Antes de comenzar la jura de la tarde de los caballos Criollos, en donde se definieron los campeonatos y grandes campeones de la raza, la sociedad de criadores realizó su clásico reconocimiento a la trayectoria, dedicación, compromiso y, sobre todo, al gran aporte a la raza Criolla. Esta vez, los halagos fueron para una gran criadora y dirigente, como lo es Alma Elorza de Aznárez.
La pasión de Alma por el campo, por las actividades agropecuarias y, sobre todo, por el caballo Criollo la llevó a que comenzara con su exitosa cría en su estancia El Cardo, en 1979.
Los campos de Young, en el departamento de Rio Negro, vieron nacer a la cabaña “La Quebrada” y también fueron testigos del gran desarrollo e incidencia de Alma como persona y de su cabaña en la raza.
La visión de Alma por el desarrollo de la raza Criolla y su decisión para incorporar atributos a su manada la llevó a ser pionera en la incorporación de las sangres chilenas al país, con los padrillos La Amanecida Cautil y Los Tilos Quillaco IV.
Su convicción por preservar el sello racial fue determinante para la importación de Argentina de grandes padrillos, como lo fueron el “Charque Riñón” y el “Tañido Chingolo”.
Estos cuatro padrillos hicieron la base de la cría de La Quebrada.
Su destacada labor como Zootecnista hizo también que, con el correr de los años, incorporara otros destacados padrillos a su cría como los fueron el Mañanero el Ronco, Maquena Gusqueado, Butia Protector, Barulho do Itapororo, BT Mercurio, Tañido Retacón, Instinto de Santa Edwiges y Cañaveral Farolito entre otros.
El Prefijo “Quelen” comenzó a sonar fuerte y a expandirse rápidamente entre tantos pedigrees y en tantas cabañas del país. Gracias a su constante participación en exposiciones y, sobre todo, en esta pista del Prado, su casa, vio coronar a Grandes Campeones de su cría como lo fueron: Quelen Bramido, Quelen Torcaza, Quelen Alacran, Quelen Abejorro, Quelen Tranca, Quelen Castaño, Quelen Curare, Quelen Pueblero, Quelen Boticario, Quelen Farolera, Quelen Araucaria, Quelen Niña Guapa.
Brilló también en las pistas internacionales coronando a la Quelen Provinciana, como la “mejor media funcional” y “freno de Alpaca” en el Freno de Oro del año 2018 en Esteio, Brasil.
Pero Alma no solamente ha sido una exitosa criadora, sino también una Gran Dirigente de la SCCCU. Fue la primera y única mujer en ser presidenta de la raza, dirigiendo a la institución en dos períodos: del 2002 al 2004 y del 2008 al 2010.
Trayectoria. Participó en innumerables directivas y comisiones. Fue secretaria de la SCCCU, Presidenta de la Comisión de Inspecciones y Presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales en reiteradas directivas y desde hace muchos años Jurado internacional y lista 1.
Soñadora, líder, determinada, pero sobre todo con una clara visión de hacia dónde tenía que ir la raza, tuvo un destacado y constante trabajo en los países integrantes de la FICCC (Federación Internacional de Criadores de Caballos Criollos), así como también en Europa, afianzando siempre los vínculos con nuestros países vecinos y posicionando siempre a la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos en el contexto internacional. No se dejó de mencionar también su destacada participación en la creación del pasaporte único para movilidad de caballos el “Pasaporte Equino”.
Su vocación de extensionista, su generosidad intelectual y su pasión por la raza ha hecho que recorriera todos los pagos del país, todas las pruebas y eventos de la raza, aprovechando esas instancias para trasmitir a jóvenes criadores o simplemente amantes de la raza Criolla sus conocimientos, su observación y su experiencia.
Contra frío, viento o calor, pruebas de rienda, pruebas de resistencia o morfología, no hay, ni hubo prueba que no viera la presencia de Alma siempre al costado de la pista.
La palabra “reconocer” tiene muchos matices, aunque para la SCCCU el más relevante es poder reconocer a través del agradecimiento.
Despedida. Esta Expo Prado encontro a los criadores de Caballos Criollos con una mezcla de sensaciones, las que son difíciles de transitar, porque es tiempo de despedir a un marchero incansable, apasionado por sus criollos de El Paraisal: Diego Landa Dondo.
Diego Landa fue un gran hombre de la raza Criolla, uno de los pioneros e impulsores de la línea de resistencia en nuestro país y en la región.
“Era un hombre franco y punzante, con una gran visión que nos deja legados incontables a nivel humano, una exquisita selección genética que hoy elegimos muchos para base de nuestros criollos y una visión de avanzada en toda la cría. Él era todo un personaje”, así lo definía Miguel Larriera.
Arrancó con la cría de Criollos en la década de 1960 en la estancia El Paraisal en el departamento de Salto.
Hizo su selección genética y comenzó a participar en las diversas pruebas funcionales como marchas, enduros y marchitas. En la década de 1980 inició algo que no era habitual en el país: entrenar animales para que compitieran a nivel internacional en las marchas. Ganó en Uruguay, en Argentina, en Brasil.
Hoy, esa línea y selección genética es la base en las cabañas de muchos amantes del criollo de resistencia.
“Era un hombre al que le gustaba ir al choque, franco y honesto con sus pensamientos, muy habitué de las metáforas para explicar sus ideas. Una de sus frases típicas era: lo importante son las madres, los padrillos no hacen milagros, se precisan madres probadas para buscar caballos inteligentes y mansos”, así, polémico y audaz era Don Diego, confesó emocionado Miguel Larriera quien compartió tiempo con él dada la afinidad que tenía con su padre, Don Larriera.
“Un esfuerzo sostenido en Criollos”, ese era el lema de sus avisos en los anuarios, la idea fuerza de su cabaña, el propósito de su cría y una frase que sintetiza a la perfección su vida y pasión. Por eso, como en la vida misma en estas jornadas, conjuramos la pena para decirle: “¡Gracias por todo Don Diego!”.