Valeria Gayo Ortiz asumió la dirección General del Laboratorio “Miguel C. Rubino”, Dilave. De familia oriunda de Cerro Largo, formada en la Udelar como doctora en Medicina y Tecnología Veterinaria, con una Maestría en Ciencias en la Universidad de Pretoria en Sud África. Trabajó en el Departamento de Parasitología de la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave), desde el año 1995 (antes había realizado pasantías) cuando ingresó al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) y estuvo a cargo del diagnóstico molecular parasitario y del área de endoparásitos. Allí estuvo hasta el año 2017. Desde ese año es coordinadora de la Unidad de Biotecnología del Dilave, donde una de sus principales tareas ha sido el análisis de las exportaciones de ganado en pie. Además, forma parte de la Unidad de Habilitación de Laboratorios (UHL). Ha escrito capítulos de libros y diversos artículos en revistas especializadas internacionales. Dirigió proyectos regionales financiados por Organismos internacionales.
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Manuela García Pintos
-¿Cómo fueron tus comienzos en la carrera veterinaria?
-Me formé en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República. Egrese en 1991. Elegí la carrera porque me encantaba el campo. La idea era trabajar allí, pero a veces no podemos hacer lo que pensamos que vamos hacer. Entonces comencé a venir al laboratorio, al Dilave en el año 1992 en forma honoraria al departamento de Parasitología. Así empecé a trabajar. Tuve mucha suerte porque justo había un proyecto en conjunto con el INIA y estaban empezando a trabajar en diagnóstico por PCR, en el año 1992 o 1993 estudiando los parásitos que causan tristeza parasitaria. Empecé a trabajar en el proyecto. Iba al INIA Las Brujas, porque acá no teníamos el equipamiento de PCR. Así empezó mi carrera con los parásitos y biología molecular.
-¿Qué temas preocupan?
-Lo que es el Dilave, la Dirección de Laboratorios Veterinarios, tiene objetivos y una visión que no van a cambiar. Solamente quizás nos re-enfoquemos en actividades que son tareas sustantivas de un laboratorio oficial de un país. Esto implica, en nuestro caso, un país agroexportador y de ello depende nuestra economía en gran parte. Entonces aquellas tareas y análisis que no esencialmente tiene que cumplir el Ministerio, veremos de irlas realizando en conjunto con otras instituciones, con laboratorios privados, contando con el control y el apoyo de nuestro laboratorio oficial. Así, estaremos abocados en las tareas que son sustantivas de un laboratorio oficial de cualquier país. Creemos que los requerimientos de los mercados con los que trabajamos van siempre en aumento, eso no va a cambiar.
-Un rol nada para menor teniendo en cuenta la importancia de los mercados internacionales para el agro uruguayo.
-Nuestro laboratorio tiene que estar a la vanguardia de todos esos requerimientos. Nuestra competencia técnica es vital. Para poder responder a eso tenemos que ser ágiles y efectivos y necesitamos, es imprescindible, tener el equipamiento necesario, por un lado. A veces son equipos muy caros, falta tecnología y para los laboratorios privados no les es rentable. Son cosas que el Ministerio seguirá realizando obviamente. Necesitamos también, por otro lado, personal capacitado, idoneo. Ese es el gran punto débil del laboratorio. El tema de los recursos humanos. Hoy contamos con 100 funcionarios entre los tres laboratorios regionales y el Dilave central.
-¿A qué se debe la falta de personal?
-La falta de personal se debe a que no ha habido un gran recambio. La gente se ha ido jubilando y muchos de los funcionarios actuales ya tienen causal de jubilatorio. No se han jubilado porque les pedimos por favor que no se vayan (risas).
-¿Cómo se trabaja con el resto de las autoridades sanitarias dependientes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca?
-Trabajamos mucho las tres direcciones juntas: Industria, Sanidad y Dilave en conjunto como una sola unidad. Es algo que le vamos a dar importancia porque tenemos muchos puntos de contacto. El trabajo en equipo es fundamental. Los tres directores estamos en permanente contacto, participamos de todas las reuniones. Estamos trabajando muy estrechamente. En cuanto a los privados, toda la parte privada, los laboratorios, los fabricantes de productos, los importadores, los exportadores de ganado en pie, entre otros, siempre nos brindan su apoyo. Siempre estamos trabajando al lado del privado, dándole una mano al Ministerio. Buscamos la manera de poder reforzar nuestra plantilla de trabajadores. Esperemos que en el corto plazo se pueda hacer. Un veterinario que se involucre en el laboratorio, que haga análisis, validaciones de técnicas, lleva mucho tiempo de preparación. Tiene que ser cuanto antes la reposición y el recambio. Los recursos humanos son vitales. Tenemos una apuesta fuerte a la robotización. Tenemos dos robots para trabajar, por ejemplo, en las exportaciones de ganado en pie. Son volúmenes grandes. Por ejemplo, un barco que va a Turquía y lleva 20 mil animales. Cada animal lleva tres análisis. Si no tuviéramos los robots sería muy difícil cumplir con los tiempos que se requiere ya sea por la cuarentena, por la espera de los barcos en el puerto. Vamos muy encaminados hacia eso. Vamos acompasados por la tecnología permanentemente, pero igualmente a pesar de la robotización la gente sigue siendo imprescindible porque no reemplazamos los seres humanos con máquinas.
-¿Se ha pensado en realizar llamados?
-Estamos trabajando en eso. Pidiendo por favor que se nos tenga en consideración. Si te mostrara todo lo que hace el Dilave... todas las tareas que tiene asignadas, desde hacer la evaluación química y biológica de los animales que están en los mercados o se exportan, la parte de certificacion analistica de los productos de origen animal, producción de biológicos, la parte de laboratorios clásica de biología… es impresionante. Somos 100 personas repartidas entre los tres laboratorios. Es evidente que se precisa gente.
-Y la oferta laboral siempre es una buena noticia para el sector...
-Ni que hablar. Sin dudas. En poco tiempo la Facultad de Veterinaria para acá al lado (Ruta Nacional N° 8) y tenemos confianza que va a ser un apoyo y vamos a poder trabajar en concordancia, en cooperación con la facultad. Hay estudiantes que piden para hacer pasantías, aprender. Vamos a ver cuáles son los mecanismos para poder trabajar en conjunto con la facultad de Veterinaria que va a estar al lado. Va a ser una cosa muy positiva para ambos. Puede llegar a ayudarnos. De todos modos no es lo mismo tener funcionarios del Ministerio, oficiales. Eso no se puede negar. Necesitamos llamados, que entre gente contratada y capacitada.
-¿Qué funciones o herramientas le gustaría sumar a su dirección?
-Particularmente yo siempre “peleo” para que se contraten otras profesiones nuevas como, por ejemplo, biólogos moleculares, bioquímicos, biotecnólogos, carreras que en mi época no había. Ahora hay una carrera en Biotecnología. En los laboratorios del mundo hay de todo, además de los veterinarios por supuesto. Siempre tiene que ser en conjunto con otras disciplinas porque todas aportan desde distintos ángulos y con distintas visiones. Es un tema que también me gustaría poder llevarlo a cabo y aportar al Dilave.
-¿En qué se trabaja actualmente?
-Estuvimos trabajando mucho en las respuestas a auditorías de la Unión Europea junto con la división de Industria y Sanidad Animal. Estamos trabajando fuertemente en eso, quedándonos hasta tarde en el laboratorio. Son los temas que el laboratorio oficial, o los servicios oficiales, tiene que estar presente. Tenemos que garantizar que nuestros productos son de la calidad, la inocuidad y la sanidad que requieren los mercados. Tenemos que demostrar eso con prudencia y con solvencia.
-Es decir, el Dilave es el primer escalón...
-Exactamente. El Dilave es el primer escalón de todo lo que viene después. El laboratorio a veces, como somos los que estamos encerrados y menos en contacto directo con los productores, no tan así como Sanidad Animal que recorre, va a las ferias... Quizás nos se valora el trabajo que se hace acá adentro que es impresionante. Es un trabajo muy cambiante, porque de un día para el otro nos cambian las exigencias y hay que ver cómo se aplican, cómo se validan, qué equipamientos necesitamos, la capacitación para ese equipo. Es un trabajo ágil que exige de una respuesta inmediata porque los mercados así lo requieren. Tenemos que estar a la vanguardia de todo eso.