
Los adultos tienen el cuerpo verde oscuro con manchas amarillas a amarillo-rojizas, con el primer par de alas son de color verde oscuras a amarronadas y el segundo par de alas de color anaranjado-rojizo. Las ninfas son de color negro con manchas rojas en todo el cuerpo.
Como todas las langostas, tienen metamorfosis gradual por lo que completan su ciclo a través de tres estados: huevo, ninfa y adultos. En esta especie, las ninfas emergen en octubre- noviembre, tienen 6 estadios ninfales (que se diferencian por tamaño). Los adultos son observados desde finales de diciembre hasta abril. Las hembras depositan una masa o grupo (de entre 50 y 70) de huevos en el suelo; los que permanecerán todo el invierno hasta que nazcan las ninfas en la primavera. Las ninfas de la misma masa de huevos, al nacer, presentan un comportamiento gregario (marchan todas juntas) pero suelen ser muy llamativas para quien las encuentra.
La especie se encuentra normalmente alimentándose sobre dicotiledóneas silvestres, pero tienen una marcada preferencia por las solanáceas como por ejemplo Solanum sisymbrifolium o revienta caballo, la papa y el tomate. A pesar de que se alimenta de plantas de diferentes familias es una especie de importancia económica menor ya que son muy ocasionales los ataques a cultivos y los daños son de escasa magnitud.
Chromacris speciosa es una especie nativa que habitan nuestras praderas, que no deben ser confundida con «la langosta» (Schistocerca cancellata) de hábitos gregarios o migratorios que ha llegado históricamente a nuestro país en grandes mangas proveniente del norte de Argentina y que recientemente en julio fue controlada en la Provincia de Entre Ríos a escasos kilómetros de nuestra frontera.