“Hacer crecer las personas con gestión del conocimiento en grupo”.
Ganado gordo en el campo. Foto: El País.
Pablo Antúnez.
Las empresas nucleadas en la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea) están cerrando un año que quiebra una tendencia de fuerte caída y ahora viene comenzar a remontar el repecho.
Con el convencimiento que el capital humano y el trabajo en grupo es lo más importante, el movimiento CREA mostró ayer los resultados económicos en lo que fue el cierre del año, donde su presidente Germán Fernández hizo su último discurso al frente al Consejo Directivo.
Marcó como los grandes desafíos: “producir demostrando que no contaminamos” y si se demuestra lo contrario, “tendremos que cambiar la forma de producir”. Fernández exhortó a los productores a “buscar la excelencia”, a no conformarse “con lo que tenemos o con lo posible. Con ser buenos no alcanza. Queremos que los grupos busquen la excelencia. En CREA lo principal es escuchar al otro, dar una opinión sabiendo que no es la única”, destacó el presidente Fernández, casi al final de su mandato.
En el marco del encuentro, el coordinador general de Fucrea, Martín Aguirrezabala, mostró los resultados productivos y las actividades anuales, en un 2019 donde los costos se mantuvieron altos y los resultados ganaderos estuvieron influenciados por fuertes mejoras en los precios.
A su vez, los resultados de las empresas agrícolas marcan un récord de rendimiento que influyen sobre todos los sectores y en lechería, los resultados siguen siendo magros, aunque destacan sobre los predios que no pertenecen al movimiento CREA.
Ganadería. El ingreso de capital fue de US$ 117 por hectárea (promedio), tras el análisis de 199 carpetas que incluyeron sistema de cría, ciclo completo e invernada. Los sistemas de invernada fueron los que obtuvieron el mayor aumento en el ingreso de capital, pues pasaron de US$ 82 a US$ 142 por hectárea. El subsector de la cría pasó de tener un capital de US$ 57 en el ejercicio 2017/18 a US$ 84 por hectárea en el ejercicio 2018/19.
Las empresas CREA siguen mostrando que más mejoramientos generan más carne, más producto bruto y mayores ingresos. Entre el ejercicio 2017/18 y 2018/19, hubo un aumento de US$ 655 en el ingreso de capital (US$ 46 por hectárea), el Producto Bruto Total aumentó 23% (US$ 50 por ha). El Producto Bruto Ganadero subió 18% (US$ 33/ha). La producción de carne aumentó 5% (7 kilos por hectárea). Los costos subieron 3% y el Producto Bruto Cultivos aumentó 63% (US$ 12/ha).
Agrícola-ganaderos. Del magro ejercicio anterior volvieron a crecer. Se analizaron 67 empresas se vio un ingreso de capital promedio de US$ 296/ha.
Los campos agrícolas llegaron a un Producto Bruto de entre US$ 1.200 y US$ 1.500, mientras que los ganaderos promediaron US$ 400 por hectárea. Las empresas ganaderas-agrícolas tuvieron un Producto Bruto de US$ 452 por hectárea, con insumos que totalizaron US$ 294/ha y un ingreso de capital de US$ 158/ha. A su vez, las agrícola ganaderas contaron con un Producto Bruto que totalizó US$ 790 por hectárea y los insumos fueron US$ 530 por hectárea. El ingreso de capital fue US$ 260 por hectárea.
Lechería. El sector entró en un sexto año con resultados “mediocres”. El ingreso de capital promedio fue US$ 261 por ha frente a los US$ 263 por hectárea de un año atrás. El análisis se basó sobre 100 carpetas.
El precio de la leche promedio alcanzó US$ 0,30, pero los costos rondaron los US$ 0,25 por litro.
Al ingreso de capital de US$ 261 por hectárea todavía hay que restarle la renta de US$ 92 por hectárea por superficie útil (por hectárea arrendada esta cifra asciende a US$ 190/ha), intereses de deuda superior a US$ 50 por hectárea y los costos de vida del productor lechero. “Las rentas se llevan el 34% del ingreso de capital de las empresas, que es un porcentaje muy alto de las ganancias”, explicó al analizar los resultados el coordinador del área lechera de Fucrea, Mario Fossatti.
La variabilidad de los resultados es muy alta. En el caso de las mejores empresas lograron ingresos por encima de US$ 700 por hectárea y en el otro extremo, las más negativas mostraron pérdidas de US$ 200 por hectárea. Todo eso provoca una gran diferencia entre los dos extremos. Esa diferencia es de US$ 900 por hectárea. Si se analizan los productores ubicados en el 25% inferior y los del 25% superior, la brecha ronda US$ 400 por hectárea.
En caso de las empresas con resultados malos, se observó que son las que tienen insumos más altos sin que hayan podido lograr altas productividades. “Estas empresas obtienen peores resultados que aquellos productores que gastan poco y producen poco”, explicó Fossatti y consideró que en estos casos, la prioridad debería ser: “bajar costos sin disminuir los ingresos. La mayoría tiene un margen de incremento de productividad importante”. Mirando hacia adelante, Fossatti consideró que habrá “un descenso en el ingreso de capital”.