Operadores y empresarios esperan que comiencen a comprar en 60 días pese a problemas monetarios.

A reaper harvests a field of wheat in Orezu, southeastern Romania, July 2, 2014.
La incertidumbre generada por el tipo de cambio en Brasil y la suba del dólar en ese país, está provocando que los importadores brasileños de trigo retrasen sus compras del cereal en la región.
Los importadores brasileños “aún no están comprando pero posiblemente en agosto o septiembre deberían estar importando trigo de la región. De acuerdo con el volumen que le estaría faltando por importar, deberían estar comenzando las compras ahora”, estimó el broker Fernando Villamil, principal de la empresa Agrosur.
Según este especialista en el mercado de granos “todavía hay incertidumbre por el tipo de cambio en Brasil” y eso “está haciendo estirar a los molinos las compras. Se están manejando con un stock más reducidos y esperan, porque las variación que puede tener el tipo de cambio en el correr del año ha sido muy alta y eso los puede dejar en una posición de mal comprados en reales, dependiendo a qué valores hayan tomado el dólar”.
El operador explicó que “la incertidumbre sobre la variación del tipo de cambio en Brasil es mayor que la variación en el precio del mercado internacional. Eso hace que los que están comprando estén esperando hasta último momento para hacer sus compras y manejándose con stocks más reducidos. Uruguay todavía tendría unas 150.000 toneladas de trigo para comercializar y Brasil es el tradicional comprador del cereal, por más que en el pasado se colocaron pequeños volúmenes de alta calidad en molinos argentinos.
Mientras tanto, en Argentina se detuvo la racha alcista de precios y el mismo comportamiento mostró ayer el mercado de granos de Chicago, donde el trigo volvió a bajar.
Sobre el cierre de la semana pasada, la pizarra de la Bolsa de Cereales de Rosario cerró a entre US$ 2.880 y US$ 3.000 por toneladas. La suba se debió a la escasez en el mundo de trigos con alto valor proteico y a los cambios de la moneda local.
En Estados Unidos, principalmente en las zonas del norte donde se producen trigos de alta proteína se acentúa la sequía y eso se refleja en los precios del mercado mundial.
Soja. A nivel de soja, también hubo bajas en Chicago ayer, ante la presión de los pronósticos climáticos en Estados Unidos que apuntan ahora a temperaturas más bajas y lluvias para los próximos días, beneficiando así el desarrollo de los cultivos.
A nivel local, las ventas de soja “se enlentecieron” con la caída de precios de las últimas semanas. Según dijo Fernando Villamil a El País, de todos modos “los productores uruguayos fueron vendiendo a un ritmo más bajo” y estimó quedaría un saldo por colocarse de alrededor de 10% de las 3.380.000 toneladas que fue una cosecha récord para 1,1 millones de hectáreas plantadas.