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“Abrazando” la pasión criolla...

Con un solo brazo y enlazando como ninguno, Felipe Banchero tocó las puertas de su edén

Felipe Banchero tiene 17 años y nació en la ciudad de Carmelo, departamento de Colonia, pero se crió en el campo. Hoy vive en el paraje El Cuadro y estudia en el liceo de Colonia Miguelete. De chico siempre le gustaron los caballos, aunque con la raza Criolla comenzó en 2018 cuando pudo comprarse su primera yegua.

Hay veces que la vida da revancha, sobre todo si se vive con pasión y dedicación. En esta historia hablamos de aferrarse y “abrazar” a las segundas oportunidades y exprimirlas. Porque la vida te da y te quita y nuestro protagonista sabe bien de eso.

Felipe Banchero Montes de Oca tiene 17 años y nació en la ciudad de Carmelo, departamento de Colonia, pero se crió en el campo, gracias al trabajo de sus padres. Hoy vive en el paraje El Cuadro y estudia en el liceo de Colonia Miguelete. De chico siempre le gustaron los caballos, aunque con la raza Criolla comenzó en 2018.

Hace ocho años tuvo un accidente que le costó su brazo izquierdo. Con más ganas que esfuerzo, y una gran dosis de apoyo familiar, el joven tuvo que volver a aprender a andar a caballo y hoy, dicen, es uno de los mejores con el lazo.

Sin embargo, el afán pudo más y hoy se maneja “prácticamente normal” porque la pasión lo forzó a buscarle la vuelta y poder volver a montar un caballo, su paraíso terrenal.

“Tal vez es una manera distinta de manejar el caballo en ciertas cosas, pero con el tiempo pude hacerlo lo más parecido a como si tuviera las dos manos. Me fui adaptando y no mucho tiempo después del accidente ya estaba en el caballo otra vez. La verdad es que no creo que tenga mucho problema”, dijo.

En diálogo con El País, Felipe contó que siempre quiso -junto a su amigo, Edgardo Assandri- tener una yegua Criolla propia. Un día se animaron y empezaron a buscar opciones. Encontraron una oportunidad accesible en la cabaña Rincón de Guaviyú, de la familia Mazzilli, que tenía unas yeguas para la venta.

“Las vimos y nos gustaron. Elegí una y la comencé a entrenar. Con lo poco que sabía fuimos aprendiendo juntos. En realidad ella me enseñaba más a mí, que yo a ella”, recordó.

Continuó entrenando y a mediados de 2019 se enteró que la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay (SCCCU) lanzaba su prueba juvenil.

Pruebas. La prueba Juvenil de la SCCCU es una prueba funcional basada en un Certamen Competitivo que engloba Pruebas Clasificatorias que habilitan para una prueba final en un lugar y fecha previamente divulgado por la SCCCU. Las clasificatorias son organizadas por las agremiaciones y la final por la SCCCU. Las pruebas juveniles se subdividen en dos categorías: Infantil (Infantil A, niños hasta 8 años cumplidos; Infantil B, niños desde 9 años cumplidos hasta 12) y Juvenil (en donde compiten jóvenes desde 13 años cumplidos hasta 15 años).

Sin pensarlo mucho reforzó el entrenamiento. Eran horas y horas practicando. Sin embargo, Felipe Banchero se dio cuenta de que necesitaba de alguien que le diera una idea más profesional del tema, con técnicas más acertadas sobre cómo entrenar a una yegua.

“Me dijeron de una persona, Neber Alpuy, y nos contactamos. Me ayudó muchísimo, me corrigió algunas cosas, me informó sobre la prueba y demás. Al final resultó que yo no tenía mucha idea, pero gracias a Neber Alpuy mejoré muchísimo. Me entusiasmé y me anoté. Llegó septiembre, el día de la prueba, y tenía unos nervios impresionantes antes de correr. Pero la corrí y quedé segundo, por suerte”, recordó orgulloso el joven.

Ese fue su debut en las pruebas Criollas y hasta el día de hoy sigue corriendo y entrenando, porque al final de cuentas la sangre Criolla es lo que le corre por las venas.

Final. Hace algunas semanas atrás corrió el Freno de Oro juvenil y logró su pase a la final más importante de la raza y de los criollistas. La misma será realizada en “la capital de los Criollos”, en Esteio, Brasil, durante el próximo mes de octubre.

Esta prueba la corrió con Poral Milonga, una yegua de José “Poro” Campiotti, de cabaña Don Poro, que es, según supo El País, “una de las mejores de la cabaña”.

“Campiotti es una excelente persona. Desde el primer día que me conoció me dio la oportunidad de montar y entrenar una de sus yeguas”, expresó.

Desde hace algunos meses está entrenando con ella, alternando sus días entre las mañanas de estudio y las tardes de montada. Sobre su participación, Felipe indicó: “Espero, por lo menos, hacer una prueba presentable. Sobre todo, espero disfrutar, porque sé que es algo que no se da todos los días y para mí va a ser inolvidable. Además, nunca fui a Esteio, esta va a ser mi primera vez y va a ser de a caballo. Qué mejor”, señaló.

Más que en la cría de la raza Criolla, Felipe Banchero Montes de Oca quiere llegar lo más lejos posible en la vida, pero reconoce que hay que ir paso a paso y cumpliendo cada objetivo. “Tener un centro de entrenamiento o una cabaña sería un sueño. Hoy ya tenemos un lotecito de yeguas, en una cabaña que denominamos El Abuelo, pero tener un centro de entrenamiento con todas las instalaciones será mi próximo sueño”, concluyó.

Y nosotros ya lo veremos llegar.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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