Las cosechas de invierno avanzan y atrás entran las sembradoras para la próxima zafra de verano. La Ing. Agr. Marcela García Pintos, integrante del equipo técnico de 3Agro, analizó el estado de los cultivos y sus avances en trilla, el peso creciente del doble cultivo en los sistemas productivos y las perspectivas para la zafra de verano, destacando la mayor profesionalización del productor y el avance del recambio generacional dentro de las empresas y los establecimientos.
García Pintos señaló en un informe de Valor Agrícola que la zafra de invierno estuvo marcada por siembras más tardías y dificultades iniciales en la implantación por las lluvias. Sin embargo, con el correr de la primavera los cultivos lograron afirmarse: “Estoy viendo buenas colzas y buenos trigos. No va a ser un año de rendimientos extraordinarios, pero sí un año promedio o bueno”, dijo.
En trigo, contó que la productividad se perfila como “un año promedio, y si Dios quiere un pelito arriba”, si bien remarcó que el llenado de grano estuvo muy condicionado por las últimas precipitaciones: “Las últimas aguas eran cruciales para concluir los rendimientos. Los campos ya estaban marcados y los cultivos demandaban mucha agua, que por suerte llegó, aunque quizás un poco tarde. La semana entrante vamos a empezar con las trillas y ahí sabremos con certeza. Estoy ansiosa por ver estos resultados”, indicó.
En colza, la situación es más dispar: las chacras sembradas temprano muestran buenos resultados de rinde, alrededor de los 2000 a 2200 kilos por hectárea, mientras que las implantaciones tardías “pierden rendimiento”, lo que dejará una cosecha “partida en dos”.
La integrante de 3Agro remarcó el rol central que tienen los cultivos de invierno en el equilibrio económico de las empresas agrícolas. “El invierno paga la mitad de la renta. En un negocio donde los costos son altos y los márgenes finos, el doble cultivo es fundamental”, afirmó. A su vez, agregó que la soja, que ha sido históricamente la columna vertebral del sistema agrícola, “ya no paga sola la renta” con los valores actuales, por lo que la diversificación vuelve a ser imprescindible.
García Pintos sostuvo que el productor uruguayo, al desempeñarse en un país netamente agroexportador, “es tomador de precios” y que parte de las decisiones de área se definen por señales globales, si bien hay un ecosistema muy maduro y con rotaciones estabilizadas. “Si la colza vale, hacemos colza; si vale la soja, hacemos soja y si la soja está deprimida, como este verano, sube el maíz, sumado a la demanda de la ganadería intensiva”, remarcó.
Para esta zafra estimó un incremento del área de maíz, especialmente del área de primera: “Es el año que más vendimos maíz de primera. El número de este cultivo hoy da mejor y tenemos muy buenas perspectivas de ventas para la segunda”, contó. También prevé una suba del girasol, impulsada por la necesidad de generar nuevas oportunidades. Además, destacó la incorporación de camelina y carinata como alternativas en invierno, junto con la avena y la fuerza del trigo para una mayor y mejor diversificación.