
La pasión trasciende generaciones. La ganadería, la cabaña y la genética no es solo un negocio, es un medio y un modo de vida. Si usted busca la foto que acompaña el catálogo de la torada de La Hormiga, entenderá de lo que le hablo, aunque seguramente ya lo sepa... Pero si además se le pone todo el condimento del "momentazo" ganadero, podemos decir que fue un "rematazo".
Alejandro "Nano" Núñez, martillero de Valdez y Cía, subió y bajó el martillo 31 veces en Don Tito para vender el 100% de la oferta de Polled Hereford PI de La Hormiga, promediando US$ 4.580. El mínimo fue de US$ 3.360 y el máximo US$ 8.160.
"Un tremendo remate que acompañó un momento imponente para la ganadería, con negocios firmes para el ganado", comenzó diciendo Leandro "Lolo" Oholeguy, director de la cabaña, agregando que "La Hormiga estuvo presente con la típica torada de bajo peso al nacer, carcasas pesadas, en una venta ágil y con demanda".
Al día de hoy, tras la partida de Enrique, uno de los directores de la cabaña es Leandro. "Para mí es una responsabilidad enorme, una mochila pesada pero que llevo con gusto, porque tiene sus momentos de incertidumbre pero ahí es donde se siente el apoyo de la familia, y el apoyo de allá arriba también...", dijo Oholeguy. "Yo lo tomo con seriedad pero con pasión porque me encanta la genética, amo lo que hago, me gusta vivir afuera, soy un apasionado de esto", agregó.
Núñez, martillero de Valdez y Cía, fue contundente al cierre del remate. "Esto es divino, es lo que todo cabañero quisiera tener, los toros de La Hormiga se venden solos", remató, valga el juego de palabras.