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Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata: veterinarios destacan la estrategia pero advierten sobre recursos y continuidad

Veterinarios coincidieron en que el Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata marca el rumbo correcto y recoge aportes de múltiples instituciones, pero advirtieron que solo será eficaz si cuenta con continuidad, recursos suficientes y el compromiso activo de todos los actores de la cadena ganadera

Garrapata, ganado con garrapata

Uruguay pierde cada año unos 95 millones de dólares por los efectos de la garrapata en la ganadería, casi el doble de lo que provoca la bichera. Frente a esa amenaza sanitaria y económica, el gobierno lanzó en la Torre Ejecutiva el Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata, definido como prioridad de Estado.

En diálogo con Rurales El País, el Dr. Santiago Bordaberry valoró la iniciativa como adecuada y en el rumbo correcto, pero recalcó que no puede sostenerse sin un esfuerzo colectivo: “No hay otra manera de encarar este problema tan grave si no es con la participación de todos: servicios oficiales, veterinarios, laboratorios, investigación y productores”.

Para Bordaberry, la clave es que el plan trascienda gobiernos y que se apoye en una fuerte campaña de comunicación y sensibilización: “La gente ya percibe los costos de la garrapata, pero hay que perfeccionar y difundir las herramientas de control sin descuidar la inocuidad de la carne”.

En tanto, el Dr. Rafael Carriquiry, técnico del Plan Agropecuario, destacó la amplitud de la convocatoria y la inclusión de distintas instituciones, aunque advirtió sobre la necesidad de un mayor involucramiento de la industria frigorífica y consignatarios: “Son actores directamente afectados por este problema, y su aporte es importante”.

El veterinario remarcó que los ejes temáticos del plan están bien definidos, especialmente en comunicación y formación técnica, pero señaló un punto crítico: la falta de recursos. “Hay una paradoja cuando se dice que es prioridad de gobierno, pero no hay dinero. Las ideas son muy buenas, pero si no se asignan recursos humanos y financieros, pueden quedar en el papel”.

Un plan participativo y con seis objetivos claros

El director general de Servicios Ganaderos, Marcelo Rodríguez, destacó que la estrategia fue construida de forma participativa, con todas las áreas del MGAP, y que su éxito dependerá del compromiso de productores, veterinarios, comunidades y organizaciones rurales. También subrayó la importancia de incorporar la perspectiva de género, reconociendo el rol de las mujeres rurales en la sanidad animal.

El coordinador técnico, Carlos Fuellis, detalló los seis objetivos centrales:

  1. Diagnóstico actualizado de la parasitosis.
  2. Reducción de la mortalidad por hemoparásitos mediante un mayor uso de la hemovacuna.
  3. Control estricto en zonas endémicas con planes prediales y fiscalización.
  4. Erradicación en zonas libres con investigaciones epidemiológicas.
  5. Retraso en la multirresistencia de la garrapata con rotación de productos y bioacaricidas.
  6. Eliminación de residuos en carne, reforzando el Plan Nacional de Residuos Biológicos y el sistema de farmacovigilancia.

El ministro Alfredo Fratti definió la estrategia como “un programa del Gobierno Nacional” y aseguró que se trata de un plan de shock, con énfasis en el uso de la hemovacuna en las zonas calientes, agentes sanitarios en todos los departamentos y mayores controles en los movimientos de ganado. “Esto no lo resuelve un ministro ni un gobierno, pero somos la llave de arranque. No es un gasto, es una inversión”, enfatizó.

Fratti recordó que Uruguay se encuentra entre los tres países que exportan carne a mayor precio en el mundo, junto a Australia y Estados Unidos, y que la sanidad es clave para sostener esa competitividad. Además, adelantó que en noviembre comenzarán las pruebas a campo con la vacuna experimental del Instituto Pasteur, que inmunizará a seis mil animales, cuyos resultados estarán en marzo.

Reacciones del sector privado

El lanzamiento también generó reacciones entre las gremiales. Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay, advirtió que la situación “viene empeorando” y que ya hubo intentos fallidos en 2008 y 2017/18: “Nos parece bien una política más exigente, porque no vamos en el sentido correcto. La primera responsabilidad es de los productores, pero deben mejorar los controles oficiales de movimiento de ganado”.

Desde la Federación Rural, su delegado en Conhasa y presidente de la Agropecuaria de Artigas, Juan José Senattore, recordó que “la Ley 18.268 es muy buena, pero nunca se llegó a aplicar”. A su juicio, todos los actores comparten la responsabilidad, aunque el Ministerio debía ejercer un rol más firme como policía sanitaria. Celebró la inclusión de agentes sanitarios dinamizadores en el nuevo plan: “Es algo por lo que tanto luchamos en la Agropecuaria de Artigas y la Federación Rural. Le va a cambiar la relación del productor con el MGAP y con la CODESA”.

Los testimonios de técnicos y dirigentes coinciden en que controlar la garrapata no será una tarea de corto plazo. El éxito del plan dependerá de la continuidad en el tiempo, el respaldo financiero y el compromiso de todos los actores. Uruguay enfrenta así el desafío de sostener una política sanitaria que asegure competitividad internacional y preserve la salud de su rodeo.

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