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Campaña de cultivos de invierno con rendimientos altos, pero el negocio es muy justo

Colza y carinata sorprendieron con su performance, cebada y trigo en un año neutro o con empate

Colza.
Colza en Flores.

No fue una campaña sencilla para los cultivos de invierno. Todo comenzó con una siembra difícil luego de las incesantes lluvias, y una vez que las chacras se lograron armar “faltó precio”. Los altos costos, el tipo de cambio y la pizarra de valores establecían la necesidad de rendimientos muy altos.

Para el trigo y la cebada, el año podría considerarse como “neutro” o de “empate”, al tiempo que para colza y carinata el panorama terminó siendo más favorable de lo que se preveía.

Colza. Inicialmente aparecía como el cultivo con mayores desafíos. Hace unos días URUPOV presentó su informe de teledetección estableciendo 125.000 hectáreas para la oleaginosa, registrando un nuevo año de descenso en superficie. En momentos de la siembra, el clima jugó una mala pasada y no solo complicó las condiciones para los trabajos, sino que muchos productores decidieron pasarse a trigo o cebada.

Con rendimientos moderados, de 1.300 a 1.700 kilos en promedio, el cultivo terminó salvando un año bueno con el ajuste de precios final. Además, el beneficio también se cosecha en chacras de soja con buen rastrojo antecesor y sembradas en fechas óptimas.

La carinata por su parte cerró la zafra como el cultivo que más valor agregó en el resultado final. Muchas de las ventas se situaron por encima de los US$ 550 por tonelada, al tiempo que los rendimientos se aproximaron a los 2.000 kilos por hectárea. Es un cultivo interesante para seguir explorando en el futuro.

Trigo. Para el principal cultivo en área del invierno, con 355.000 hectáreas, no fue un año sencillo. Los rendimientos pueden haber oscilado en los 4.200 a 4.500 kilos, lo que marca que el promedio estuvo una tonelada por debajo del 2023.

En el tramo final de la cosecha, hubo varios problemas por pH bajos, y con valores por tonelada de US$ 200 y costos cercanos a los US$ 800, los productores ya comenzaban el año con rindes de equilibrio altos. Puede ser un año de empate, y caso a caso se verá si hubo una pequeña pérdida o ganancia al fin para el productor.

Cebada. Parece ser el gran “perdedor” de la zafra. Sus rendimientos ajustaron algo por debajo del trigo, pero algunos inconvenientes de calibre y proteína determinaron que un 30% o incluso más, fuera de rechazo en malterías. El 2024 tuvo 262.000 hectáreas de cebada, y un 88% era maltera.

Esto determina que un porcentaje mayor se vendiera como grano de forraje, lo que le cambia el precio. “Habría que revisar el negocio”, aseguró un productor consultado, ya que es un cultivo que en el Excel aparece mucho más atractivo de lo que termina siendo.

Los beneficios siguen estando en la media renta paga y en la sanidad de las rotaciones agrícolas, por lo que el invierno sigue siendo fundamental.

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