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Proyecto contra pietín medirá daños y las cepas

Es una iniciativa interinstitucional, presentada ante la ANII con el apoyo de la Universidad de Sydney, que aporta técnicos y experiencia

Majada, corderos, ovejas
Cultura ovina, tecnología y razas prolíferas, forman combo ideal para crecer.<br/>
NATIVA

Las afecciones podales en el rubro ovino y dentro de ellas el pietín (conocido como Footrot), continúan generando daños económicos, demandan mucha mano de obra y atentan contra el bienestar animal. Si bien existen ejemplos concretos de establecimientos que han logrado eliminar la enfermedad, todavía queda mucho por hacer, incluso, partiendo de la identificación de las cepas de la bacteria que causan el pietín.

Es por eso que buscando generar información local y apoyándose en la experiencia de diagnóstico que tiene Australia, el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Facultad de Veterinaria (FVET) desarrollan un proyecto de investigación focalizado en pietín y otras enfermedades podales.

“El proyecto es un estudio general de los brotes de Pietín de Uruguay, donde recolectamos información que será el punto de partida para determinar la herramienta a usar en nuestras condiciones productivas”, explicó a El País el Dr. Sergio Fierro, médico veterinario del Secretariado Uruguayo de la Lana.

“Luego, en base a la experiencia que tenemos en las instituciones y especialmente en el SUL, donde se trabajó muchísimo en el control y erradicación de la enfermedad, poder definir cómo implementar las herramientas que tenemos y mejorar la adopción de parte de los productores para controlar y erradicar la enfermedad”, agregó el especialista.

La iniciativa fue presentada en el marco del Fondo Sectorial de Salud Animal, partiendo de un llamado de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), donde se presentan alternativas diferentes para encarar enfermedades que tradicionalmente afectan la producción ovina en Uruguay. Se presentó en 2019, fue aprobado en 2020 y cuenta con un apoyo del Laboratorio de la Universidad de Sydney (Australia), que es la que promueve el sistema de diagnóstico del tipo de bacteria que está presente en cada establecimiento. “El proyecto no sólo trata de Pietin, sino que trata de infecciones podales, enmarcado en la problemática local y en nuevos sistemas de control y erradicación que se han aplicado, principalmente en Australia, así como los que se están aplicando en Nueva Zelanda y en Reino Unido”, remarcó Fierro.

ovinos, majada
El poner en marcha un plan de saneamiento de Pietín, puede significar refugar entre 10% y 15% de la majada, porque hay que eliminar los animales que son portadores crónicos. Eso hace, muchas veces, que el productor no lo vea atractivo, porque no mide pérdidas.

Semanas atrás visitó Uruguay el Dr. Om Dhungyel, experto de la Universidad de Sydney, reuniéndose con la directiva y compartiendo actividades con el Dr. Sergio Fierro y la Dra. Sofía Salada.

Datos. Los últimos trabajos uruguayos que intentaron medir la prevalencia del pietín a nivel de establecimiento, se hicieron en 2002, a cargo de la Dra. América Mederos y otros técnicos del SUL.

“Cuando se termine el proyecto vamos a tener un valor más ajustado, pero en 2002, la enfermedad tenía una prevalencia de 70%. Es una prevalencia alta y en Uruguay se agrava por la incidencia de la mosca de la bichera (Cochliomyia hominivorax) “, recordó Fierro.

En otros países como Australia, la mosca de la bichera no está presente, “capaz que fases iniciales de la enfermedad no son tan importantes y aquí, todas las fases de la enfermedad son importantes”, agregó el investigador del SUL.

El grupo de trabajo intenta adaptar la información generada en el exterior al ámbito local, para generar un sistema de diagnóstico y determinar si es posible emprender una fase de control y erradicación en base a vacunas, como se hace en otros países.

Desafíos. Entre los muchos desafíos que tienen por delante los investigadores, Fierro reconoce que se dejó de hablar específicamente de pietín, para “ pasar a hablar de los grupos actuantes en el establecimiento (los serotipos de la bacteria). Esto obliga a realizar un diagnóstico de los distintos serogrupos de la bacteria”. Este paso es fundamental, porque “la respuesta de la vacuna es específica para ese serogrupo”. A su vez, es importante tener bien definidos los distintos tipos de serogrupos, porque no es igual vacunar contra uno que contra 10.

“No hay trabajos locales en cuanto a serogrupos”, aclaró Fierro.

A su vez, en caso de que se determine en la investigación que las vacunas pueden ser aplicables en las condiciones productivas de Uruguay, posteriormente habrá que definir cómo y quienes las producirán.

Números. En Uruguay es difícil ponerle números al pietín, porque las pérdidas productivas y económicas “se pueden medir de diferente manera”, explicó el investigador del SUL que trabaja en el proyecto de referencia junto otros expertos locales y de la Universidad de Sydney.

Hay trabajos técnicos que reportan pérdidas de hasta 50% de la ganancia de peso del animal o pérdidas de entre 20% y 25% a nivel de vellón.

El Dr. Sergio Fierro aseguró que “el impacto económico de la enfermedad es fuertísimo” y se han dado casos de niveles de afectación grandes.

“Es una enfermedad que hay que controlar por las pérdidas productivas y económicas, por su alta demanda de mano de obra en los tratamientos, pero también por el bienestar animal”.

Este último, al igual que la responsabilidad medio ambiental y social, es una demanda creciente a nivel de los consumidores de los mercados más exigentes. Pesa tanto en sus compras que incluso están dispuestos a pagar más por un producto que tenga esos atributos certificados en base a ciencia.

Si Uruguay logra controlar y erradicar en forma generalizada el pietín, no solo evitará pérdidas económicas en un sector que le brinda oportunidades por igual a todos los productores, sin importar su tamaño y afinca la gente en el campo, también se logrará una mejor performance productiva en todo el sistema, apuntalando la calidad y generando un nivel óptimo de bienestar animal.

Se generará un estímulo para el productor que podrá pensar en cómo incrementar sus niveles productivos y aprovechar los incentivos que muestran los mercados, en un rubro clave que genera alrededor de US$ 400 millones anuales, que brinda mano de obra a nivel predial e industrial y pretende crecer, de la mano de una especialización productiva.

Bacterias que causan daños económicos y productivos

Las afecciones podales son un problema sanitario importante en las majadas por las pérdidas económicas que producen. Los productores las llaman Pietín, pero bajo esta denominación conviven varias patologías con diferentes causas y tratamientos. Menor producción, disminución de la eficiencia reproductiva, gastos en tratamientos y descarte prematuro de ovejas y carneros son algunas de sus consecuencias. La enfermedad es producida por acterias. Dichos agentes, proliferan bajo ciertas condiciones ambientales (buena humedad y temperatura), siendo capaces de colonizar y lesionar las pezuñas. Una vez establecida la infección en el predio puede permanecer durante años, agravándose la problemática por condiciones ambientales.

Incrementar 10 puntos la tasa de señalada es meta alcanzable

El stock ovino se mantiene estable y en los últimos años se logró una mejora importante en los niveles de extracción, que en 2021 se mantuvieron en el entorno de 23%. El rubro ovino genera exportaciones que superan los US$ 77 millones (se exportan 13.000 toneladas de carne), pero sumando lanas y cueros se sobrepasan los US$ 250 millones al año.

Hay mucho para crecer, incluso avanzando con certificaciones de bienestar animal y ambiental, entre otros atributos que son normales en las condiciones productivas del Uruguay. Pero lo más importante es que existe cultura ovina y hay tecnologías probadas para poder crecer.

Una meta alcanzable es incrementar 10 puntos la tasa de señalada, lo que permitiría llevar el stock ovino a 7 millones de bovinos partiendo de los 6 millones que tiene hoy. De este modo, se podrán superar los 750 mil corderos que todos los años se remiten a la industria frigorífica. “Hay que superar ese 68% promedio de señalada”, dijo el Ing. Agr. José Ignacio Aguerre, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) para el norte del país, cuando presentó los números del sector en el lanzamiento de la zafra de esquila. El experto mostró cómo los productores apuestan a la tecnología y eso se refleja en el incremento de la tasa de gestación, donde el último taller de INIA mostró que hay 115% este año frente a 111% del año anterior.

Por el lado de las lanas, también hay avances, por más que la carne es la que defiende hoy a los establecimientos. A partir de los distintos estándares internacionales, como el RWS (Lana Responsable) que es un estándar internacional voluntario que aborda el bienestar animal en las granjas de ovejas y la cadena de custodia de la lana desde las granjas certificadas hasta el producto final. Hay 800 establecimientos que están certificando sus lanas y la apuesta a crecer, para poder seguir valorizando ese textil. A su vez, 62% de las lanas producidas en Uruguay están acondicionadas con grifa verde o amarilla, la herramienta que impulsa el SUL para valorizar la esquila.

Aguerre remarcó que en los últimos 25 años hay cambios en el perfil productivo: “Uruguay vende más lanas de menos de 22,5 micras”, a la vez que incrementó “la producción de lanas finas”, lo que ayudó a disminuir el resto de los demás micronajes, destacó el experto del SUL.

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