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Ismael Turbán: "El doble cultivo es lo más rentable en la agricultura, viendo la secuencia histórica"

El asesor dijo que la zafra de verano cerrará "en verde" a fuerza de kilos, pero hay un gran problema de costos

Ismael Turbán.
Ismael Turbán.

—¿Cómo ves el momento del negocio agrícola?

—Está saliendo un año bueno porque productivamente, tanto en invierno como en verano y tanto en soja como maíz, hubo rendimientos muy buenos para el histórico uruguayo, pero la realidad es que parado y mirando hacia adelante, veo un par de años desafiantes en función de que va a haber una alta oferta mundial de granos y eso va a tener su impacto en los valores. Creo que va a ser un año para poner el foco en costos y productividad porque los precios serán bajos, incluso si comparamos con el año pasado va a haber una pequeña corrección a la suba de los principales insumos, como fertilizantes por ejemplo.

—¿Qué tal anduvo la zafra de cultivos de verano?

— Para la soja va a ser bueno, si bien falta cerrar. Vamos a ver cómo termina, pero con rendimientos por encima de los 3.200 kilos, que aparentemente puede ser algo cercano al promedio del país, marca el rendimiento histórico más alto. Vamos a tener un precio promedio que no alcanza los US$ 360 para los productores y aún así vamos a cerrar un ejercicio positivo. Sin dudas eso es porque estamos mil kilos encima de lo que era la media esperada. Va a ser un año para encuadrar en lo productivo, que va a cerrar en verde en soja y maíz a fuerza de kilos.

—Si hablamos del sistema soja en Uruguay, ¿qué desafíos aparecen? Es el principal cultivo, pero depende demasiado de factores como clima y precios que no podemos manejar, ¿cómo lo ves?

—El esquema agrícola uruguayo sin dudas que tiene que tener cambios. Efectivamente, el crecimiento es muy marginal con el correr de los años, la tendencia al alza es muy baja y lo es más si comparamos con países vecinos que son los grandes productores del mundo, como Brasil, que está creciendo en área y consistentemente en productividad. Nosotros no hemos podido consolidar ese crecimiento. Por un lado creo que es un problema desde el punto de vista productivo, pero por otro tampoco hemos podido ser eficientes en costos, ya que tenemos un costo interno alto que lleva a que tampoco podamos competir. Tenemos una ventaja competitiva que es estar abajo del puerto, algo que muchas veces nos salvó, pero eso lo hemos ido perdiendo con el propio costo logístico del puerto frente al de nuestros vecinos.

—O sea que una de las principales limitantes son los costos…

—Son las dos cosas. Tenemos que mejorarlo. Hay un aspecto productivo que tenemos que romperlo. Este año vamos a tener una campaña espectacular y vemos que hay potencial, pero eso no se ha podido sostener con el correr de los años. Por otro lado lo que mencionaba de los costos. Miremos el precio de los combustibles. En Brasil hay zonas donde producen a 2.500 kilómetros del puerto. Llevarlo de la chacra al tren, que está a 750 kilómetros, cuesta alrededor de US$ 25, los 1.750 kilómetros restantes en tren son US$ 50. Nosotros para hacer 200 kilómetros pagamos más o menos el mismo dinero que pagan ellos para hacer 750 kilómetros hasta el tren. Se hace muy difícil, hay que hacer cambios estructurales en logística para bajar costos.

—Hablemos de cultivos de invierno. ¿Cómo ves la situación actual?

— Creo que van a aparecer algunos nuevos cultivos vinculados a los biocombustibles. Ayudan a esa diversificación de los propios cultivos de invierno. Es algo que siempre existió en Uruguay. El doble cultivo, si uno mira la secuencia histórica, es lo más rentable para la agricultura. Históricamente el trigo con la soja, o la cebada con la soja fueron más rentables que la soja en monocultivo. Cuantas más opciones hayan para las rotaciones, más sano y rentable va a ser el sistema. El otro cambio que hubo en este último tiempo es que durante 10 años quizás había caído mucho el área de pasturas, y el regreso de ellas ahora ayuda a mantener las propiedades químicas y físicas de los suelos, lo que en definitiva hace más sostenibles los sistemas.

—¿Cuánto imaginas que puede crecer la carinata?

—Yo creo que depende mucho de la evolución del material genético. Aparentemente hay una evolución genética positiva, pero eso va a tener que demostrarse. Hay que buscarle una estabilidad productiva, que todavía ni la colza la ha logrado tener ya que en cierto sentido siguen siendo cultivos nuevos. Hoy escuchamos de buenos rendimientos, pero también escuchamos de algunas muy bajas y el promedio del país no es bueno, sobre todo porque falta un paquete tecnológico acabado que permita tener mayor estabilidad. Con la carinata imagino algo parecido.

—¿Cómo ves puntualmente al trigo?

— El tema es que como somos tomadores de precios, sabemos que tenemos un riesgo que no podemos manejar y que es muy grande. Creo que en productividad se ha mejorado, se ve un crecimiento importante en la serie histórica, porque si bien ha tenido que aumentar el paquete tecnológico, con él ha venido mayor productividad y mayor rentabilidad. Un factor que juega es el desarrollo de nuestro principal cliente y más cercano, que es Brasil, que lentamente se ha ido haciendo más y más autosuficiente. El otro competidor que tenemos, que es Argentina, estaba con áreas bajas de cultivos de invierno pero si les quitan las retenciones, como parece que va a suceder, va a haber una mayor oferta explorable y tienen mejor calidad, ahí tendremos un problema. Lo que veo, de nuevo, es que hay que mejorar la productividad, pero el problema es de costo y precio.

—Tuviste participación muy activa en la época del boom agrícola, ¿qué diferencias hay ahora con ese momento?

—Por suerte hay esquemas productivos mucho más estabilizados y con productores más sólidos. En aquel momento la propia explosión agrícola se dio de la mano de capitales de Argentina que trajeron y desarrollaron la agricultura, además del área de servicios profesionales y demás. Mucho de eso quedó, pero hoy lo manejan los productores nacionales con sus empresas, también más diversificadas con una participación importante de la ganadería. Ahora no somos tan dependientes de la soja, sino que hay otros cultivos también jugando. Lo veo mucho más sano desde ese punto de vista.

—Ahora también trabajas en proyectos en Brasil, dame un concepto para observar o imitar del crecimiento explosivo del agro en ese país.

— Durante muchos años hablamos del crecimiento de la demanda china, pero Brasil es un fenómeno tan importante o mayor. Han tenido un crecimiento enorme no solo en la parte agrícola, sino también en la ganadería. Yo fui en 2013 a Brasil y el desafío era producir 100 millones de toneladas de soja, este año produjeron en torno a los 170 millones de toneladas. Van creciendo en área pero también lo van haciendo sostenidamente en productividad. Luego incorporaron el maíz donde han crecido mucho e incluso en algunos años superaron la exportación de Estados Unidos, pero ahora están más enfocados, desde 2017, en la producción de etanol. El centro oeste de Brasil se transformó y viabilizó por esto. Mato Groso pasó de 2 millones de hectáreas a 8 millones en menos de 10 años, básicamente por el crecimiento de plantas de etanol. Muchos vehículos hoy son flex, pueden funcionar a nafta como con etanol. Por otro lado los subproductos hicieron crecer mucho la ganadería, hoy el rodeo brasilero es el segundo más grande del mundo y ya están teniendo saldo exportable de DGS. Hay una revolución productiva que se ha dado en los últimos 20 años.

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