La primera suelta de moscas estériles, en el marco del Programa de Combate y Control de la mosca de la bichera o gusano barrenador del ganado, podría retrasarse, complicando los planes sanitarios de Uruguay.
Si bien estaba prevista para marzo de 2024, la reinfestación de Panamá y el posterior avance de esta parasitosis en Centro América, pusieron a la planta de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg) - la única en el mundo que produce las moscas irradiadas (estériles) que se usan en el combate a esta problemática- en una producción al límite.
La Copeg impulsa el combate a la Cochliomyia hominivorax desde hace más de 60 años, eliminó la parasitosis en Estados Unidos, México y otros países. Su planta tiene una capacidad máxima de producción de 80 millones de moscas estériles y hoy se usa hasta la última en las dispersiones que apuntan a recuperar el terreno perdido, pero también a evitar que la Cochliomyia hominovorax no continúe avanzando por Centro América.
Los tratamientos utilizados hasta ahora en Uruguay para combatir las bicheras (miasis) se basan en la aplicación de insecticidas de acción preventiva o curativas, pero en el mundo se han desarrollado técnicas para el combate de la mosca en su etapa adulta, a través de la utilización de trampas o la aplicación de la técnica del insecto estéril (TIE o su versión en inglés, “SIT” (Sterile Insect Technique)), que se han utilizado exitosamente en programas de erradicación en diversos países. La técnica del insecto estéril consiste en la cría y esterilización masiva de moscas y su posterior liberación al ambiente. Las características biológicas de la Cochliomyia hominivorax (hembras monógamas y machos polígamos), la hacen especialmente favorable a esta técnica. Los machos estériles liberados copulan las moscas hembras fértiles de la población silvestre, produciendo así huevos infértiles; de este modo se corta el ciclo reproductivo y se van reduciendo las poblaciones silvestres de la mosca, hasta su erradicación.
En Uruguay hay algunas experiencias piloto usando la tecnología del insecto estéril que mostraron muy buenos resultados y probaron que es eficaz. En 2009 se probó que el costo anual de esta parasitosis, medido en mano de obra, mortandad de animales y tratamientos alcanza los US$ 38,4 millones anuales.
Algunos relevamientos impulsados en Uruguay mostraron que dependiendo del año y principalmente de cómo incida el clima sobre las poblaciones de moscas causantes de las bicheras, en Uruguay se gastan entre 2 y 2,4 millones anuales en curabicheras.
Dispersión.
“El comienzo de la dispersión se atrasaría”, estimó el Ing. Agr. Romeo Volonté, Coordinador del Programa de Control y Erradicación de la Bichera que impulsa el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Esta semana, las autoridades de este programa sanitario mantuvieron una reunión con las autoridades de Copeg y constataron que es “poco esperable” que se pueda cumplir con la primera dispersión de las moscas estériles que vienen desde Panamá en marzo 2024.
Cada dispersión insumiría 20 millones de moscas por semana. “Eso sería un cuarto de la producción actual de la planta de Copeg y hoy en día están precisando la totalidad de la producción para controlar el problema en Panamá y otros países que se reinfestaron”, explicó Volonté.
“Hoy están con mucha incertidumbre, porque ni siquiera pueden tener buenos sistemas de monitoreo y vigilancia”, agrego el jerarca uruguayo. Es que un conflicto interno en Panamá, con cortes de ruta y falta de combustible, está impidiendo el desarrollo de controles efectivos para evitar que el gusano barrenador siga ganando terreno.
Uruguay está planteando a las autoridades de Copeg “la posibilidad de recibir un volumen inferior a las 20 millones de moscas por semana, para que ajustando la técnica y los procesos de su programa, pueda achicar la primera zona y poner en marcha las dispersiones”. Así lo manejó como una posibilidad el Coordinador del programa uruguayo.
Mientras tanto, se siguen definiendo inversiones y contrataciones del personal que estará trabajando en los controles y dándole apoyo al productor en las zonas elegidas para comenzar a controlar las bicheras (serán cuatro zonas).
“La mayoría de la gente que trabajará será a nivel de campo, de apoyo al productor, en monitoreo de los centros de control de movimiento y si no hay dispersión no se puede hacer”, admitió Volonté.
Plazos.
El proyecto viene avanzando dentro de lo planificado en algunos procesos, como en las contrataciones y los llamados para completar la estructura, en definir los contratos del servicio de dispersión de moscas, así como en un convenio con la Fuerza Aérea y el Ministerio de Defensa.
Se establecerá la localización del Centro de Dispersión en la base aérea de Santa Bernardina (Durazno) y por otro lado, la Fuerza Aérea brindaría el servicio de dispersión con sus aviones. Este es un avance importante, porque el centro de acopio debe estar listo y con su tecnología afinada previo a recibir la primera partida de moscas estériles desde Panamá.
Reinfestación.
En julio Panamá que estaba libre del gusano barrenador declaró la Emergencia Sanitaria tras constatar un caso fuera de lo que es la barrera de dispersión, que está ubicada en el límite entre Panamá y Colombia. En el marco de esa medida, la planta de Copeg comenzó a producir al máximo para incrementar la cantidad de moscas estériles en las dispersiones.
“Por un lado, está la buena noticia de que la técnica funciona, la calidad de la mosca estéril que produce Copeg es excelente y donde se dispersan los casos caen, pero siguieron surgiendo focos fuera de la zona de la barrera. Empezaron a aparecer casos en Costa Rica, muchos localizados en la frontera con Panamá”, contó Volonté que sigue a diario la situación, porque de los avances o retrocesos depende la puesta en marcha del programa en Uruguay.
Con los días la situación se agravó, porque surgió otro caso a 23 kilómetros de la frontera con Nicaragua. Eso generó una alarma especial, porque si bien es un caso aislado, siempre está la inquietud de que puedan aparecer más casos, incluso dentro de Nicaragua, donde no hay sistemas eficientes de monitoreo hoy como para reportar casos.
“Tratamos de ser optimistas porque hace 60 años que este programa de Copeg tiene éxito, pero esta es la reinfestación más grande de toda la historia. Hemos tenido muy poca suerte. La situación de Copeg es compleja, ya que hoy la prioridad es que no se meta el gusano barrenador en los países que están libres del problema”, explicó Volonté.
Podría pasar que, en el marco de esa preocupación de Copeg por incrementar la cantidad de moscas estériles para dispersar, reactive la antigua planta de México, que tenía capacidad para producir 500 millones de moscas por semana y en este caso, el programa impulsado por Uruguay no tendría mayores inconvenientes. Hoy, de los 80 millones de moscas estériles que se producen por semana se liberan 15 millones y antes de que surgiera la reinfestación en América Central, con los 20 millones que requiere Uruguay, la planta de Copeg Panamá iba a estar por debajo de la mitad de su capacidad de producción. “Ese era el escenario que siempre tuvimos hasta julio y agosto donde comenzó la infestación en Centro América”, explicó el Coordinador del Programa de Control y Erradicación de la Bichera en Uruguay.
Zonas.
El control y erradicación de la bichera en Uruguay -que además es una zoonosis- fue un compromiso de gobierno de Luis Lacalle Pou y no tiene marcha atrás.
Las bicheras causan daños por US$ 41 millones anuales. El programa en Uruguay, en su primera etapa, será financiado por el Fondo de Enfermedades Prevalentes y para esto se creó un fideicomiso que tiene un plazo de 10 años, con un presupuesto asignado de unos US$ 7,5 millones anuales.
¿Cómo funcionará?.
El Plan de saneamiento de Uruguay maneja cuatro años. “Se dividirá el país en cuatro zonas, de sur a norte. Una vez limpia la primer zona se pasará a la siguiente en el plazo de un año. La realidad es que eso se verá una vez que se empiece a implementar el programa”, explicó Volonté. Si bien, originalmente, la planificación manejaba que el saneamiento en cada zona podría llevar seis meses -durante el invierno la mosca no complica- , posteriormente se hizo ajustes que obligaron a ampliar el margen.
“La realidad es que si se está haciendo la dispersión y si el monitoreo no verifica casos significativos, se puede avanzar a la siguiente zona, porque no quiere decir que haya cero bichera para liberarla. El programa tiene mecanismos para ir monitorear y determinar si se está en condiciones de pasar a la siguiente zona antes o después de lo previsto”, argumentó el Coordinador del Programa de Control y Erradicación de la Bichera.
Se empieza por el sur y el Rio de la Plata y el Atlántico son barreras naturales que siempre las vamos a tener. Luego se correrá la lucha hasta el centro del país y la última zona será el norte. A partir del cuarto año, a partir de que se liberen las cuatro zonas, se pasará a dispensar moscas estériles en una barrera que comprende el límite con Argentina y Brasil. Hay que evitar que ingresen moscas de países vecinos, más allá de los controles de movimientos de animales.
Una vez liberada una zona, habrá controles sobre los movimientos de ganado para evitar que se vuelva a infestar y esos controles deberán ser estrictos, contándose con el compromiso de los productores para denunciar al servicio oficial si vuelven a surgir casos que compliquen la campaña y le devuelvan a la mosca de la bichera el terreno perdido. Los controles deberán ser férreos y certeros para evitar reinfecciones, como la que hoy está padeciendo Panamá y varios países de Centro América.
Copeg también aseguró a Uruguay el apoyo técnico y algunas misiones de jerarcas y técnicos estuvieron visitando la única planta productora de moscas estériles del mundo, viendo cómo funciona la producción y cómo funcionan los controles sobre los movimientos de ganado en las zonas saneadas, para evitar reinfecciones. Las experiencias desarrolladas en el norte del país con la técnica del insecto estéril mostraron que se puede eliminar esta parasitosis y aportaron datos claves para el combate.
¿Cómo es el ciclo de la mosca y qué etapas tiene?
La mosca de la bichera (Cochliomyia hominovorax) es un insecto, que en una de las etapas de su vida pone huevos sobre tejidos vivos, es decir, sobre heridas y secreciones. La etapa larvaria la cumple sobre el tejido del animal: se come la parte muerta y allí comienza el daño.
La mosca tiene casi el doble del tamaño de una mosca casera corriente, es de color azul verdoso y tiene ojos grandes de color rojizo anaranjado. Es un insecto que pasa por las etapas de huevo, larva, pupa y adulto. En condiciones ambientales favorables con temperaturas de 22 º C, su ciclo de vida se desarrolla en 21 días . El ciclo se inicia con el apareo de moscas adultas (macho y hembra), a los 3 días de nacidas.
Las moscas ponen sus huevos, que eclosionaran en un período de entre 8 horas a 3 días, cerca de una fuente de alimento (tejido vivo) para que cuando nazcan las larvas puedan ingerirlo y desarrollarse. A menudo, varias moscas depositan sus huevos muy cerca, lo que da lugar a grandes masas de larvas y pupas. En el campo es un verdadero dolor de cabeza eta parasitosis por la gran cantidad de mano de obra.