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Punto de equilibrio en soja de primera se ubica en 1.800 kilogramos por hectárea

En ganadería se visualiza un año donde el criador es el que está mejor parado en toda la cadena

Federico Baccino

Posterior a las precipitaciones durante la semana pasada, en la agricultura la foto es de “optimismo otra vez, pero dentro de una situación que la veo muy finita en los números, venimos de cerrar una campaña de invierno que fue muy buena en lo productivo, pero no así en los márgenes”, indicó en primer lugar Federico Baccino, asesor agrícola ganadero.

Entrevistado en Valor Agregado de radio Carve, el asesor sostuvo que el agujero de la pasada campaña de verano “en general no se logró tapar con la campaña de invierno y le pusimos toda la energía a una zafra de verano que por los pronósticos de lluvias pensamos en grandes rendimientos, y hoy en soja no los estoy viendo, tuvimos siembras tardías, muchos problemas de resiembra, problemas con la calidad de la semilla, rastrojos de invierno muy potentes que nos terminaron dejando cultivos tardíos y de poca población”.

Posteriormente llegó un período de falta de agua que no contribuyó a generar una capacidad de compensación de las hojas.

Si a todo ese mix le agregamos la caída del precio, hoy los números cambiaron dramáticamente, hoy el costo de equilibrio es un 30% del que teníamos al sembrar, hoy en una soja de primera el equilibrio está en 1.800 kilogramos por hectárea y en segunda 1.300 kg/hás sin considerar renta, a partir de ahora es clave tener un clima que nos ayude”, comentó Baccino.

En el caso del maíz “pasa casi lo mismo, estamos cosechando maíces de primera espectaculares a rendimientos de equilibrios que se nos va a 8.000 kg/hás, esos kilos están pero además hay una desafío logístico y comercial enorme”.

En agricultura veo un panorama que no es malo, pero tampoco es floreciente”, afirmó el asesor.

En referencia a la situación del corral, Baccino indicó que “los números están justos, teníamos una expectativa que iba acompañada de un precio del gordo que tenía que acompañar, y a su vez la reposición subió más de lo esperado”, con este panorama, la baja en la alimentación se vio contrarrestada.

“En el corral hace ya muchísimos más años el kilo producido es más caro que el kilo vendido, entonces el margen depende de la valorización de los kilos comprados, y hoy el kilo producido pasó de US$ 2,30 el año pasado a cerca de US$ 2,00 hoy no está alcanzando con lo que hoy ofrece la industria, además vas a reponer y tenes un novillo a US$ 2,15, más US$ 200 por cabeza de costo de alimentación está ya en US$ 1.100 un novillo terminado, entonces precisas US$ 4,00 como punto de equilibrio, y hoy no están”, afirmó el asesor.

Siguiendo en la línea del negocio ganadero, el asesor sostuvo que “sin dudas” puede ser un año en precio para el criador, y que además “es el que está mejor dentro de la cadena ganadera”.

“Los sistemas que depende de la reposición como los de invernada y recría están muy amenazados, cuando pasa esto que la relación flaco/gordo queda arriba de 1,20, los sistemas que son criadores, criadores hasta cierto nivel o los ciclo completo tienen números mucho más razonables y atractivos que aquellos que dependen de la compra”, indicó.

En referencia a un negocio corto, como la vaca de invernada, que hoy tiene un precio en el eje de US$ 1,50, Baccino sostuvo que “la cuenta hoy está lejos de que cierre un número positivo” y que no percibe “señales para pensar que la situación va a cambiar y pagar estos valores”.

El asesor agrícola ganadero finalizó sosteniendo el novillo debería de estabilizarse en US$ 3,50 y quizás tener unos picos entre US$ 3,70 y US$ 3,80 “pero no deja de ser algo intuitivo”.

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