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La excepción que confirma la regla

Mirando un poco más hacia adelante, la disponibilidad de novillos a faena en el ejercicio 2024/25 tiende a ser baja y también lo será la de vacas. Se vienen meses complicados para la demanda desde el punto de vista de la disponibilidad de materia prima.

Ing. Agr. Rafael Tardáguila | rafael@tardaguila.com.uy

A partir de esta semana comienza a quedar atrás la ventana de producción para la cuota europea 481, de carne de animales terminados en corrales de engorde, que ingresará a los países de la Unión Europea a partir del próximo 1° de octubre. La regla es que, durante las semanas de ventana —cada vez más corta— los precios del ganado terminado a pasto bajan, dada la reducción de la demanda. Esta ventana fue la excepción; lo que pudo lograr la industria fue que los precios del ganado a faena dejaran de subir, pero no bajaron.

En promedio, entre el comienzo y el final de las anteriores ventanas de cuota la baja del precio de los animales provenientes de pasturas ha sido de unos 20 centavos por kilo carcasa. En esta oportunidad, el precio de los novillos especiales era de US$ 3,95-4,00 al comienzo y está terminando con cotizaciones exactamente iguales.

Diferencia precio novillo gordo.

La razón de que no se haya dado la usual corrección a la baja es estrictamente de mercado. Las bajas se dan por un desequilibrio entre oferta y demanda a favor de esta última, porque se reduce el interés comprador y la oferta continúa siendo la misma. En esta oportunidad la oferta es tan baja que inclusive con la reducción de la demanda —porque muchas plantas se “distraen” con la cuota—, los precios no bajaron.

La gran pregunta es qué pasará a partir de esta semana, cuando las grandes plantas frigoríficas que están trabajando para la cuota 481 comiencen a interesarse nuevamente en animales provenientes de pasturas. La opinión unánime de todos los operadores del mercado es que la oferta es mínima e, incluso, en caída, y la expectativa es que lo siga siendo durante las próximas semanas. La razón está en las complicaciones climáticas derivadas de los excesos hídricos a partir de la segunda mitad del otoño, que complicaron la utilización y la persistencia de las pasturas sembradas, seguida de los intensísimos fríos que, de forma no tan persistente, todavía no quedaron atrás.

Habrá que esperar que esas pasturas se recompongan y, a partir de entonces, habrá una mayor cantidad de animales ganando kilos para llegar a peso de faena. No se prevé que esto se dé hasta fines de setiembre u octubre.

Esto indicaría que los precios del ganado a faena deberían retomar la tendencia al alza. Sin embargo, las condiciones del mercado internacional por el momento no parecen ser lo suficientemente firmes como para respaldar subas adicionales en los precios de la hacienda a faena. Habrá que esperar a ver qué pasa con la mayor fluidez y precios más altos que se están logrando en las ventas a China en las últimas semanas, pero las condiciones de este destino tampoco parecen ser lo suficientemente buenas como para que se den mejoras adicionales significativas. Por lo tanto, lo que seguramente suceda en las próximas semanas es una reducción de la faena, posiblemente a niveles por debajo de las 35 mil cabezas semanales, sostenida por la oferta que pueda salir desde los corrales de engorde, con una muy escasa participación de vacas. Si la demanda no es capaz de sostener subas adicionales en los precios, lo que se dará es una reducción de esta para equipararse con la reducida oferta.

De todas formas, más allá de esta coyuntura que retrasó la terminación de animales por razones climáticas, la cantidad de animales en edad de faena o próximas a la edad de faena es baja, por lo que el crecimiento futuro de la oferta a faena tampoco será demasiado grande. Tanto en el caso de las hembras como de los novillos la expectativa es que la oferta en los próximos meses siga siendo reducida.

Es más claro el caso de los vientres. Contrariamente a lo que sucedió el año pasado, cuando una elevada proporción del rodeo de cría no se preñó debido al impacto de la sequía, durante este entore las condiciones forrajeras fueron ideales y la tasa de preñez, de acuerdo con el Taller de INIA Treinta y Tres, fue récord. Por lo tanto, la cantidad de vacas falladas se redujo drásticamente, con la consecuente baja en la cantidad de vacas de invernada. La fluida salida a faena de vacas durante el segundo semestre del año pasado, en el corriente no sucederá.

En el caso de los novillos, la industria cada vez es más dependiente de la categoría de 2-4 dientes. En el ejercicio 2023/24 se faenaron 675 mil animales de esta categoría, 60% del total de novillos faenados. Y la disponibilidad de novillos de 2-4 dientes no será abundante. Aunque la generación que ahora tiene esa edad no fue baja (2,9 millones de terneros) la exportación de terneros en pie en 2023 fue muy numerosa, cerca de 300 mil cabezas, impactando sobre la disponibilidad de animales de esta categoría.

Por lo tanto, superada esta coyuntura hacia el último trimestre del año la expectativa tampoco es de una oferta abundante, más allá de cierta concentración en algunas semanas puntuales cuando engorden los animales que se atrasaron la llegada al peso a faena últimamente.

Mirando un poco más hacia adelante, la disponibilidad de novillos a faena en el ejercicio 2024/25 tiende a ser baja y también lo será la de vacas. Se vienen meses complicados para la demanda desde el punto de vista de la disponibilidad de materia prima. Pero ese será tema de otra columna.

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