Como si fuera un chiste de esos que son representados por una obra de teatro, comenzaré describiéndole los actos. Primer acto: la Fundación Gates despotrica contra la ganadería en el mundo y dice que hay que comer menos carne. Segundo acto: autoridades de Uruguay invitan a los integrantes de la misma a que visiten nuestro país y vean la forma en la que se produce. Tercer acto: la Fundación Gates está encantada con Uruguay e instala un observatorio de ganadería sostenible en nuestro país. ¿Qué hubo en el medio? Cientos de años de ganadería a cielo abierto, en pasturas naturales, que fueron luego un trabajo y un medio de vida liderado por productores eficientes, meticulosos y responsables, que producen una de las mejores carnes del mundo con una huella ambiental considerablemente inferior de la que, según establece esta Fundación, tienen muchos otros sistemas productivos.
“Poco tuve que ver en esto, pero lo presencié”, dijo Walter Baethgen, vicepresidente de INIA e investigador de la Universidad de Columbia en la jornada “Nuevos Atributos de Valor en la Cadena Cárnica”, organizada por Angus Uruguay, al referirse al suceso y la visita de la Fundación Gates.
“Bill Gates dijo que había que consumir menos carne bovina, por lo que Fernando Mattos, cuando era presidente de INAC, envió una carta explicándole la forma de producir en Uruguay, algo que hizo de nuevo cuando fue nombrado Ministro de Ganadería, invitándolo a visitar nuestro país”, expresó. “No hay un sistema único de producción, hay muchos. El nuestro es bueno”, le dijo.
Luego del primer intercambio con personas de la Fundación, se concretó la misión. Para ella, vinieron los mandos altos de la entidad, entre los que se incluía una persona muy cercana al propio Bill Gates, ya que el magnate y fundador de Microsoft, suele tener contacto con pocas personas. “Uno de los que vino es de los que lo ven”, dijo Baethgen.
“Estuvieron 3 días recorriendo Uruguay, les mostramos cómo medimos el metano, les enseñamos un experimento de INIA Estanzuela que tiene 60 años, la plataforma de salud animal y finalmente una reunión en la que estaban el Ministro de Ganadería y el de Ambiente”, explicó el vicepresidente de INIA, poniendo énfasis precisamente en este último aspecto. “No podían creer lo que estaban viviendo, porque en el mundo se quieren matar los jerarcas de las carteras de Ganadería y de Ambiente”, indicó. “Quedaron encantados con Uruguay”.
Como consecuencia de esta visita, en Uruguay se creó el Observatorio para la Ganadería Sostenible, programa que requiere del intercambio con investigadores, fundamentalmente de África. Ya en este paso, la Fundación Gates pasó de ser crítica del sistema productivo, a financiar la instalación de un proyecto que permita medir formas de producción, buscando soluciones extrapolables para otras regiones. “Uruguay pasa a ser un ejemplo que usa la Fundación Gates para ver lo que hay que hacer, técnicamente y como política pública”, indicó Baethgen.
“La gente tiene que enterarse, es un orgullo para todos nosotros”, indicó el vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria.
Tendencias. Por su parte, Baethgen hizo una exposición de la realidad del mundo en algunos aspectos. “Cada vez más gente vive en ciudades, lo que genera ignorancia, por lo que el primer desafío es educar”, expresó el especialista, a la hora de establecer los primeros objetivos a los cuales se debe hacer frente de aquí al futuro como país productor de alimentos.
El investigador indicó que no hay “un sistema ganadero”, porque eso sería como decir que hay un auto solo, cuando hay diferentes tipos. Cada uno de ellos, tiene requerimientos distintos y ocasiona una huella ambiental diferente.
Al seguir con su disertación, Baethgen dijo que el mundo es infinitamente mejor que hace 50 años. En primer lugar y sobre todo, porque la esperanza de vida ha mejorado en todo el mundo.
De todos modos, presentó algunos números que alarman: en el mundo hay 8.000 millones de personas, de las cuales hay 800 millones que “se van a dormir todos los días con hambre todos los días”.
A su vez, hay 2000 millones con sobrepeso, 1000 con obesidad, 2000 millones que comen las calorías pero no los nutrientes necesarios y 300.000 mujeres jóvenes que mueren por falta de hierro.
Baethgen añadió que ha mejorado el ingreso per cápita, menos en países de África sub sahariana, y es importante ya que hay una relación directa entre ingreso y consumo de carnes.
“Hay mensajes globales que me frustran mucho, como el mensaje de Europa de que hay que comer menos carne, cuando hay países que no comen lo suficiente, es muy irresponsable”, estableció.
Para cerrar, Baethgen hizo referencia a las emisiones. “Un 75% de las emisiones proviene de la quema de combustibles fósiles, pero hay pérdidas de metano por fugas e ineficiencias que son un 7% de ello”, dijo. “Las emisiones de todas las vacas de todo el mundo son menos de un 6%”.
Para esto, Uruguay tiene una gran oportunidad, ya que en el mundo hay cada vez más inversores que premian países como el nuestro”, cerró.
Instituciones, colaboración, certezas y producción
Walter Baethgen, como mensaje final en la actividad organizada por la Sociedad de Criadores de Angus, enfatizó la solidez institucional del país, destacando leyes como la forestal y la de suelo, que trascienden las distintas administraciones de turno. Compartió su orgullo por Uruguay y su capacidad de ofrecer certezas, un factor esencial para la productividad. Resaltó el rol del país en atraer la atención internacional, como el caso del Observatorio de Energía Sostenible financiado por la Fundación Gates. Además, valoró la capacidad de los actores del sector para trabajar en conjunto, señalado que esta colaboración es un reflejo de lo que hace único al país.
“Uruguay debe diferenciarse, para eso necesita indicadores”
Tal como mencionó en su exposición, el incremento en el ingreso per cápita en diferentes partes del mundo está vinculado con las posibilidades de consumo de carne. A su vez, la posibilidad de un mayor poder adquisitivo permite en muchos casos, seleccionar de forma meticulosa los alimentos a consumir, especialmente en los más jóvenes.
“En Europa, en Inglaterra por ejemplo, en los supermercados hay muchos productos que tienen detallada la huella de carbono”, dijo Baethgen, agregando este ítem como uno de los factores que toman en cuenta los consumidores a la hora de elegir su compra.
Para esto, hay que prestar atención a la forma de medirlo, generar indicadores robustos y no permitir que estas cuestiones sean una barrera para arancelaria.
“Uruguay necesita diferenciarse, y para eso necesitamos indicadores”, sostuvo el investigador. En este sentido, hay diferentes tareas a realizarse en lo que tiene que ver con el suelo, el agua, la atmósfera, la biodiversidad o el bienestar animal.
“Medir se puede medir mucho, pero pienso que hay que ser más prácticos, deberíamos mostrar indicadores robustos pero sobre todo, que los pueda medir el propio productor”, expresó.
A esto agregó que INIA está trabajando en indicadores sinópticos, que refieren por ejemplo al balance de carbono, dinámica del agua o biodiversidad. El segundo paso a dar es no solo poder compararse con los indicadores de los productores vecinos, algo que ya se puede realizar, sino que estas cifras sean absolutas y tengan la firmeza de presentarse en Alemania, Francia o Inglaterra.
“Uruguay tiene un sistema increíblemente bueno de trazabilidad y un buen catastro, hay que juntar esta información y etiquetar, por ejemplo, un corte de carne donde se haya medido el impacto que tuvo sobre la biodiversidad el hecho de producirlo”, dijo Baethgen.
Para cerrar, el especialista dijo que el desafío pasa por la etapa de salir de compararnos entre nosotros o generar indicadores a nivel interno, para poder exhibirlos y compararnos con el mundo.
En lo que respecta a la producción de alimentos y más específicamente a la carne, “hay que diferenciarnos, medir bien y certificar para agregar valor”, remató.