La reunión del jueves pasado entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Xi Jinping, presidente de China, centró la atención mundial por sus posibles repercusiones en el comercio internacional, especialmente en el sector de bienes agropecuarios. El encuentro, celebrado en el contexto de tensiones comerciales entre ambas potencias, extendió la “tregua” -que vencía a principios de noviembre- por un año más, con el compromiso de China de comprar unos 12 millones de toneladas de soja estadounidense en el presente ciclo comercial (hasta enero), además de seguir participando en la demanda durante los próximos tres años con compras del orden de los 25 millones de toneladas anuales. En 2024 había comprado 24 millones desde ese origen.
Por su parte, Estados Unidos reduce de forma inmediata el arancel a los productos chinos al 10% que pagan como base, desde abril, la amplia mayoría de los productos que ingresan desde casi todos los orígenes al mercado estadounidense, incluyendo la carne uruguaya dentro de cuota. Fuera de cuota, la tasa es de un adicional de 26,4%.
En los días previos a la reunión el propio Trump había dicho que la expectativa era de alcanzar un acuerdo con su par chino, lo que hizo subir los precios de la soja en el mercado de futuros de Chicago unos US$ 15 por tonelada. Eso se sintió en Uruguay, donde de una referencia del orden de los US$ 360 se pasó al eje de los US$ 377 por tonelada como referencia para la cosecha 2026, que se está sembrando.
De todas formas, desde el sector semillerista se considera que lo más factible es que la superficie ocupada por la oleaginosa pueda sufrir un ajuste a la baja en esta campaña 2025/26, dados los bajos precios del poroto en el arranque de la zafra y las buenas expectativas para la colocación de maíz en el mercado interno dada la demanda adicional desde los corrales de engorde.
La cosecha 2025 de maíz, que hubiera sido superavitaria para los niveles usuales de demanda en el país hasta el año anterior, se colocó con fluidez y a precios relativamente favorables en el mercado interno. Muy distintos hubiesen sido los valores si hubiera quedado un excedente para la exportación.
En 2025 se sembraron en Uruguay 1,23 millones de hectáreas con soja y 260 mil hectáreas de maíz para grano, de acuerdo con los datos de DIEA. Este año, en tanto, la expectativa es de un peso relativo mayor del cereal en desmedro de la oleaginosa que, de todas maneras, seguirá siendo con amplitud el principal cultivo en el país.
Las repercusiones posteriores a la cumbre Trump-Xi no fueron muy significativas. De acuerdo con el análisis de Bloomberg, “es probable que el acuerdo solo logre estabilizar las relaciones entre ambos países, en lugar de resolver sus diferencias fundamentales, con ambas partes ganando tiempo para seguir reduciendo su dependencia mutua en áreas estratégicas”. La agencia agregó que “el acuerdo no produjo los cambios estructurales que el presidente estadounidense Donald Trump ha prometido desde hace tiempo para corregir el desequilibrio comercial entre Estados Unidos y China, y los mercados no se mostraron impresionados: los futuros bursátiles en Estados Unidos se mantuvieron prácticamente sin cambios en las horas posteriores a conocerse los resultados de la reunión y el índice de referencia chino CSI 300 cerró con una caída de 0,8%.
Habrá que ver si desde China se toma alguna resolución respecto a los centenares de frigoríficos de vacunos y cámaras de frío estadounidenses que perdieron la habilitación a exportar a China en el primer trimestre de este año. Según operadores del mercado estas inhabilitaciones han tenido un impacto mucho mayor en las exportaciones estadounidenses de carne vacuna a China que la imposición de aranceles adicionales.
Estados Unidos es fuerte fundamentalmente en el segmento de carne enfriada, de alto valor, y en el de menudencias. En el primero su principal competencia es Australia, país que en los últimos meses ha acaparado las importaciones chinas de carne enfriada. En el caso de las menudencias, el gran competidor de Estados Unidos es Uruguay, quien ha quedado por el momento con una reducida competencia en la colocación de estos productos en el mercado chino. En el año a setiembre ingresaron a China 10 mil toneladas de menudencias vacunas procedentes de Uruguay, 37% de las importaciones totales.
Habrá que esperar a ver si Beijing comienza a recorrer el camino de la habilitación de esta cantidad de plantas estadounidenses y aguardar su participación en las compras de soja estadounidense. Los mercados, luego de todo el caos de la primera mitad del año, parecen comenzar a encauzarse nuevamente.