La avicultura uruguaya, sea de postura o de carne, sigue alerta y preocupada, extremando las medidas de bioseguridad para evitar que el virus de la influenza aviar ingrese a las granjas. Hasta el momento los focos se manifestaron en aves silvestres y aves de traspatio, lo que demuestra que hay circulación viral.
Más allá de la prevención, la discusión comienza a darse respecto a usar la vacunación o dejarla de lado, porque son pocas las vacunas que hay en el mundo y muchas veces, no brindan tanta inmunidad. “La gripe aviar es una enfermedad nueva para Uruguay. Hay vacunas pero no se han desarrollado tanto y no otorgan una gran seguridad, por lo que nos comentaron hablan de una eficacia de 50%, no más de eso”, explicó el presidente de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra), Domingo Estéves a Rurales El País.
Según agregó el empresario, la vacunación, en caso de aplicarse en las granjas avícolas uruguayas, debería ser en varias instancias. “Serían como cinco dosis en el correr del tiempo para llegar a una inmunidad alta. Todo eso es problemático y tememos que si se llega a usar la vacunación, la gente se sienta protegida y afloje con las medidas de bioseguridad y prevención, que por más que se vacune, hay que aplicarlas igual”, aclaró Estéves.
Desde el sector avícola uruguayo se le pide al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca que estudie esta posible medida. “Se debería armar una especie de Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) para analizar a fondo la posibilidad de vacunar, ver qué dosis se ofrecen en el mercado y qué eficacia tienen. Definido eso, con participación de los privados (sector de postura y de carne) se debería tomar una definición”, detalló el presidente de Cupra.
Por otro lado, el MGAP tendrá que importar las vacunas y armar un banco para entregarlas en el momento adecuado. “La posibilidad de vacunar hay que analizarla a fondo, no hay que salir corriendo. No somos defensores de la vacunación a ultranza, pero estamos abiertos a utilizarla. Es una posibilidad que hay que analizar con mucho cuidado”, remarcó Estéves .
Experiencia. Mientras tanto, técnicos y productores buscan nutrirse de la experiencia de otros países que padecen casos de influenza aviar, incluso en granjas comerciales, como es el caso de Chile, donde uno de los expertos en avicultura y jerarcas de los servicios veterinarios oficiales mantienen asiduo contacto con Uruguay. “De momento Uruguay todavía es un país libre de influenza aviar, porque los casos se registraron en aves de traspatio y silvestres, el virus no ingresó a las granjas comerciales”, recordó el titular de Cupra.
Lo otro importante es remarcar que el consumo de aves y huevos procedentes de granjas y empresas comerciales formalizadas no representan ningún riesgo para el ser humano. Lo importante es denunciar las sospechas de influenza aviar y no tocar las aves muertas. En el mundo hay muy pocos casos de influenza aviar en humanos.
No hay datos que indiquen que el virus de la gripe aviar y otros virus de la gripe de origen zoonótico puedan infectar a las personas si los alimentos que consumen han sido bien cocinados, remarca la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La mayoría de los casos de infección humana por los virus A(H5N1) y A(H7N9) se han relacionado con el contacto directo o indirecto con aves de corral infectadas, vivas o muertas. El control de la enfermedad en los animales es fundamental para reducir el riesgo para el ser humano, afirmó la OMS.
La influenza aviar es una enfermedad viral extremadamente contagiosa, con alta mortalidad y propagación que afecta aves de corral pero también más de 100 especies silvestres.
“Si el virus ingresa a las granjas comerciales sería una catástrofe, provocando un golpe importante a la avicultura uruguaya”, sostuvo el presidente de Cupra. Cuando ingresa al circuito comercial, hay que sacrificar miles de aves.
Desde Cupra se sostiene que la prevención es fundamental en estos momentos y piden al MGAP que controle a las granjas comerciales que no están formalizadas. “El MGAP debe ejercer su rol de Policía Sanitaria”, reclama Cupra.
“Tiene que salir a auditar como están las empresas. Sabemos que hay una cierta cantidad de empresas, fundamentalmente dentro del sector de postura, que son informales y muchas veces por esa informalidad no tienen buenas medidas de bioseguridad, entonces son las más expuestas a la gripe aviar”, explicó Estéves. “Ahí el MGAP, en cierta medida, está en falta. Hemos reclamado en conjunto con el sector de ponedoras que el MGAP fiscalice más y las ingrese al sistema de granjas habilitadas. Están por hacerlo y pretendemos que salga a fiscalizar”, dijo Estéves.