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Chacras de arroz muestran muy buen desarrollo y febrero es clave

Problemas económicos en el sector no permitieron crecimiento de área

ARROZ

Chacras de arroz.

Pablo Antúnez

Las chacras plantadas con arroz vienen evolucionando muy bien  y entre el 30% y 35% del cultivo ya está florecido, confirmó a El País el vicepresidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago.

Más allá de esos cultivos que están más adelantados, el 60% del área todavía está jugada a un mes de febrero con mucho calor y buena luminosidad para poder consolidar en buenos rendimientos —en kilos por hectárea— el potencial que hoy se ve en los campos.

“El verano se viene desarrollando   de forma  normal, con buenas temperaturas y buena radicación solar, con algunas lluvias puntuales que siempre son bienvenidas en este período del año que tiene el cultivo arrocero, por tanto los productores hoy estamos optimistas en cuanto a que vamos a poder tener un buen rendimiento por hectárea”, afirmó Lago. La superficie sembrada en esta zafra prácticamente se mantuvo respecto a la registrada el año anterior cuando se plantaron  166.000 hectáreas (dato Opypa), pero el rendimiento cayó 6% respecto a la zafra 2014/15, debido a problemas climáticos.

El rendimiento promedio del año arrocero pasado fueron 8.000 kilos por hectárea, cuando en la zafra 2014/15 se habían alcanzado los 8.561 kilos por hectárea. La producción de la zafra pasada fue 1,32 mil toneladas de arroz cáscara contra las 1,37 mil toneladas de la zafra anterior.

“El sector mantiene el área plantada y no muestra crecimiento porque la realidad económica no da para pensar en aumentarla”, afirmó Lago.

El directivo de la ACA recordó que Uruguay supo plantar 205.000 hectáreas con arroz, pero explicó que “hoy la situación del sector no hace viable disminuir la capacidad ociosa”.

Variedades. En las últimas zafras se viene incrementando el área de las variedades híbridas, aunque la gran producción es de arroz largo fino y las áreas con arroces de grano corto son muy puntuales. Según datos de Opypa las variedades híbridas representaban en 2011/12 el 3% del total, pero en 2016 pasaron a constituir el 14% del área plantada con el cereal.

“El arroz de grano medio quizás pueda tener un espacio  para crecer, porque si bien es menos producción por hectárea, tiene un mayor interés de colocación. La industria molinera tiene interés en la medida que aparecen los negocios. Sería dificultoso estoquear este tipo de grano si no hay una colocación segura para ese tipo de  variedad”, explicó el vicepresidente de ACA.

Eso es lo que explica que el crecimiento de este tipo de grano sea muy paulatino y la industria molinera arrocera fomenta ese crecimiento otorgando un premio al precio que recibe el productor por cada bolsa de 50 kilos de arroz cáscara producida.

Expectativa. En la zafra comercial que terminaría a fin de mes los molinos llegarían prácticamente sin stock.

“Todo lo que se produjo en esta zafra se comercializó, más todo lo que había quedado del año pasado,  que no había sido poco. A su vez la industria está en tratativa para ir avanzando en nuevos embarques de la zafra futura”, recordó Lago.

Los molinos están analizando la posibilidad de concretar nuevos negocios con Medio Oriente que es un nicho importante, buscando tener la seguridad de que cuando reciban la nueva cosecha, ya tengan definidos los destinos donde colocar ese grano.

El año pasado, Irán fue un gran comprador de arroz uruguayo. Se enviaron dos barcos con 30.000 toneladas cada uno de la variedad El Paso 144 (blanco con 10% de quebrado).

Más allá de este negocio, el año pasado Brasil se convirtió en el principal destino de las exportaciones de arroces uruguayos de la zafra 2015/16, por lo menos en el período comprendido entre marzo y noviembre, al acaparar el 27% del total exportado, seguido de Perú (23%) e Irak (8%). Así lo destaca el trabajo “Arroz: situación y perspectivas”, escrito por Lucía Salgado y publicado en el Anuario de Opypa.

En la zafra anterior (2014/15) los destinos donde los molinos colocaban el arroz producido eran bien diferentes. En ese año agrícola los principales compradores fueron Perú   e Irak, con un precio promedio por tonelada de US$ 512 y US$ 576, respectivamente. Brasil había quedado atrás.

Guillermo Crampet

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