El programa de erradicación de la mosca de la bichera en Uruguay atraviesa una etapa de reformulación, tras la reunión de la comisión de gobernanza que reunió a representantes del sector público y privado. Ignacio Tedesco, delegado de la Federación Rural en dicha comisión, detalló en Valor Agregado de radio Carve los ajustes que se definieron y los próximos pasos para este plan sanitario de largo aliento.
El encuentro fue la segunda instancia formal desde el inicio del nuevo gobierno, encabezada por el director general de los Servicios Ganaderos, Marcelo Rodríguez, y con participación de los técnicos Carlos Fuellis y Carlos Corujo por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Evaluaciones pendientes antes de avanzar
Uno de los principales ejes de discusión fue la necesidad de profundizar las pruebas de compatibilidad entre la mosca estéril producida por Iscamen en Argentina (Mendoza) y la población silvestre de Uruguay. Según explicó Tedesco, aunque ya se realizó un primer ensayo el año pasado, los técnicos recomendaron repetir el estudio durante la primavera, para obtener resultados más ajustados a las condiciones naturales de reproducción de la bichera.
Mientras tanto, el ministerio propuso realizar dos nuevas pruebas de campo, enfocadas en medir la competitividad sexual de la mosca estéril frente a la población autóctona. Estas pruebas están siendo diseñadas en coordinación con la Facultad de Veterinaria, que aportará infraestructura, personal técnico y estudiantes al proceso, en el predio experimental de Miguez.
“Son pruebas fundamentales para asegurar que el material biológico disponible es compatible y eficiente, y así evitar eventuales fallos en la ejecución del programa a gran escala”, explicó Tedesco.
Una pausa en la estructura operativa
El rediseño también implica un freno parcial a la estructura operativa que se había armado inicialmente para implementar el programa. Hasta ahora, los contratos de recursos humanos vigentes —el componente más costoso del plan— se mantendrán activos hasta el 30 de junio, fecha en la cual no serán renovados, a la espera de los resultados de las pruebas de campo.
En el esquema original, el programa tenía previsto ejecutarse durante diez años, con un costo total de aproximadamente 70 millones de dólares, financiados a través del fideicomiso de enfermedades prevalentes. De concretarse los ajustes, la erogación prevista para esta primera etapa de implementación —calculada en unos 7 millones de dólares anuales— queda suspendida, en tanto no se definan los resultados técnicos.
“En función de los resultados de estas pruebas, si son favorables, el programa podría reactivarse en su formato original, lo que incluiría eventualmente un nuevo llamado a personal, compra de aviones para la dispersión aérea y la instalación de centros logísticos”, señaló Tedesco.
El desafío sanitario y económico
Desde la Federación Rural, la decisión de pausar parcialmente el programa fue respaldada en el reciente Congreso de la gremial, con la premisa de priorizar la solidez técnica antes de comprometer recursos a gran escala. Tedesco subrayó que la erradicación de la bichera implicaría un impacto económico directo para el país, dado que actualmente el combate a esta parasitosis genera costos superiores a los 40 millones de dólares anuales.
"Todos seguimos curando bichera a diario. Sabemos del impacto productivo y sanitario que tiene, pero también de la complejidad del programa. Es un plan costoso y técnicamente desafiante. Es fundamental avanzar con la máxima precaución para asegurar que funcione bien y no se convierta en un fracaso”, concluyó el delegado de la Federación Rural.
Por ahora, los próximos meses serán clave: si las pruebas de campo ratifican la efectividad del material estéril argentino, el programa podría retomar su marcha definitiva bajo las condiciones originalmente planteadas.