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Las sojas de segunda se siguen sembrando en seco

Año Niña complican a la agricultura del Río de la Plata

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Siembra de soja. Foto en twitter.

Las siembras de soja de segunda siguen adelante más allá del clima seco y los productores se juegan a posibles lluvias anunciadas para el fin de semana. Las áreas de primera ya están todas implantadas y volverán a ser mayoritarias este año en Uruguay.

En el ejercicio agrícola 2016/17 las sojas de primera también fueron mayoría y ocuparon 735.000 hectáreas, seguidas de otras 354.000 hectáreas de sojas de segunda; el área total para la oleaginosa fue 1.089.000 hectáreas, según cifras de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería.

Este año, para la oleaginosa, a nivel país, se estima un área de alrededor de 1,3 millones de hectáreas, pues es el cultivo que sigue pagando las cuentas. El mercado sigue estando influenciado por los pronósticos de un año Niña —con un volumen de lluvia por debajo de lo normal— y por consiguiente, con rendimientos estimados más bajos que en la campaña anterior. El año pasado la soja uruguaya mostró un rendimiento promedio récord de 2.951 kilos por hectárea, ayudadas por el buen régimen de lluvias que prácticamente oficio como un riego sobre el cultivo.

En Argentina, el déficit hídrico es mayor y las siembras de soja llevan un retraso considerable, con 12 puntos por debajo del promedio, según publicó la Bolsa de Cereales de Rosario. La falta de condiciones de humedad en el suelo se agudizó durante las últimas semanas y se plantaron 11,3 millones de hectáreas , cuando el año pasado a esta altura del año se habían sembrado 12,1 millones de hectáreas. Todavía falta plantar 18,8 millones de hectáreas. La falta de lluvias también está complicando la siembra de maíz, porque apenas se plantaron 3,6 millones de hectáreas que representan el 57% del área estimada en la vecina orilla, siempre en base a datos de la Bolsa de Cereales de Rosario.

A nivel de cultivos de invierno, en Uruguay, el rendimiento promedio para el trigo se estima rondará los 2.200 kilos por hectárea, estimó Juan Foderé, integrante de la empresa Fadisol. “La calidad es más mala que buena, con pesos específicos bajos y altas proteínas”.

En la otra vereda, las cebadas “están bastante bien”, pero muestran “algunos problemas de tamaño de grano”, dijo el operador. Los problemas citados en ambos cultivos de invierno se deben al exceso de lluvias. En esta zafra se esperaba un crecimiento en el área de cebada, impulsado por las malterías, donde el precio para este grano era bastante más atractivo que para el trigo. Al igual que en la zafra anterior, en esta zafra el área destinada al trigo es baja, debido al desestimulo de precios.

En los últimos años el cultivo de trigo mostró reiterados problemas de calidad que complicaron su venta y Brasil no ejerció presión sobre el mercado como se esperaba. La DIEA estimó la superficie destinada al cereal en 197 hectáreas, lo que estaría marcando una caída de 11% en un año.

Guillermo Crampet

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