
Era un remate especial, y se sabía. Por primera vez no estaría Isabel en la tribuna, por eso Ricardo y Gonzalo Reilly Arrarte, la recordaron como corresponde. “Nos dejó su pasión por el campo, su dedicación incansable y su espíritu de lucha, que dejan una huella imborrable en todos nosotros”. Y agregaron: “productora rural de pura cepa, herefordista por tradición y convicción. Como madre y abuela, el amor por su familia, supo ser el motor de su vida. Su partida significa un gran vacío, pero a su vez un gran legado a seguir. Será siempre recordada en nuestro corazón con enorme gratitud, mucho amor y cariño”.
Lo mismo hicieron directivos de la Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo quienes destacaron el reconocimiento a Isabel “por haber sabido transmitir su pasión a las generaciones que le sucedieron”.
Después de eso, sus hijos y nietos honraron a su madre, con una oferta de toros que la hubiera dejado conforme no sólo a ella, sino también a don Gonzalo Arrarte Delmont, pionero de La Alborada.
Tras la emoción, la ratificación de la demanda y aceptación de la torada Hereford de Arrarte. Bajo la conducción de escritorio Luis A. Bengochea, se comercializaron, con el martillo de Ricardo Strauch, los 43 toros puestos a consideración del mercado en el local “Conventos” de la Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo.
Y honraron la memoria de Arrarte.
Los 43 toros hicieron promedio en US$ 5.696, cifra 27,94% superior a la del año pasado. Fueron 31 toros Polled Hereford: 9.120 (compró Walter Bandera), 3.600 y 5.907; 4 toros astados: 6.360, 4.080 y 4.680 y 8 Puros por Cruza: 6.480, 4.440 y 5.385.
Para pintar cómo estuvo el remate, bien vale señalar que recién en el toro 22 en entrar a pista se pagaron menos de US$ 6.000, ese, el RP 8944, se pagó en US$ 5.520, pero, sus compañeros de lote, luego fueron vendidos en US$ 6.000 cada uno.
“Estamos muy conformes. Fue un gran remate, con muy buenos valores de principio a fin, lo que refleja la homogeneidad de los toros ofrecidos, así como la consistencia del programa de selección genética que llevamos adelante desde La Alborada”, analizó luego Ricardo Reilly Arrarte. Y agregó, “la ganadería atraviesa un buen momento y el productor tiene claro que con estas relaciones de precios la inversión en genética se paga sola”.
Así transcurrió un remate muy especial para La Alborada en el cual, sin dudas honraron la memoria de Isabel, y de don Gonzalo Arrarte…