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Trabajo y pasión, con la familia en sus horizontes

Se realizó desde Dolores una nueva edición de Protagonistas del Agro con la presencia del Cr. Julio Blanco y los Ing. Agr. Esteban “Tato” Hoffman y Nicolás Martínez. La trayectoria de cada uno estuvo sobre la mesa, pero el principal debate pasó por el recambio generacional y el futuro.

Esteban "Tato" Hoffman, Julio Blanco y Nicolás Martínez en Dolores
Esteban "Tato" Hoffman, Julio Blanco y Nicolás Martínez en Dolores
Alejandro Bartesaghi

La Banda Oriental, Provincia Cisplatina, país del Río de los Pájaros Pintados, penillanura levemente ondulada o República Oriental del Uruguay, ha sido desde sus inicios en su mayoría el mosaico de inmigrantes que llegaron para involucrarse con el desarrollo de las Américas. Es parte de nuestra historia, de nuestra identidad.

Tampoco se descubre nada nuevo diciendo que Uruguay se ha desarrollado como un país agropecuario.

Bien podría ser la síntesis de las historias que se contaron en una nueva edición de Protagonistas del Agro, donde el foco estuvo sobre todo, no en contar de dónde vienen, sino para dónde van.

¿Dónde está el equilibrio entre educar y dar libertades a las nuevas generaciones y a su vez sostener empresas familiares? ¿Cómo se hace para tener transiciones sanas, que fluyan mientras la firma sigue generando dividendos?

Quizás no dijeron soluciones mágicas, porque no las hay. Pero sí hubo respuestas en una nueva edición de Protagonistas del Agro, organizado por la Asociación Agropecuaria de Dolores.

PROTAGONISTAS

Julio Blanco Vicente nació en Montevideo, es contador, está casado con María Paz y tiene 5 hijos. Como usualmente sucede, le pidieron que se describa con una frase, y eligió “pasión por el éxito del cliente”. Blanco actualmente es presidente de Interagrovial, pero la maquinaria agrícola no es novedad en su familia, viene de 2 generaciones hacia atrás.

“Mi abuelo fue un inmigrante asturiano que llegó a Soca en Canelones poco antes de la Primera Guerra Mundial”, dijo Blanco, quien contó que después puso un almacen de ramos generales y en una zona agrícola, se abrieron paso con la maquinaria. En 1984, la empresa tomó la representación de John Deere pero no fue hasta 10 años después que Julio quedó de gerente general de la firma.

“Quiero ser un eslabón más de la empresa familiar y poder entregarla mejor de lo que me la dieron”, afirmó.

Esteban “Tato” Hoffman Berasain tiene sus raíces en Vichadero, Rivera. Es ingeniero agrónomo, profesor de cereales y cultivos industriales en la Facultad de Agronomía desde hace más de 35 años, está casado con Carmela y tienen 3 hijos. Además, es fundador de Unicampo Uruguay.

“Hoy tengo un lugar de privilegio”, comenzó diciendo Hoffman, agregando: “porque de donde vengo, que mirá que es lejos, llegar al litoral, empezar a vincularme y terminar en los cultivos siendo que mi pasión siempre fue la ganadería...”

La historia de Hoffman en Vichadero viene por el lado materno, la familia Berasain. “Eran vasco franceses, mi bisabuelo con dos hermanos más compraron un campo en la entrada del pueblo hace más de 10 años”, aseveró “Tato”.

Su madre era la menor de 11 hermanos. Su padre, de apellido Hoffman, había nacido en Alemania. De esa mezcla de inmigrantes en Uruguay proviene el reconocido profesor.

“Mi padre murió con 47 años cuando yo tenía 18, y tenía un tío soltero que ocupó ese lugar y me inculcó el gusto por la agronomía”, señaló Hoffman.

Estando en Paysandú, el “Mingo” Luisi lo seleccionó para integrar el equipo de la cátedra. “Empecé a descubrir la agricultura, la investigación y la enseñanza y me enamoré del litoral”, dijo.

Nicolás Martínez Rapallini es de Flores, lugar que solo abandonó para hacer la carrera de agronomía, y a donde volvió. Está casado con Josefina, tiene 3 hijos y entre varias actividades, es uno de los directores de Agromotora Flores.

“No tomo este reconocimiento como personal, sino a la empresa de la familia que comenzó mi abuelo”, dijo Martínez.

Nicolás fue alumno de Hoffman, se recibió en 2001 y se volvió a Trinidad a desarrollarse profesionalmente. Un año difícil para el país...

“Fundamos una veterinaria con un socio, íbamos por el lado ganadero porque mi padre en la empresa ya se ocupaba de la agricultura y Flores era muy productor de carne todavía”, estableció.

“Vino la aftosa, no fue el mejor año para abrir una veterinaria”, dijo, entre risas, asegurando que de ese modo se fue incorporando también a la empresa familiar. Martínez dijo que se acuerda de otro interior hace 20 años, que ha evolucionado notablemente, y que “el tren pasa una sola vez en la vida a veces y hay que subirse”.

“A la suerte hay que ayudarla, a veces agarraste la nube con lluvia para la soja en febrero pero no creo que esa sea la trayectoria de la vida”, indicó.

FAMILIA

“Hay momentos duros en los que hay que levantarse y seguir, muchos... ahí está la familia”, dijo Julio Blanco. Profundizando en el concepto de la suerte antes mencionado, aseguró que sí, puede haber un componente, pero “el 90% es transpiración”.

Desde luego, la transición en una empresa familiar no es un aspecto nada fácil de solucionar. Precisamente el recambio familiar ha sido uno de los temas que más estuvo en la agenda del agro en el último tiempo.

“En Interagrovial tuvimos que hacer la transición con mi padre, siendo que éramos de generaciones muy distantes”, estableció Blanco. Ese cambio precisamente, no fue todo lo profesional que acostumbra o que le gustaría a Julio y al desempeño de la firma, y es por eso que lo desvela encontrar la mejor forma de “pasar la posta” hacia abajo. Y está trabajando en eso...

“Para lograr la continuidad hay que contagiar esa pasión por el éxito del cliente, es lo que más me motiva y me divierte en este momento”, aseguró. “Pretendemos entregar a la próxima generación una empresa profesional, y no es prioridad que trabajen adentro de la empresa, si bien podrían hacerlo en base a mérito, pero sí requiere una fuerte preparación para integrar el directorio o ser accionistas”.

En el caso de Nicolás Martínez, la historia es similar al decir que pertenece a la tercera generación en el rubro. Al día de hoy, sus padres son los dueños de la empresa y él y sus dos hermanos “son los brazos ejecutores”.

“Queremos ver cómo hacemos para que se transfiera a la cuarta generación unida”, dijo Martínez. Acerca de los procesos de traspaso y recambio, marcó que muchas veces son traumáticos, pero reivindica la instancia de “sentarte con tus hermanos y decir cosas que no querés decir o escuchar” como herramienta de un enorme valor. “Mientras hacemos todo eso no nos podemos distraer, porque el fin de la empresa es producir dividendos y ganar plata”, sostuvo.

Martínez recordó el año 2001, cuando comenzó a desarrollarse como un joven profesional y la situación del país no era la mejor. “Quería agarrar todas las oportunidades y a veces mi padre me frenaba, pero sostengo que en este país, con perseverancia, hay muchas oportunidades. Depende de uno”.

Para cerrar con el recambio, Martínez agradeció el acompañamiento de su padre justamente: “hay que tener la inteligencia de dar espacios: no me la hizo fácil pero me dejó hacer”.

Hoffman habló de las oportunidades de los jóvenes y recordó sus inicios.

“Unicampo es hijo de la cultura del dato, hacemos lo que nos gustaría que hagan con nosotros si el profesional que está enfrente es un médico”, dijo.

“Tato” recuerda que en aquel momento tenían trabajo los más grandes, siendo que hoy hay muchas oportunidades para los jóvenes. “Hoy hay sobredemanda de ingenieros agrónomos”, subrayó.

“Estoy convencido que si pegás siempre en el mismo “clavito”, convencido y trabajando en equipos, las cosas salen”, dijo Hoffman. Agregó quesiguen habiendo muchas necesidades insatisfechas y oportunidades en el agro, pero “hay que embarrarse”.

FUTURO

“Las oportunidades no se acaban nunca en un sector productor de alimentos”, dijo Nicolás Martínez. “Nuestro desafío también es transmitirles hambre a mis hijos, porque mi abuelo se fue de Colonia a Flores con 2 tractores y salió adelante”, acentuó.

Sobre el país, cerró diciendo que la parte política no ha incidido “casi nada en decisiones de la empresa”, y valoró que Uruguay tiene una historia de gobiernos que “dejan hacer”.

Julio Blanco cerró hablando de la sinergia entre carne y agricultura. “Donde Uruguay puede jugar en la A es con la carne”. Así mismo, sostuvo que el lobby bien entendido por la ganadería, la agricultura, la lechería y el arroz debería estar más arriba aún de lo que está.

Hoffman finalizó con un mensaje de esperanza: “no hace falta ir a mirar en Estados Unidos: nosotros tenemos mejor agricultura pero somos más pobres, tenemos menos recursos económicos y menos superficie”. Por eso, hay mucho por hacer y “Uruguay premia mucho el esfuerzo, rodearse bien, tener amigos y ser consecuente”.

La enseñanza y el orgullo está en la historia de antepasados que vinieron a “hacer la América”. Las oportunidades y el desafío está en nuevas generaciones, cada vez más preparadas, que continúen el crecimiento del país.

Una etapa dura que brindó oportunidades

Hoffman dijo que la crisis del sector agropecuario empezó en 1999 “con la sequía, heladas tardías, el mal verano de 2000, el fusarium de 2001 y 2002, el exceso de agua para el girasol, el cierre de los bancos y la aftosa”. Recordó que en ese momento, Uruguay tuvo el área agrícola más baja en producción. Julio Blanco agregó que en el año 2002 en todo el país se vendieron tan solo 90 tractores y una cosechadora. Entre risas, Nicolás comentó que ese año abrió la veterinaria. Pero justamente de los momentos duros es donde se adquieren los aprendizajes y donde muchas veces surgen las oportunidades. En un país como Uruguay, donde su posicionamiento estratégico le permite ofrecer al mundo bienes que siempre serán necesarios, como alimentos, energía o materias primas, los ciclos se revierten. El exitoso caso de cualquiera de los tres expositores así lo confirma.

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