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Girasol cerró la cosecha de esta zafra con buenos rendimientos y altos porcentajes para materia grasa

La productividad en promedio marcó rindes de 2.400 kilos por hectárea y 53% de materia grasa, según Copagran

Cultivos de girasol.
Cultivos de girasol.
Rodrigo Frigio.

La cosecha de girasol finalizó con resultados positivos en Uruguay, consolidando al cultivo como una alternativa rentable y valiosa dentro de los sistemas agrícolas. Las últimas campañas han mostrado un regreso de un cultivo tradicional e histórico en el país, que por diferentes problemas productivos y de mercados, había disminuido su participación casi a cero. Si bien sigue siendo un área menor, muchos productores lo consideran en sus esquemas.

Así lo afirmó Rodrigo Frigio, integrante de Copagrán, quien destacó que el rendimiento promedio nacional rondó los 2.400 kilos por hectárea y con niveles de materia grasa cercanos al 53%, con cifras que permitieron a los productores acceder a bonificaciones que elevaron el precio final del grano a más de US$ 530 por tonelada, ya que por encima 42% hay premios. Para detallar con precisión, por encima del 42%, por cada punto porcentual el productor se ve beneficiado con 2 puntos porcentuales.

Según Frigio, la demanda de semilla en la pasada zafra indicó una intención de siembra de entre 10.000 y 11.000 hectáreas y superó las estimaciones iniciales que lo posicionaban en 7.500 a 8.000 hectáreas. Además del buen desempeño productivo, subrayó que el girasol presenta ventajas como menor costo que otros cultivos de verano, escalonamiento en las fechas de siembra y cosecha y beneficios para la rotación, permitiendo liberar temprano la chacra para instalar cultivos de invierno o pasturas.

En términos económicos, Frigio explicó que el girasol resultó más competitivo que la soja en esta campaña. Mientras la soja de primera se manejó en torno a los US$ 338 por tonelada, el girasol, con las bonificaciones por aceite, alcanzó valores de hasta US$ 533. “Estamos comparando un rendimiento de equilibrio por hectárea de girasol de 1.160 kilos versus 1.900 kilos de soja de primera y 1.600 kilos de soja de segunda, sin renta”, detalló. Además, el paquete tecnológico del girasol es más acotado: se estima que los costos rondan entre el 80% y 85% de lo que implica una soja. Precisamente en girasol, hubo viajes de hasta 58% o 59% de materia grasa.

Las dos claves desde el punto de vista productivo son los momentos de siembra y cosecha. La primera de ellas para que los cultivos se desarrollen sincronizadamente, con uniformidad de tamaño y buenos valores de aceite. La trilla por su parte, para anticipar problemas de excesos de pájaros, que este año no hubo, y aplicar desecante para adelantar las labores en caso de ser necesario.

Desde Copagran se anticipa la preparación de un nuevo plan comercial para impulsar el cultivo en la próxima zafra. “Los resultados confirman que el girasol sigue siendo una muy buena opción para seguir creciendo en área y reposicionarse como un cultivo relevante a nivel nacional”, sostuvo. Como ejemplo del potencial, mencionó una chacra de 400 hectáreas en Río Negro que logró rendimientos de hasta 3.700 kilos por hectárea con altos niveles de aceite.

A la soja, el sorgo y el maíz, se suma la opción de un “viejo conocido”, especialmente en suelos del litoral.

En pleno mes de junio y varios meses antes del inicio habitual de la siembra, comenzó la comercialización anticipada de semillas de maíz para la próxima zafra

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