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El ternero del próximo entore valdrá mucho

Por cómo están las cosas, parece lógico apostar una ficha a que ese vientre se preñe. Tan lógico como en la actualidad es engordarlo y enviarlo a faena

Rafael Tardáguila
Rafael Tardáguila

Las vacas que se mantengan en el rodeo de cría para el próximo entore tendrán la desafiante tarea de concebir una generación de terneros que, por como se vienen dando las cosas, genera expectativas de que será muy valorizada.

Evolución del ciclo ganadero mediante, la faena de vacas y el precio del ternero guardan una relación inversamente proporcional. Y es lógico, ya que la vaca tiene dos destinos posibles —mantenerse en el rodeo de cría o engordarse y ser enviada a faena— y cuando el ternero no vale no hay incentivos para la primera alternativa.

Lo inusual de la situación actual es que el precio del ternero está en ascenso, alcanzó promedios históricos de más de US$ 3 el kilo en las pantallas y, sin embargo, el envío de vacas a faena mantiene la senda de crecimiento ante los increíblemente atractivos precios de los animales a faena. Inusual, pero también lógico, porque al pagarse más de US$ 1.200 por una vaca que se va a frigorífico, la opción rodeo de cría sigue quedando relegada.

Esta inusual situación de precios en alza del ternero y faena creciente de vacas puede conformar en un mediano plazo un escenario muy atípico, porque el actual desequilibrio a favor del precio del gordo puede dar pie a otro absolutamente contrario en el que la escasez relativa de animales de reposición dispare de forma inusitada su precio y también la relación de reposición, apretando los márgenes de las invernadas y de los corrales que han sido los grandes beneficiados en el último año. Este último año largo la relación de reposición benefició claramente a los engordadores. Los altos precios del ganado a faena solo se trasladaron parcialmente al ternero. El cociente kilo flaco sobre kilo gordo, que no muchos años atrás se ubicó por encima de 1,3 (30% más caro el kilo de ternero que el de novillo gordo) el año pasado coqueteó con el 1-1, con alguna semana puntual incluso por debajo. Por cómo se vienen dando las cosas, esta relación de reposición irá quedando gradualmente atrás y se avanzará hacia otra en el entorno de 1,15-1,20 este año y luego, probablemente, se retorne a aquellos picos de arriba de 1,35 que se habían alcanzado en los años 2016 y 2017.

La salida de vacas a faena será parcialmente compensada por una mayor cantidad de vaquillonas inseminadas antes. Uno de los grandes procesos transformadores de la ganadería en estos tiempos es la mejora de la eficiencia productiva mediante la aceleración de los procesos, primero en el engorde y luego en la cría. Están dados los incentivos para acelerar el apronte de las vaquillonas, que se inseminen a los 15 meses y que, de esa manera, se compense parcialmente la mayor extracción de vacas del rodeo de cría. ¿Pero será suficiente para satisfacer la demanda? En base al contexto internacional actual, la demanda por carne vacuna en el mundo parece que seguirá firme en el mediano plazo o algo más, más allá de que parece poco creíble que se sostengan los picos de precios alcanzados en las últimas semanas. En este mar plagado de cisnes negros por el que se navega en los últimos años, no hay nada garantizado, pero las perspectivas son de precios firmes para la carne vacuna exportada.

Las inversiones a nivel de invernadas y corrales demandarán cantidades crecientes de animales de reposición que, probablemente, no estén. Como siempre, un bien que escasea tiene más valor.

El próximo entore, 2022/23, serán los terneros que nacerán en la primavera 2023 y que se destetarán en el otoño de 2024. El rodeo de cría de ese entore va a ser algo menor. Para compensar esa caída, la tasa de destete debería aumentar en el entorno de 3%. Sería la forma de llegar a 2,9 millones de terneros, sin mayores variantes respecto a los niveles actuales. Si ese aumento en la tasa de destete no sucede —como siempre, dependerá mucho de las condiciones físicas en las que el rodeo de cría ingrese al entore y cómo evolucionan a lo largo del mismo— la generación de terneros destetados en 2024 será relativamente chica. Y si la demanda internacional por carne vacuna sigue sostenida, las invernadas y los corrales demandarán un bien escaso y valorizado.

Hoy la situación está dada para que los terneros de esa generación tengan un precio muy atractivo. Las vacas que preñarán esos terneros son las que se empiezan a aprontar en los próximos meses para el entore. Habría que tenerles la consideración imprescindible como para ayudarlas a que lleguen al entore en buen estado, ciclando, de manera de lograr una rápida preñez que luego determine un excelente negocio al momento de comercializar el ternero.

Por cómo están las cosas, parece lógico apostar una ficha a que ese vientre se preñe. Tan lógico como en la actualidad es engordarlo y enviarlo a faena.

Gráfica: Faena de vacas y precio del ternero

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