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El consumo de carne vacuna volverá a caer

Ni la baja de precios, ni el aumento del volumen de cortes vacunos importados lograron revertir la tendencia y disminuir la incertidumbre

Frigorifico Pando
Cadena de produccion y cortes de carne del Frigorifico Pando, en su planta industrial del departamento de Canelones, ND 20190208, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

Cadena de produccion y cortes de carne del Frigorifico Pando, en su planta industrial del departamento de Canelones, ND 20190208, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais

Pablo Antúnez

Pese a la estabilidad de los precios, los uruguayos ya no están comiendo tanta carne, aunque tienen al alcance de la mano una de las proteínas de mayor calidad que hay en el mundo.

La pandemia del covid-19 está bajando más ese consumo, pues prácticamente tiró abajo la demanda en el circuito de restaurantes (que demandan cortes premium), churrasquerías e incluso, la ingesta a nivel doméstico.

El volumen de carne que se consumía en el mercado interno ya venía bajando en lo previo al Covid-19. Según los datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), el 2019 cerró en 47,9%, mostrando una baja de 5 kilos por habitante al año respecto al año previo. En paralelo, se mantuvo el consumo de cerdo y pollo.

En comparación con el año 2015 -cuando era de 53,3 kilos- el consumo total de carne disminuyó aproximadamente 6 kilos, siendo la carne porcina la única que incrementó su consumo (2 kg/habitante al año), según datos del INAC.

Carniceros y distribuidores prevén que al cierre de 2020, el consumo de carne bovina caiga, por lo menos 4% respecto al registrado en 2019. Habrá incremento en caso del pollo y más leve para la carne de cerdo.

Realidad. De cara a las fiestas tradicionales la incertidumbre de carniceros y distribuidores continúa creciendo.

“Los primeros 10 días de diciembre las ventas son muy pobres”, afirmó a El País Jorge López, director de Abasto “Santa Clara”, comparando con las registradas a igual fecha del año anterior, donde el ánimo de los consumidores era otro. La empresa tiene más de 30 años en el mercado local y es capitales locales.

“Falto el segmento de los grandes restaurantes y ese es un nicho que demanda mucho volumen. En este circuito las ventas cayeron 70%”, afirmó López.

Los expendedores están resignados y son conscientes que las ventas para estas fiestas no serán buenas. A nivel de carnicerías y supermercados también se han resentido. “La estabilidad de los precios de la carne bovina que se mantuvieron durante todo el año, no consiguieron incrementar el consumo”, explicó López.

Tampoco logró subir el consumo el mayor ingreso de carne bovina, desosada y envasada al vacío, que llega al mercado interno desde frigoríficos exportadores de Brasil. Esa carne llega más barata y ayuda a paliar las subas internas.

“Las expectativas están quebradas y la incertidumbre, de aquí a fin de año, nos gana día tras día. No hay ventas y estamos muy preocupados”, explicó el director de Abasto “Santa Clara”.

Esa incertidumbre también afecta a los carniceros, que argumentan que el consumo “está bajo y tirando a modesto”, según afirmó Alfonso Fontenla, presidente de la Unión Vendedores de Carne (UVC).

“No hay una salida fluida de carne y veníamos ya de un segundo semestre de 2019 que había sido complicado, con subas de precios que pegaron en el consumidor. Ahora bajó el precio de los cortes y no se incrementó el consumo”, explicó Fontenla. “La pandemia de Covid-19 hizo que la gente se reuniera menos y eso afectó la venta de productos como el cordero y cortes como el asado”, detalló el comerciante. Al final, también sostiene que el consumo en este 2020 cerrará por debajo del año pasado.

Estabilidad. Según un análisis económico del Instituto Nacional de Carnes (INAC), en el transcurso del 2020, el precio de la carne vacuna registró una disminución de 2,89 %, como consecuencia de la reducción de precio en la mayoría de los cortes, principalmente en el asado de tira (-15,16 %) y falda (-6,94 %).

En noviembre se destaca una disminución de 0,28% respecto al mes anterior, en el precio de la carne vacuna. En cambio, el precio de la carne aviar no presentó variaciones significativas y el precio de la carne porcina registró un incremento de 0,18 % en el mismo período.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en noviembre el Índice de Precios al Consumo (IPC) registró una variación mensual de 0,28% y una variación acumulada anual de 9,62 %.

Carne brasileña. En los últimos años, el grueso de la carne bovina que se vende en el mercado interno es importada, con mayores volúmenes que llegan desde Brasil, pero también ingresan partidas de Paraguay y Argentina. En 2019 el ingreso de carne bovina importada subió y en los dos últimos años pasó de un 1,4% en 2015 a 22% al cierre del año pasado, según los datos del Instituto Nacional de Carnes.

Hay importadores que no van a traer en diciembre. En otros casos hay menos carne importada y más de Paraguay que Brasil.

En 2020, los frigoríficos brasileños tuvieron menor oferta de ganado, especialmente los de Rio Grande do Sul y los precios del ganado fueron un fuego.

Esas subas están provocando en diciembre y para los primeros meses de 2021, que la oferta de carne importada sea menor. “Los frigoríficos brasileños hoy no tienen precio, el ganado está subiendo. Para enero empieza a bajar en Brasil y en Uruguay el ganado ya comenzó a subir”, destacó López. El abasto “Santa Clara” es un habitual importador de carne bovina de alta calidad procedente de Brasil y coloca esos productos en las cadenas de supermercados y carnicerías.

El precio de la carne bovina mostró una reducción de 2,89% en el transcurso del 2020, según un análisis económico del Instituto Nacional de Carnes. El precio del asado descendió 15,16% y en caso de la falda bajó 6,94%, para citar parte de los cortes populares.

Alternativas. La carne que más salió ganando en cuanto consumo en este 2020 será la aviar, porque, tanto la oferta como los precios, se mantuvieron estables.

“En carne aviar el aumento en el consumo estaría entre 10% y 12%”, estimó Fontenla, titular de la Unión Vendedores de Carne.

En caso de la carne suina el incremento en el consumo será menor: estará entre 7% y 8% (siempre respecto a 2019). A su vez, la Unión Vendedores de Carne estima que la caída para la carne bovina será de al menos 4% o incluso puede llegar a 5%.

La buena noticia es que, mirando para adelante, como el grueso del volumen de carne de cerdo llega desde Brasil, la desaceleración de las ventas a China y otros destinos, están haciendo bajar los precios. “Los precios del cerdo en Brasil están bajando entre US$ 100 y US$ 200 por tonelada”, argumentó López, titular de abasto “Santa Clara”.

Según datos de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), en 2020 la producción de carne suína estará entre 4,2 y 4,3 millones de toneladas, de las cuales cerca de 3,2 millones de toneladas se quedaron en el mercado interno. En ese país el consumo es de 15,3 kilos. El año pasado, en Uruguay, el consumo de carne de cerdo cerró en 18 kilos.

Lechones con suba fuerte y sin apoyo al ovino

Aquellos supersticiosos que no comen pollo a fin de año porque consideran que trae mala suerte, deberán dejar ese perjuicio de lado.

La oferta de lechones será muy escasa y los precios harán al producto casi inaccesible, pues se habla que el lechón llegará a los carniceros a un precio no inferior a $ 300 por kilo.

La buena noticia es que hay una muy buena oferta de corderos y aunque el gobierno decidió no eliminar el IVA a la carne ovina, como lo había propuesto el Instituto Nacional de Carnes (INAC), los precios están por debajo de los del año pasado.

Es tradicional que el cordero esté sobre las parrillas tanto en Navidad, como a Fin de Año. Los precios están entre $250, en caso de ofertas puntuales, hasta llegar a $ 300 por kilo a nivel de carnicerías y grandes superficies. “La oferta de corderos es excelente y de altísima calidad”, destacó a El País el director de Abasto “Santa Clara”, Jorge López. Lo cierto es que si se pretende incrementar la producción de ovinos, es fundamental incentivar al productor para que produzca más, motivando al consumidor a consumir más durante todo el año y n o solo en las fiestas.

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