El sector agropecuario se moviliza en distintos países de la Unión Europea reivindicando algunos de sus reclamos, entre los que se encuentra el elevado precio de los combustibles o la luz, los bajos precios que les pagan por la distribución de sus productos y los altos costos productivos.
Después de una semana de movilizaciones para denunciar esta situación, los agricultores franceses intensificaron esta semana las protestas en todo el país, según consignaron diferentes portales informativos de los países europeos.
“Bloquear el país no es un objetivo, pero sí un medio para lograr que se tomen decisiones”, señaló Arnaud Rousseau, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de las Explotaciones Agrarias, organización que lidera la protesta en Francia. Por su parte, el país galo acompaña otras movilizaciones que se vienen realizando desde hace semanas en otros países como Alemania, Polonia o Países Bajos.
Los agricultores franceses iniciaron la semana pasada una protesta para denunciar las precarias condiciones del sector, elevando el tono de una movilización que extiende sus bloqueos en diversos puntos de la nación, con decenas de carreteras cortadas y acciones planeadas hasta el día de hoy en 85 departamentos, expresaba la información que publicaban esta semana diversos sitios de información españoles.
Las autoridades por su parte son conscientes del poder de movilización que tiene el campo y multiplica los contactos para evitar una crisis. Hace algunos días, el primer ministro Gabriel Attal, se reunió con los sindicatos del sector, pero no se han anunciado soluciones concretas.
A pesar de los intentos por calmar la situación, los agricultores aseguraron que se seguirá adelante en tanto no hayan medidas que los conformen.
La guerra en Ucrania que ya tiene varios meses desde su comienzo, ha complicado las cosas en el panorama regional. Es preciso recordar que Ucrania es el principal productor de muchos de los cultivos que se desarrollan en Europa. A esto se añaden políticas medioambientales y sanitarias a nivel europeo. Las críticas indican que esta es una normativa muy compleja, difícil de cumplir y que hacerlo elevaría aún más los costos de producción. Estas críticas llegan a unos meses de que se celebren las elecciones europeas.
Los actos de protestas “serán continuados o esporádicos, porque tenemos que poder mantenerlos. No queremos molestar a los franceses, preferiríamos estar en nuestras granjas, pero no tenemos opción. Tenemos que seguir adelante, no vamos a ceder”, dijo Arnaud Rousseau.
El gobierno francés quiere desactivar cuanto antes las movilizaciones para evitar una crisis similar a la que se vivió en 2017 con los “chalecos amarillos”, que provocó el bloqueo del país. En aquel caso, las protestas fueron por la suba del precio del gas oil y se extendieron por el país de forma violenta, generando un descontento general en el país.
El primer ministro Attal se desplazará en las próximas horas a diferentes puntos calientes de las protestas.