Con la confianza de que Uruguay tiene la oportunidad y la capacidad de liderar en los índices de crecimiento a nivel mundial, y con el convencimiento de que el principal objetivo de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) “fue, es y será” el progreso del país, el presidente de la institución Gonzalo Valdés Requena realizó el tradicional discurso en acto de clausura de la 116ª Expo Prado, uno de los eventos más esperados por el sector agropecuario.
La ARU -que el próximo 3 de octubre cumplirá sus 150 años-, afirmó, “seguirá colaborando con el desarrollo de la agropecuaria nacional como desde sus inicios”, a través del fomento del sector, priorizando el bienestar y mejora de la calidad de vida de las familias rurales, promoviendo la educación y la igualdad de oportunidades de la gente de campo.
“Nos sentimos con el derecho y obligación de aportar hoy, una vez más, mejoras que hacen a la calidad institucional del agro adecuando la misma a las exigencias que nos imponen los tiempos que corren”, señaló Valdés Requena.
En su discurso mencionó temas coyunturales que están siendo tratados activamente por el Poder Ejecutivo, pero también preocupaciones e inquietudes que vienen siendo reclamadas desde hace ya algún tiempo.
Así, Valdés Requena, informó que desde la ARU ven con buenos ojos la creación de la Agencia de Monitoreo y Evaluación de Políticas Públicas, pero hizo un pequeño tirón de orejas a los gobiernos departamentos instando a que estos reduzcan al máximo su burocracia, no solo en favor de sus arcas, sino también liberando a los productores rurales “de verdaderas peregrinaciones que enfrentamos con el único fin de mover nuestra producción”.
Fue por eso que aseguró: “El Ministerio puede y debe ser una solución y no un problema para los productores”.
Además, aseguró que las distintas campañas sanitarias llevadas adelante por la Dirección General de Servicios Ganaderos “son prioridad”, haciendo mención a la garrapata, tuberculosis, brucelosis, así como el inicio del programa de erradicación de la mosca de la bichera tan reclamada por los productores.
“Estos protocolos sanitarios deben ser de estricto cumplimiento y control sin excepciones por parte del Ministerio, quien, en su ejercicio de policía sanitaria y en consulta con la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal, tomará las decisiones que correspondieran sancionando a todos aquellos que no cumplan con sus obligaciones”, explicó.
En ese sentido, Valdés Requena fue efusivo al decir que las campañas sanitarias deben ser funcionales a las necesidades del productor y no “el productor funcional a las campañas”.
“Nunca alcanzaremos la efectividad que pretendemos mientras el Ministerio sea percibido como una amenaza y no como un aliado en solucionar los problemas sanitarios de cada uno de los productores afectados”.
Por otro lado, el jerarca de ARU sostuvo que no se pretende una redistribución de recursos, pero sí “un sincero análisis” que determine cuál de los programas vigentes de las distintas instituciones resultan viables y cuáles no, dejando de lado aquellas que no tengan un retorno al sector productivo nacional o que hayan quedado obsoletas por el avance de la tecnología.
Otro de los puntos fuertes del discurso -ovacionado por el público presente-, fue un pedido urgente al combate contra las jaurías. “Es urgente la ejecución de medidas efectivas y de fondo por parte del Instituto Nacional de Bienestar Animal”, señaló.
Para concluir la primera parte de su discurso, Valdés Requena habló sobre el Instituto Nacional de Colonización.
Al respecto dijo que, en base a datos oficiales, Colonización está en condiciones de financiarse con recursos genuinos, y con un margen adecuado para su normal funcionamiento, incluso la adquisición de tierras.
Así comunicó su apoyo a la decisión de crear un fideicomiso destinado a los asentamientos de todo el país. “No sólo la creemos adecuada, sino también una prioridad social en favor de 200.000 personas que carecen de viviendas dignas”, afirmó.
Conciencia agropecuaria. El presidente de ARU no dejó de reconocer que, pese a que Uruguay, de naturaleza agropecuaria, ha sido bendecido por sus condiciones geográficas, con 16 millones de hectáreas productivas sobre un total de 17,5 millones “carece de una clara conciencia agropecuaria”.
Reivindicó enfáticamente la sustentabilidad ambiental de los sistemas productivos que “injustamente son cuestionados” y rechazó cualquier prohibición legal, que impida al productor decidir si destina o no sus recursos a la forestación, o a cualquier otra actividad agropecuaria.
La propia historia de Uruguay, indicó, representa la responsabilidad de los productores en el cuidado responsable de los distintos recursos con lo que cuenta, pero “también resulta esencial generar conciencia de la importancia económica del agro negocio”. Y reclamó: “Conciencia a nivel educativo, político y social”.
Otro de los puntos en los que hizo foco Valdés Requena fue en la inflación y el valor del dólar.
“En estas condiciones de inflación en dólares la viabilidad del negocio agroexportador se encuentra comprometida”, señaló.
Para poder cumplir con el objetivo de una recuperación rápida y efectiva post pandemia, Uruguay “no puede soportar una inflación en dólares que comprometa aun más su competitividad”, aseguró sin dejar de lado el costo de los combustibles y electricidad, insumos básicos de la producción agropecuaria también influyen.
En lo que refiere a combustibles, el ganadero comentó que los recientes cambios en la fijación de los precios “alientan a que el sector político reflexione y genere los cambios legislativos necesarios”, entre otros, lo que refiere a la obligación de la mezcla con bio diésel, y el subsidio el transporte colectivo de pasajeros.
En ese sentido, aseguró que no se oponen a que deba ser subsidiado si las políticas sociales así lo demandan, “pero si entendemos que dicho subsidio debería provenir de rentas generales y no cargarlo sobre la producción afectando la competitividad de todo el país”.
La inserción internacional fue otro de los puntos mencionados, asegurando que “desde un inicio” apoyaron y reivindicaron la decisión del gobierno en buscar la flexibilización del Mercosur e iniciar conversaciones bilaterales, especialmente el reciente anuncio de un estudio de prefactibilidad con China.
“No solo lo apoyamos y reivindicamos, manifestamos nuestro interés en acompañar este proceso y poder aportar lo que sea necesario por el bien del país”, aseguró el mandatario.
Desde el punto de vista de la ARU, es “absolutamente necesario” negociar con terceros países de forma de lograr una rebaja de aranceles que hoy totalizan US$ 340 millones anuales por exportaciones, de los cuales US$ 205 millones corresponden únicamente a carne vacuna.
Al igual que los países competidores en nuestros mercados, Valdés Requena hizo referencia a la necesidad de lograr un proceso de desgravación que permita ingresar a China y a Corea sin aranceles como lo hace Nueva Zelanda; así como también lograr tasas preferenciales en Japón; y aumentar a su vez el contingente arancelario para ingresar con carne vacuna a los Estados Unidos, hoy en 20.000 toneladas. “Estos son los grandes desafíos que tiene el gobierno para poder motivar el aumento de la productividad y mayor empleo, luego de una pandemia que ha golpeado fuertemente a todo el planeta”, concluyó.
“Los precios de hoy no determinan el éxito del agronegocio”
“Los precios de hoy no determinan el éxito del agronegocio”, aseguró Gonzalo Valdés Requena en su discurso.
Desde su punto de vista, basta con el análisis de los costos: aquellos en dólares, como los fertilizantes que aumentaron entre 80% y 100% en menos de un año. “El reciente aumento de tasas en las letras de regulación monetaria ha agudizado el atraso cambiario, especialmente con nuestros competidores regionales”, dijo.
En estas condiciones de inflación en dólares, dijo que la viabilidad del negocio agroexportador “se encuentra comprometida”.
El presidente de ARU recordó que, por su efecto multiplicador, el sector agroindustrial es el más relevante en la economía nacional, no solo por los encadenamientos y multiplicadores que presenta, sino también por la generación de empleo. Citó un trabajo elaborado por el Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales que concluye en que el agro, por cada dólar que recibe por su producción, multiplica por 6,22 sobre la economía nacional.
En ese sentido, manifestó su sorpresa con distintos actores políticos y sociales quienes sostienen que la estrategia de la conducción económica “no impulsa el desarrollo económico”, sino que “se limita a favorecer la rentabilidad de los grandes capitales”, entre ellos los rurales que continúan acumulando riquezas. Esa es la visión de conciencia agropecuaria y empresarial que pretenden rebatir.
Para acompañar el crecimiento Valdés Requena manifestó que es necesario un análisis exhaustivo de la competitividad del sector. “Es claro que estamos atravesando un período de buenos precios internacionales y son buenas noticias (...) pero su resultado debe ser evaluado en un plazo de mediano y largo plazo”, concluyó.