 millones de pupas estériles por semana y hoy está con su capacidad máxima que son 80 millones de pupas por semana, con la necesidad de dispersar la totalidad de esa producción en Centro América. “Debieron cambiar esa barrera que estaba en la frontera de Panamá y Colombia a la frontera de Costa Rica con Nicaragua para evitar que siga ingresando la parasitosis a Centro América y vuelva a Norte América. La meta también es atender los focos que fueron surgiendo en Costa Rica y Panamá”, detalló el Gerente del Programa para la Erradicación de la Bichera en Uruguay.
Copeg le planteo a Uruguay que con este nuevo escenario era imposible comprometer cualquier volumen de pupas estériles para atender las necesidades del programa local. El compromiso era depositar el dinero de las moscas que aportaría Copeg seis meses antes para lograr el abastecimiento del semestre y el organismo se comprometió a entregar el volumen de pupas estériles solicitado por Uruguay cada semana.
Opciones.
La nueva opción para proveerse de las pupas estériles es apuntan al Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) que trabaja con la técnica del insecto estéril pero focalizado en la mosca de la fruta, aportando pupas a Chile, Argentina y Bolivia.
A su vez, realiza un programa piloto con otra cepa de mosca de la bichera colectada en el Chaco, impulsando la liberación de pupas estériles en una isla del Paraná. Estas acciones se realizan en el marco de un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Si bien el Iscamen está dispuesto a proveer de pupas estériles de la mosca de la bichera para que Uruguay ponga en marcha su campaña sanitaria, precisa la genética que está utilizando la planta de Copeg. Esos insectos ya fueron probados con éxito en Uruguay, en el marco de dos experiencias piloto que se hicieron hace décadas en el norte del país.
Volonté explicó que el Iscamen ya hizo algunos planteos a Uruguay, pero precisa del apoyo de la planta de Copeg, su tecnología, la genética y el entrenamiento de su personal en la técnica.
Frente a ese escenario empezamos a explorar con el Iscamen, que es el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza, que tiene una planta que produce insectos estériles para el programa de la mosca de la fruta para Argentina, Bolivia y Chile. El Iscamen está interesado en abastecer a Uruguay.
“Precisan que Copeg les provea del material genético. Ellos tienen una colonia de producción de insectos estériles en forma masiva que está habituada a producir en el ambiente de la planta, para llevar adelante la cría y todo el proceso de radiación”, explicó el jerarca uruguayo. Pero más allá de las demoras, hay avances, lentos, pero los hay.
En el marco de una reunión mantenida esta semana entre las autoridades del Programa de Erradicación de la Bichera de Uruguay y sus pares de Copeg, el organismo se mostró dispuesto a cooperar con el Iscamen.
“Lo que queremos hacer es generar los convenios y comenzar a analizar la viabilidad de eso. Desde Iscamen nos dicen que no es tan necesaria tanta inversión en infraestructura, porque la planta tiene buena capacidad, es una planta modular que puede tener adaptaciones para alojar la cría de mosca de la bichera”, explicó Volonté. A su vez, hay una cantidad de mecanismos que ya están aceitados en la planta Argentina, pero precisa del material biológico de Copeg para tener el pie de cría.
“Estamos avanzando lo más rápido posible en develar estas incognitas”, agregó Volonte.
Los cambios de autoridades en Argentina también demoran la resolución de los problemas que van surgiendo, pero también abren la posibilidad de que, a través del Servicio Nacional de Sanidad, el vecino país se sume a la lucha contra la bichera que emprenderá Uruguay.
Posibilidad.
Si el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza recibe el material genético aportado por Copeg y como las inversiones que debe realizar en equipamiento y capacitación no son tan altas, “estaría en condiciones de, a partir de mitad de año en adelante, abastecer a Uruguay con los 5 millones de pupas por semana que le habíamos planteado a Copeg que nos mandara para empezar con la liberación en la zona uno”, detalló el Gerente del Programa de Erradicación de la Bichera de Uruguay. Con mayor aprovisionamiento, el avance en la lucha sería mayor en la próxima primavera.
Mientras tanto y con mesura, Uruguay va realizando las inversiones mínimas y muchas otras están condicionadas a la disponibilidad de pupas estériles para liberar en cada zona. “Se estableció un presupuesto mínimo parar que en la eventualidad de disponer de pupas se puedan dispersar y complementar el proceso de dispersión. La idea es avanzar en el convenio con Fuerza Aérea para hacer la dispersión, en la construcción del centro de dispersión en Santa Bernardina y en la contratación de algunas posiciones claves que serán necesarias. La gente que va a trabajar en el campo no se puede contratar hasta que no se tengan las fechas de dispersión”, admitió Volonté.
La mosca de la bichera genera en Uruguay pérdidas por US$ 40 millones anuales en pérdidas a la ganadería, pero es una zoonosis. El presupuesto del programa es US$ 70 millones y la dispersión de pupas estériles, en el marco del programa que pondrá en marcha Uruguay, podría llevar cuatro años.
A su vez, algunos relevamientos impulsados en Uruguay mostraron que dependiendo del año y principalmente de cómo incida el clima sobre las poblaciones de moscas causantes de las bicheras, en Uruguay se gastan entre 2 y 2,4 millones anuales en curabicheras. Las bicheras limitan la expansión de la ovinocultura y la ganadería, pero también son una zoonosis (afecta al hombre).
La estrategia que aplicará el Uruguay para sanear
El programa en Uruguay, en su primera etapa, será financiado por el Fondo de Enfermedades Prevalentes y para esto se creó un fideicomiso que tiene un plazo de 10 años, con un presupuesto asignado de unos US$ 7,5 millones anuales.
El Plan de saneamiento de Uruguay maneja cuatro años. Se dividirá el país en cuatro zonas, de sur a norte. Una vez limpia la primer zona se pasará a la siguiente en el plazo de un año. Si bien, originalmente, la planificación manejaba que el saneamiento en cada zona podría llevar seis meses -durante el invierno la mosca no complica- , posteriormente se hizo ajustes que obligaron a ampliar el margen. e empieza por el sur y el Rio de la Plata y el Atlántico son barreras naturales que siempre las vamos a tener. Luego se correrá la lucha hasta el centro del país y la última zona será el norte. A partir de que se liberen las cuatro zonas, se pasará a dispensar moscas estériles en una barrera que comprende el límite con Argentina y Brasil. Hay que evitar que ingresen moscas de países vecinos, más allá de los controles de movimientos.