Una sala colmada, productores con cuaderno en mano, investigadores que hablan con los pies en la tierra y preguntas que no se agotan. Así transcurrió “La Ruta del Carbono para Ganaderos”, una jornada organizada por la Sociedad Uruguaya de Pastoreo Racional (SUPRA) que, más que un encuentro técnico, fue un gesto colectivo de búsqueda: de datos, de certezas, pero también de nuevas preguntas.
Celebrada en la Sociedad Fomento de Flores, la actividad congregó a más de 200 personas vinculadas al agro. Productores ganaderos —la mayoría socios de SUPRA— compartieron espacio con técnicos, académicos, funcionarios del Estado y representantes de empresas interesadas en un tema tan desafiante como urgente: el valor ambiental de la ganadería y las oportunidades (y límites) que suponen los mercados de carbono.
Ganadería y cambio climático: ¿una contradicción?
A menudo, cuando se habla de ganadería y medioambiente, se parte de un lugar incómodo: la tensión. Las emisiones del ganado, el uso del suelo, el impacto sobre los ecosistemas. Pero esta jornada propuso otra narrativa, una que reconoce problemas sin perder de vista las respuestas que emergen desde el propio campo.
“El objetivo era claro: juntar a quienes están produciendo, investigando y desarrollando caminos nuevos”, explicó Juan Pablo Silva de Lisa, presidente de SUPRA. “Y eso se logró. La jornada no solo despejó muchas dudas, sino que despertó un entusiasmo por seguir aprendiendo”.
El recorrido conceptual fue riguroso pero accesible. Desde el panorama del cambio climático hasta las prácticas que permiten capturar carbono en suelos ganaderos, las ponencias construyeron un hilo coherente entre ciencia, producción y territorio. Participaron investigadores como Carolina Lizarralde, Gervasio Piñeiro, Daniela Schossler, Martín Jaurena, entre otros.
¿Carbono con precio? El interés crece
Uno de los ejes que generó mayor expectativa fue el de los bonos de carbono. ¿Es posible que una buena gestión del pasto y del suelo pueda transformarse en un ingreso adicional? ¿Cómo se mide esa captura de carbono? ¿Qué prácticas inciden? ¿A cuánto se paga?
“Hubo muchas preguntas, especialmente sobre el aspecto económico. Pero también notamos una preocupación generalizada por entender bien el proceso antes de comprometerse”, remarcó Silva. “El mensaje es claro: esto puede ser una oportunidad, pero hay que estar bien asesorado, no firmar cualquier cosa y priorizar siempre la producción sostenible como eje del negocio”.
Las experiencias compartidas por empresas como Marfrig, Minerva y Montes del Plata, así como comercializadoras de bonos como CMC, EcoAgro y Pampa Oriental, aportaron una dimensión más concreta sobre lo que hoy está sucediendo en el mercado del carbono. También fue valioso el testimonio de la ONG Alianzas del Pastizal, que trabaja en la región con productores que ya comercializan bonos en Argentina.
Ciencia aplicada: el valor de los datos
Uno de los aspectos más valorados fue la presentación de experiencias locales con datos duros. Desde el Plan Agropecuario, con su programa de “Gestión del Pasto”, hasta los ensayos de largo plazo de INIA Glencoe, se presentaron evidencias sobre cómo ciertas prácticas ganaderas pueden mejorar no solo la productividad, sino también los indicadores ambientales.
“La ganadería no solo emite. También puede capturar carbono, mejorar la infiltración del agua, conservar biodiversidad. Hay que animarse a mirar la película completa”, resumió Silva.
Más allá de los datos y las métricas, lo que se vivió en Flores fue una experiencia de comunidad. Gente que trabaja todos los días con el ganado, compartiendo inquietudes con quienes estudian los suelos, los pastos, el clima. Una oportunidad para estrechar lazos entre ciencia y práctica, entre campo y academia.
“El aprendizaje colectivo es parte de la identidad de SUPRA”, dijo Silva. “Trabajamos honorariamente, y creemos que jornadas como esta son un aporte real para los productores. Porque más allá de los resultados, lo importante es construir conocimiento en red”.
El evento fue filmado y estará disponible para todos los socios. Además, se prevén futuras instancias virtuales para continuar el diálogo.
El mensaje final no fue eufórico, sino equilibrado. “Los bonos de carbono pueden ser un plus, pero el corazón del negocio sigue siendo producir carne de forma eficiente y sostenible”, advirtió Silva. “Y si se va a entrar en este tipo de mercados, hay que hacerlo bien asesorado, con conocimiento y sin apurarse”.