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Cámara Uruguaya de Semillas trabaja en el control de siembras de refugio en maíz

Como desde hace 19 años, la CUS desarrolla programa de Manejo de Resistencia de Insectos en maíz

Maíz
Cámara Uruguaya de Semillas

La Cámara Uruguaya de Semillas tiene como objetivo promover el uso de semillas de alta calidad, la incorporación de tecnología y fortalecer la actividad comercial semillerista brindando información técnica regulatoria. En este sentido, en biotecnología y bioseguridad es responsable del asesoramiento técnico y el manejo del programa de Manejo Resistencia de Insectos en Maíz (MRI), apuntando a cuidar la tecnología Bt, manteniendo baja la frecuencia de insectos resistentes en el campo y protegiendo la tecnología.

Desde hace 19 años la CUS cumple con el cometido de gestionar los programas de refugio, auditar el cumplimiento de las buenas prácticas en el cultivo y que las siembras se implementen de forma correcta. Los maíces que tienen la tecnología Bt son aquellos que han sido modificados genéticamente y se incluyeron genes de la bacteria Bacillus thuringiensis, que expresa proteínas con propiedades insecticidas para aquellos insectos lepidópteros y coleópteros.

El refugio consiste precisamente en que del 100% de cada chacra, al menos un 10% se cultive con maíz no Bt. Puede ser maíz tolerante a glifosato pero no con proteínas insecticidas. Esto hace que las poblaciones de insectos susceptibles se crucen con los que pueden llegar a ser resistentes. Para ello, la porción de refugio debe ser sembrada con determinadas características: la misma fecha de siembra y similares características de crecimiento.

“Cuando se lanzó esta tecnología los productores la adoptaron rápidamente porque vieron los beneficios: promueve mayores rendimientos, promueve menores costos, tiene menor impacto ambiental, hay menor necesidad de aplicar insecticidas que en el maíz convencional y por ende hay una menor toxicidad o residualidad”, aseguró Agustín Damboriarena, gerente de la Cámara Uruguaya de Semillas de Uruguay. A nivel productivo, esto brinda una flexibilidad para que los productores siembren en fechas tardías o de segunda, que cada vez son más comunes en nuestros sistemas productivos, aunque caen en épocas donde la presión de plagas es mayor. “Al tener esta tolerancia, se disminuyen esos efectos negativos que podría tener un maíz convencional”, agregó Damboriarena.

Es importante que el uso de esta tecnología se haga de forma responsable: no por el hecho de que las propiedades insecticidas se modifiquen genéticamente se puede plantar y “despreocuparse”. Se busca cultivar para proteger en el largo plazo y que sea una tecnología sustentable en el tiempo. A nivel de manejo podrá requerir menores aplicaciones de insecticida, pero no va a incrementar la necesidad de fertilización, sino que por el contrario, busca ser más eficiente. “Es importante cuidar esta tecnología porque demora entre 10 y 15 años en desarrollarse, y no se deben perder la posibilidad de tener cultivos eficientes en eso”, dijo Damboriarena.

A modo de ejemplo, desde que se lanzó este programa en sus primeros 5 años, se utilizó en un 80% del total de área sembrada. “Rápidamente fue adoptada y hoy en día el nivel de Bt en Uruguay es en un 90% del maíz, tanto que precisamente el 10% que no lo es apunta a ser refugio”, expresó Damboriarena, “es una tecnología que está funcionando y al productor le sirve”.

CUS sigue trabajando en promover la concientización para que los técnicos, las empresas y los productores entiendan los riesgos de perder una tecnología por quiebre de resistencia, y que eso implique volver varios pasos atrás a la vieja usanza del maíz convencional. Por ello, en conjunto con empresas importadoras y comercializadoras, la CUS va recopilando información sobre ventas y distribución de maíz, nutre la base de datos de productores que siembran y se coordinan visitas a chacras para verificar que siembren el refugio, ver cómo lo hacen y brindar asesoramiento. “Hay un trabajo de extensión y capacitación”, dijo Damboriarena. No en vano, en las últimas zafras solamente en un 10% de los casos hubo chacras relevadas con observaciones.

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