El comercio exterior del sector ovino uruguayo durante los primeros once meses de 2024 dejó un balance mixto, con avances significativos en ciertos rubros y contracciones preocupantes en otros. Los datos del último boletín del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) reflejan tanto oportunidades como desafíos para uno de los sectores agroexportadores más tradicionales del país.
El subrubro de lana y subproductos registró un aumento notable del 22,7 % en los ingresos en comparación con el mismo período de 2023, alcanzando los 145,6 millones de dólares. Este crecimiento se explica principalmente por un desempeño excepcional de la lana sucia, que incrementó sus exportaciones en un 126 %, generando 52,5 millones de dólares, con China como principal destino, concentrando el 85 % del valor exportado.
La lana lavada también mostró un aumento significativo del 48%, mientras que las exportaciones de tops (lana peinada) disminuyeron un 10%, impactadas por una caída en los mercados europeos como Italia y Alemania. Sin embargo, las ventas de tops a China se triplicaron, lo que compensó parcialmente la caída en otros mercados.
En términos de volumen, Uruguay exportó 42,4 millones de kilos de lana base sucia, un 63% más que el año anterior, marcando una recuperación significativa en el comercio físico.
Por otro lado, las exportaciones de carne ovina tuvieron un retroceso preocupante del 23,5 %, generando 62,4 millones de dólares frente a los 81,7 millones del año anterior. Este descenso estuvo acompañado por una disminución del 24% en el volumen exportado.
Brasil se consolidó como el principal mercado para la carne ovina, representando el 37% del valor exportado, seguido por China (24%) y Rusia (7%). Cabe destacar que las ventas a Rusia crecieron más del 300%, en contraste con una caída del 70% en las exportaciones a China, lo que refleja un cambio en la composición del mercado internacional.
Diversificación y desafíos para el futuro. El sector ovino uruguayo enfrenta el desafío de mantener la competitividad en un entorno global cambiante. Mientras que la diversificación hacia mercados alternativos y el crecimiento en subrubros como la lana sucia destacan como logros, la caída en la carne ovina subraya la necesidad de consolidar relaciones comerciales y explorar nuevas oportunidades.
Con un desempeño mixto y una marcada dependencia de mercados como China, el futuro del sector ovino requerirá esfuerzos coordinados para optimizar la cadena de valor y fortalecer su resiliencia frente a fluctuaciones internacionales.
En este contexto, el impulso hacia la innovación y la sostenibilidad aparece como una oportunidad clave para revitalizar el sector ovino. La mejora en procesos productivos, el desarrollo de productos de mayor valor agregado, como prendas y bioinsumos derivados de la lana, y la promoción de prácticas regenerativas pueden posicionar a Uruguay como un líder en calidad y sostenibilidad en el mercado global.