El pasado 1º de marzo, durante la asunción del nuevo gobierno, Yamandú Orsi, entre otras cosas mencionó la necesidad de avanzar en el riego, tema que ya había estado sobre la mesa durante la campaña electoral, esta señal “se ve con mucha expectativa, ha sido un procesos donde el riego ha estado sobre la mesa, todos los que eran candidatos lo propusieron, creo que con la intención de tener un impacto en el conjunto de la economía”, señaló Daniel Rubio, integrante de Regadores Unidos del Uruguay.
Entrevistado en Valor Agregado de radio Carve, Rubio recordó que hace un tiempo se le encargó un estudio a Ceres, en el cual se identificó que el riego “desarrollado a la escala que se pretende tiene una escala muy importante, por ejemplo a nivel del empleo en el interior, con una característica de estabilidad, que es deseable para cualquier gobierno”.
“Que el presidente electo haya puesto el tema sobre la mesa en el discurso inaugural, nos genera una expectativa importante, de que se avance con una velocidad o estrategia que hasta ahora no ha estado”, sostuvo.
En referencia a la forma de empezar a llevar adelante el impulso del riego, “falta el cómo. Tenemos que entrar en la etapa de cómo desarrollarlo a través de súper cuencas, represas, represas multiprediales”, señaló, y además agregó que a nivel personal cree que tiene que ir “por el lado del desarrollo de pequeñas cuencas, con represas de 2 millones y poco de m³, vinculadas entre sí. Hay que ir a algo tangible, y medible”.
“Si hacemos una súper represa, vamos a tener una discusión ambiental, que nos puede llevar este y el próximo período de gobierno, entonces creo que hay que encararlo de forma práctica, con la experiencia que ya tenemos de India Muerta”, indicó el integrante de Regadores Unidos del Uruguay.
Pensando en impulsar el riego, uno de los temas que menos preocupa es el financiamiento, “hemos recibido información concreta de la facilidad de financiamiento que da el BID y el Banco República, entonces por lo menos tenemos esos dos candidatos para financiar”.
Por el lado de los temas a hacer, Rubio indicó que “hay que pensar en un desarrollador de riego, similar al de la construcción, que son los que llevaron adelante todo este proceso de construcciones con fines sociales, que tienen beneficios fiscales, a través de desarrolladores. Y en el riego, podría darse algo similar, con un desarrollo privado, y el Estado tiene que facilitar la operativa y generar los incentivos fiscales”.
Actualmente, el sistema de riego es de acceso “para productores medianos o grandes, a ese nivel, la rentabilidad sin Comap y sin el costo energético está bastante al límite con el precio de los granos que tenemos. En el caso de la soja tenemos el menor precio en 40 años, y el maíz es probable que se deprima en su valor”.
A nivel de experiencia propia, en el contexto de que enero fue un mes donde llovió poco y se regó de forma permanente, Rubio contó que hay maíces de 15.000 kilogramos, mientras que en secano, algunos cultivos se picaron.
En la actualidad, se estima que se riega unas 70.000 hectáreas, de las cuales entre 55.000 y 60.000 pertenecen a los asociados a Regadores Unidos del Uruguay, con una inversión que se encuentra en el eje de los US$ 4.500 por hectárea, “es una inversión muy importante que hay que hacer”.