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En un gran remate, "La Hormiga", de Zaina SRL vendió Hereford a US$ 4.989

El máximo valor fue de US$ 10.200, por un toro genética "Catapult" que compró Martín Salto Stefani. En el Centro de Ventas Ganaderas Don Tito, remató escritorio Valdez y Cía.

 

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Juntos, y en familia, como les gusta a los Oholeguy, a los Gambetta y a los Valdez...

 

 Pablo D. Mestre.

Esto es causalidad, no casualidad. La frase del martillero Alejandro “Nano” Núñez Lecumberry es un fiel reflejo de lo que fue la venta de los Hereford y Polled Hereford de cabaña “La Hormiga” de Zaina SRL.

Y se veía venir desde antes...

Es que, el ambiente en el local “Don Tito” era de fiesta ya en la previa a los negocios. Muchos cabañeros de distintas partes del país llegaron atraídos por los toros con genética ganadora, seleccionados por Enrique Oholeguy y su familia.

Se empezó a comprobar esto con la venta del único hijo de “Catapult” del remate, un toro de 2 años con Hormiga Lapacho 7 por madre (una hermana del “Cocoa”). Este ejemplar comenzó con oferta de US$ 6.600 y entre varios piques fue subiendo hasta ser vendido en US$ 10.200, máximo valor de la tarde, adquirido por cabaña “El Trébol” de Martín Salto Stefani.

También destacada fue la venta de un hijo de “Remarquez”, adquirido por cabaña “Santa Clotilde” de Bove en US$ 8.400. Y los US$ 7.560 en que se vendió un astado, adquirido por Andrés Laborde.

Así, los 30 toros mochos y astados de la cabaña de los Oholeguy hicieron un valor promedio de US$ 4.989, con mínimo de US$ 3.000, convirtiéndose en uno de los remates destacados de la zafra.

Luego se comercializaron, también con fluidez, los Angus, mayoría SA, de “Fertigen” de Daniel Gambetta, a un promedio de US$ 2.888, con máximo de 3.480 y mínimo de 2.400. Y los vientres a US$ 840.

“Quedamos muy contentos, es una generación muy buena y le teníamos mucha fe”, aseguró Enrique Oholeguy tras la venta. Destacó además que “más allá de los valores, nos honraron los cabañeros que nos compraron”.

Y está bien. Porque como dijo Nano Núñez... es causalidad, no casualidad...

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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