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Familia Deicas, la búsqueda de excelencia y calidad para formar parte de una revolución en los vinos uruguayos

Santiago Deicas lidera Establecimiento Juanicó y Familia Deicas: habla de pasión, historia y calidad de los vinos costeros

Establecimiento Juanicó y Familia Deicas.
Establecimiento Juanicó y Familia Deicas.
tincho cervino

Uruguay suele ser ese país donde el peso de la tradición bien entendida, representa en muchos casos un porcentaje alto del futuro elegido por las personas para su desarrollo. En la producción agropecuaria lo vemos mucho y muy seguido, con empresas que crecen utilizando como plataforma de despegue la generación familiar anterior. La gran ventaja que puede entregar una sucesión de estas características, es el sentido de pertenencia y la responsabilidad que tienen quienes lideran las empresas de hacerlas perdurar.

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Hace poco menos de 40 años, la familia Deicas vivía en la propia bodega, y aún cuando se mudaron a Montevideo, pasaban los veranos allí. En ese contexto creció Santiago, quien encontró en las vendimias en febrero y marzo, época en la que coincidentemente estaba de vacaciones, algo que lo atrajo de una vez y para siempre.

A los 14 años, su padre lo invitó a ir a una feria de vinos en Francia y descubrió “el otro lado del mostrador”, lo que sucede con la parte comercial. “Todo lo vinculado a la venta, de mostrar tus vinos, representar a tu país, además de visitar otras bodegas y el ambiente de camaradería que hay, porque te muestran todo, te abren los mejores vinos, todo eso me encantó, entonces me di cuenta de chico que me quería dedicar a esto”, expresó Santiago Deicas.

Antes de entrar a la facultad, Santiago fue orientando sus estudios vinculados al tema, por eso estudió ingeniería en alimentos y luego hizo un MBA en Estados Unidos, donde se fue preparando para estar a cargo de la bodega.

Más allá de los propios estudios, Deicas también hizo vendimias en otros lados como una en Bordeaux, Francia, en 2008 y fue a muchas más en Mendoza. “Visité bodegas en muchas partes del mundo, siempre que viajo busco alguna y he visitado varias bastante insólitas, con todo eso se aprende mucho y te vas inspirando en lo que otros hacen bien”, sostuvo.

Santiago Deicas está a cargo hoy de la bodega Familia Deicas y Establecimiento Juanicó y es reconocido hoy como uno de los mejores enólogos del país. De hecho en 2020 fue reconocido como uno de los 5 mejores “winemakers” de Sudamérica por la revista británica Decanter. “Nunca siento que los reconocimientos sean directamente hacia mí, sino hacia la bodega y el trabajo de muchos años que viene haciendo Familia Deicas”, afirmó. A su vez, destacó un premio de estas características como una oportunidad para mostrar lo que se hace en Uruguay, porque muchas veces sigue sucediendo que gente local o extranjera no sabe que aquí se realizan muy buenos vinos.

Conciencia. “Hasta el año 2000 te diría que en Uruguay los consumidores locales no consideraban que se podían hacer buenos vinos en el país. De hecho me contaban que cuando alguien agasajaba en su casa a los visitantes y quería ser un buen anfitrión era obligatorio servir vinos importados, porque si no era tomado como una falta de respeto, a ese nivel”, indicó Deicas.

Gracias al trabajo desarrollado por muchas bodegas y muchos enólogos en el país, esto fue cambiando. Las labores con este objetivo se podría decir que empezaron en la década de 1980 o 1990, pero el reconocimiento y cambio en la mentalidad del consumidor, que hoy puede elegir en la góndola del supermercado un vino uruguayo por sobre uno extranjero, pertenece a una época más cercana en el tiempo, quizás de 20 o 25 años a esta parte.

Santiago Deicas.
Santiago Deicas.

Variedades. Hay diferentes caminos para llegar a la excelencia. Deicas destacó que hay variedades nuevas que son resistentes a un montón de enfermedades que afectan a los viñedos en climas como el nuestro, pero que todavía son una apuesta a mediano y largo plazo. “Pienso que pueden generar un cambio grande porque son de muy buena calidad, los vinos son espectaculares y es mucho más sustentable para todo el ecosistema”, indicó.

Por otro lado, está también el propio crecimiento de las variedades tradicionales, dentro de las cuales el Albariño está teniendo un particular destaque. “Es el futuro más certero para Uruguay, porque está muy bien posicionado como variedad de primer nivel y nosotros somos productores de alta calidad de este vino, entonces creo que nos deja muy bien parados”, exclamó.

Todo esto sin olvidar el Tannat, vino emblema de nuestro país. “Lo que pasa es que a veces es una variedad desconocida, entonces es más bien un vino que podemos mostrar a los turistas que llegan a conocer Uruguay y viven la experiencia de este vino con un asado”, indicó Deicas.

A su vez, dentro del grupo del Albariño, Deicas agregó tres variedades de primer nivel que está produciendo Uruguay, que son el Chardonnay, el Pinot Noir y el Cabernet Sauvignon.

Para agregar a este punto, Deicas dijo que la calidad del vino uruguayo y sobre todo su diferenciación, tiene mucho que ver con la Costa Atlántica, con una influencia que va desde Rocha hasta Colonia, porque si bien ya es el Río de la Plata, las características que repercuten en el vino vinculadas a este ambiente llegan hasta ahí.

En este sentido, es preciso recordar que el 92% de los viñedos de nuestro país se ubican en la franja costera, por lo que ciertamente se puede decir que le dan esa identidad a los vinos frescos y con muy buen potencial de guarda. “Se diferencian mucho de los viñedos en los desiertos porque la costa, entre otras cosas, aporta temperaturas bajas, algo parecido sucede en Mendoza donde se van a plantar cada vez más alto: nuestra montaña es la costa”, afirmó.

Producción. El enólogo de Familia Deicas y Establecimiento Juanicó destacó la última vendimia como espectacular, muy tranquila y con las variedades sanas, pudiendo cosechar en momento óptimo. “Empezó con mucho frío en enero pero después hubo temperaturas y lluvias ideales para la madurez perfecta, la verdad es que estamos contentos con la calidad”, aclaró.

Santiago Deicas también tiene un emprendimiento en cerveza, Birra Bizarra. “Lo empezamos hace unos cuantos años y la primera botella la lanzamos en el 2015, lo que me sedujo mucho es que se puede producir todo el año y si querés inventar algo y no funciona, conseguís la malta de nuevo y al otro día lo hacés, es diferente que en el vino que tenés que esperar al otro año”. Todo lo referido a la investigación tiene procesos mucho más lentos. “Me considero un investigador más que otra cosa, y esto fue lo que me enamoró del mundo de la cerveza”, expresó Deicas.

Presente y futuro. Al día de hoy, Familia Deicas atraviesa un momento muy alentador con reconocimientos internacionales año tras año, y está consolidando mucho los mercados de Estados Unidos y Brasil. “Estamos poniendo foco en Estados Unidos porque creemos que es un mercado que ayuda a posicionar a Uruguay en las grandes ligas de los vinos de élite, por lo que estamos haciendo un trabajo muy fuerte”. Allí tienen un importador con buenos distribuidores en cada Estado y sumaron a Nino, hermano de Santiago, dedicado especialmente a este sitio. “Ya fuimos el año pasado cuatro veces, mi hermano está casi instalado allá y queremos tener presencia de la familia en esa región”.

Acerca de los próximos años, Deicas se mostró entusiasmado y optimista de seguir la senda de crecimiento que la vitivinicultura uruguaya ha venido atravesando en el último tiempo. “Me gustaría que nos conozcan en todas las Américas, desde Canadá hasta el sur de Argentina, como un país que hace grandes vinos de calidad y que si querés probar un gran Pinot Noir de clima costero, un Albariño o un Cabernet Sauvignon se le cruce a alguien por la cabeza venir o comprar los vinos uruguayos”, expresó, agregando que esto se dará “porque ya van a estar posicionados en la cabeza de los consumidores que compran grandes vinos”.

Brasil sigue siendo el principal destino; Estados Unidos abre oportunidades

Brasil continúa siendo el principal país de destino para los vinos uruguayos, representando casi la mitad de las exportaciones. A él le siguen Estados Unidos, México, Colombia, Argentina, Perú, Reino Unido y parte de Europa, si bien esta última ha dejado de ser atractiva porque países como Holanda o Alemania hoy le compran a España, ya que compiten con vinos mucho más baratos. Asia también es una apuesta que a veces funciona, aunque no siempre sucede. Por su parte Rusia está en un impasse, que ha sido un país que ha importado mucho vino uruguayo y tiene su nicho allí, sobre todo para el vino blanco, según afirmó Deicas.

Tierras aptas para la vid desde los jesuitas en 1745 hasta hoy...

En el sur del departamento de Canelones, Establecimiento Juanicó ocupaba el histórico padrón que en su mayoría perteneció a la antigua Estancia Chacra San José, también conocida como Estancia La Calera, propiedad adquirida por los jesuitas antes de 1745, convirtiéndose en un centro de abastecimiento para la comunidad de religiosos, indígenas catequizados y sus familias.

La propiedad fue adquirida por Don Francisco Juanicó, un inmigrante menorquín. Durante su gestión y la de sus descendientes, la finca experimentó un florecimiento notable, incluyendo cultivos de vid.

El gobierno francés, en agradecimiento al gobierno uruguayo por la condonación de una deuda tras la Segunda Guerra Mundial, otorgó a Uruguay el derecho de producir Cognac. ANCAP adquirió el histórico padrón para cultivar las valiosas cepas de Cognac donadas por el gobierno francés. Así nació el primer Cognac producido en Uruguay: el emblemático Cognac Juanicó.

Luego Juan Carlos Deicas adquirió Establecimiento Juanicó con el objetivo de continuar el proyecto de producción de Cognac. Para lograrlo, contrató a especialistas franceses, quienes rápidamente notaron las similitudes del terroir de Juanicó con algunas zonas de Burdeos. Este descubrimiento despertó el sueño de su hijo, Fernando Deicas, de producir grandes vinos en Uruguay.

Tiempo después, bajo la dirección de Fernando la bodega tomó un giro radical, redefiniendo su propósito y orientándola hacia la elaboración de vinos finos.

Entre los avances introducidos se incluyeron los primeros raleos en los viñedos, la adquisición de barricas de roble, modernas, prensas neumáticas y tanques de acero inoxidable. Estos cambios transformaron la forma de hacer vino en Uruguay.

Con su espíritu de investigación, Familia Deicas emprendió una exhaustiva búsqueda en diversas regiones de Uruguay, para seguir construyendo la historia del vino uruguayo. Este proyecto dio lugar a separar dos entidades distintas: Bodega Familia Deicas y Establecimiento Juanicó. Aunque ambas pertenecen a la misma familia, cada una persigue objetivos únicos y complementarios dentro de la producción de vinos de calidad del Uruguay.

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