De los 42 toros, 36 tenían PreOfertas y eso agilizó la venta que estuvo a cargo de Gerardo Zambrano.
En Melo, Habló Ricardo Mattos y Remató Zambrano.
Pablo D. Mestre
En una época diferente, con lo que, a priori, era un remate diferente, y durante también lo fue cumpliendo los protocolos, lo único que se mantuvo fue el respaldo del mercado a las cabañas “La Victoria” de Adela Sarasola de Rospide e hijos y “Los Paredones” de Ricardo Mattos e hijos.
En realidad no fue lo único que se mantuvo. También, como siempre, la presencia, y bienvenida, a cargo de Ricardo Mattos, quien instó a invertir en genética para producir las carcasas que en breve exigirá la industria.
Además, en la fría tarde del local “Conventos”, en Melo, hubo reconocimiento: a Jorge Borlido que se retira de la actividad de comunicador y otro muy emotivo por 30 años de trabajo a un puestero: Freddy Ferreira.
Ya en las ventas, como siempre a cargo de Gerardo Zambrano, el mercado fue fluido. Claro, para ello fue fundamental que de los 42 toros, había 36 con PreOferta. “Es una herramienta fantástica que agiliza y hace más fluido el mercado y además genera piques”, dijo el martillero.
Fueron 42 toros a un valor promedio de US$ 3.006, con un máximo de US$ 3.960 y un valor piso de US$ 2.400.
Respecto a los vientres, se comercializaron 88 a US$ 775 de promedio: 18 vacas tatuadas preñadas: 960, 900 y 923, 40 vacas tatuadas sin servicio: 960, 720 y 801 y 30 vaquillonas tatuadas: 684, 600 y 651.
Por eso, en la fría tarde Melense, tras las ventas, había conformidad. Es que, en una época diferente, tuvieron el éxito de siempre...