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Corriendo en busca del interior…

Historias que son cuentos...

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Milagros Herrera.

Mi nombre es Milagros, madre como muchas, trabajadora como muchas, apasionada por el campo y eternamente nostálgica de él.

Corro, siempre corro... creo que busco un momento que alguna vez tuve.

Hoy fui a buscar a mi hijo menor a la escuela, lo llevé corriendo a quemarse una verruga, corriendo lo dejé en catequesis.

Quería llegar a casa, corriendo, sacar a pasear la perra, sentarme a tomar un té de cedrón y tratar de escribir por primera vez algo que en mi cabeza empezaba diciendo:

“Todos aquellos que tuvimos la fortuna de compartir cuando chicos una charla en una cálida cocina de campaña o bajo una fresca sombra de parra, saben de lo que les hablo. Aquellos que no lo hayan vivido les cuento que es un momento muy especial. Por alguna mágica razón la imaginación vuela junto al relato de algún orador que con esa capacidad de observación que sólo tienen los paisanos, vuelcan en palabras sus recuerdos y nos llevan a épocas de grandes tropas, de campereadas increíbles, de matreros o viejos caudillos, casi.... como si estuviéramos ahí.

Será el cansancio del día de a caballo que nos va ganando, las ganas de haber estado en aquellos relatos, seguramente también la niñez... lo cierto es que uno estaba en la historia... tanto, que cuando de grande la vuelve a contar ya es tan propia que le puede agregar algo más....

Eso, historias o cuentos, momentos que alguna vez tuve.

Historias que son cuentos, son los que, si gustan, con la consigna de volver a ser niño y dejar en libertad la imaginación, podemos compartir cada tanto...”.

Volviendo a la realidad, hoy temprano en la oficina volqué agua del mate sobre el teclado de la computadora, seguramente porque andaba corriendo, así es que después que apronte el té de cedrón quise prender la computadora pero.... no funcionó...

Será que tengo que madurar más mi historia.... para convertirla en un buen cuento.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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