Luego de dos semanas de extrema vigilancia, las autoridades sanitarias argentinas detectaron el primer caso positivo de un ave infectada por la gripe aviar en una granja productora de alimentos, hecho que derivó a la suspensión momentánea de las exportaciones de carne de este sector.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) comunicó la confirmación del contagio en una granja de pollos parrilleros en la provincia de Río Negro, en el norte de la Patagonia.
Tras el anuncio, las exportaciones de productos avícolas quedan automáticamente suspendidas en el vecino país. La noticia era el mayor temor del Ministerio de Economía debido a que las ventas al exterior de esta industria representan más de 350 millones de dólares al año.
El gobierno argentino había extremado los cuidados la semana pasada después de detectar ocho casos en aves silvestres. En ese sentido, el Ministerio de Economía anunció entonces una batería de apoyos económicos para los productores ante el temor de que el complicado momento que atraviesa el campo por las sequías dificulte la comunicación de posibles casos sospechosos.
La institución veterinaria argentina llegó a analizar 177 casos hasta este martes, en donde se confirmaron 25 infecciones: 21 de ellas en aves de traspatio. Pese al hecho, las autoridades señalaron que el consumo interno “continuará desarrollándose con normalidad”, debido a que la enfermedad no puede transmitirse por el consumo de carne o huevo, y que los frigoríficos exportadores podrán comercializar sus productos en el mercado interno
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