Hay cosas que está bien que estén bien, valga la redundancia. Y que el remate de los Hereford de las familias Bonomi haya sido bueno, es una de ellas.
Por lo que significan “Totí” y su familia, por la tradición y hasta por la raza Hereford.
Entonces es para alegrarse que, bajo la conducción de escritorio Juan Carlos Martínez Negocios Rurales, cabañas “Valle Chico” y “La Lorencita” hayan dispersado toda la oferta de toros y vientres puestos a consideración del mercado ayer en el local “Cándido N. Cal”, en Mariscala.
“Fue un remate muy ágil, comenzamos a las 15 y a las 16,15 terminó”, analizó el propio Juan Carlos Martínez Urquiola.
Comenzó con la venta de las vaquillonas, por las que se lograron buenos valores: 9 vaquillonas P.I. a US$ 1.219 de promedio y 30 vaquillonas H y HS a un valor medio de US$ 780.
“Algunas quedaron en Lavalleja, otras se fueron hacia Durazno, Florida, Maldonado, Treinta y Tres y otros departamentos”, apuntó Martínez.
Los toros también se vendieron en su totalidad con buenos valores, un máximo de US$ 4.200 y un promedio de US$ 3.065 para los 30 astados y mochos. “Hubo buena demanda por los 10 toros astados y hasta quedó alguno sin comprar”.
Los toros se fueron principalmente para criadores de Treinta y Tres, también Maldonado, Rocha, Canelones, Lavalleja y Durazno.
“Quedamos muy conformes con el resultado de la venta, porque además de vender todo y ágil, fueron buenos valores”, dijo Juan Carlos Martínez.
Y está bien. Porque el remate de Bonomi tiene que estar bien.